El pasado fin de semana La Vie est Belle descubrió una ruta preciosa que se puede hacer perfectamente con niños.
La Ruta de los Molinos en Ribadesella. P.R.-AS 58.1
En ella vais a encontrar a vuestro paso un montón de viejos molinos harineros. La mayoría está en muy mal estado de conservación, excepto el Molino de Francisco que si avisáis al principio de la ruta, lo podéis visitar, ya que está habilitado y listo para mover sus muelas si se acciona una llave de paso que deja correr el agua con fuerza.La ruta comienza en el pueblo de Cuevas del Agua. Para llegar hasta allí tenéis que llegar al puente de Ribadesella. Un cartel anunciador os indicará que os quedarán 7 km hasta La Cuevona de Cuevas. Meteros por la carretera que va a las cuevas de Tito Bustillo y seguir. Está muy bien indicado.
Llegareis a un parking donde se deja el coche y ahí comenzará vuestra ruta, atravesando una gran cueva natural para entrar en el pueblo, conocida popularmente como La Cuevona.
Una vez salgáis de la Cuevona atravesar el pueblo. Tener cuidado con los coches, sobre todo si lleváis niños.A partir de aquí la ruta está señalizada con el símbolo de ruta de senderismo, por lo que no hay pérdida.
Llegado a este punto hay que atravesar las vías del tren.
Durante un rato tendréis las vías del tren a la derecha y el río Sella a la izquierda.
Este día había un tráfico importante de piraguas, unas iban de excursión y otras entrenando para el famoso Descenso Internacional del Sella que se celebrará este domingo.
Por este túnel atravesaréis las vías del tren cogiendo el camino que os llevará directamente al caserío.
Una vez que llegamos al caserío, cruzamos éste hacia el fondo, por donde discurre la riega de Tresmonte. Deberemos cerrar una portilla campestre a nuestro paso.
El final de la ruta, en Tresmonte, lo marca la Ermita de San Agustín (que según Isaac Bonifacio Caravia, más conocido por "Boni", único habitante del pueblo, es muy milagroso). Este encantador y simpático hombre forma parte de la Ruta de los Molinos, ya que su residencia marca el final de la misma. Nos contó que últimamente no está solo en el pueblo, un matrimonio jubilado irlandés le hace compañía, aunque se entiendan solo por señas......
Este pueblo fue lugar de nacimiento de Manuel Fernández Juncos, defensor del español en Puerto Rico frente al avance del inglés.En la foto de abajo (extraída del diario La Nueva España) aparece "Boni" con la placa en memoria de aquel.
Allí aprovechamos para comer y reponer fuerzas para el regreso.
La ruta la podéis hacer circular o bien regresar por el mismo sitio.
Nosotros la hicimos circular, es decir, desandamos un pequeño tramo de carretera que fue la que nos llevó a la Ermita de Tresmonte y por la misma carretera subimos. El inconveniente, por llamarlo así , fue que es todo el tiempo por carretera y mucha cuesta. Eso sí, tráfico de coches cero.
Una vez que llegas arriba y disfrutas de sus vistas, es todo bajada hasta el parking donde dejamos el coche.
Si la ida lo marcó la frondosidad del bosque con sus molinos, la vuelta la marcó las impresionantes vistas panorámicas de la costa de Ribadesella.
Un lujo de ruta