La sabiduría del amor

Cuando era una niña pequeña, el amor se definía de una manera muy sencilla, solo con abrir un sobre que contenía unas pegatinas o barajitas coleccionables que compraba en el quiosco de la esquina para completar el álbum de “amor es”. Se trataba de una parejita desnuda y tierna que realizaban buenas acciones el uno con el otro. Luego cuando acariciabamos a nuestras mascotas y ellas nos correspondían o cuando recibiamos un cariño puro y verdadero, el amor era un concepto simple y presente de vibración que no necesitaba ser explicado. Sabemos lo que No es el amor al ver las noticias duras de la guerra y las acciones de algunos seres, pero aquí intento conectar con el amor, no el desamor. ¿Qué es el amor? No se puede medir ¿o sí? Ni ver, ¿o sí? Creo que algunos estarán de acuerdo con la teoría de que el verdadero no se puede comprar, ni vender y en lo que todos estaremos al unísono es en que definitivamente se puede sentir. Y cuando se siente poderosamente se desborda y no nos cabe en el cuerpo y se transforma en arte, en poesía, en abrazos y besos, o sea en expresiones que como lo describió Charles Baudelaire se convierten en “un anhelo de salir de uno mismo”. Es así, con el amor como bandera y dándole el título y el eje principal, cuando aparece este libro para ayudarnos en nuestra evolución y desarrollo: “La sabiduría del amor” (Formación Neopsicología Sistémica) de Marianela Vallejo Valencia, avalado y apoyado por los conocimientos que dejó Bert Hellinger. Con la intervención de 19 coautores más que escriben los profundos capítulos que componen el corpus de este libro. Ellos son: Alberto Castrillón Collazos, Amanda Forero, Cesar Monsalve, Claudia Patricia Cobos Poveda, Cristina Salazar Uricoechea, Doris Julia de León Moreno, J. Herlinda Wicab Gutiérrez, Liliana López Guerrero, Marco Rivera, María Esther Jandette Chávez, María Teresa Hernández Hernández, Martha Ortiz, Natalya Duque Nanclares, Olga Lucia Henao, Paula Andra Tangarife López, Teresa Pérez de la Torre y Trinidad Henao Romerín. Con un cierre de Ana María Cardona y un epílogo de María del Mar Espinoza Velásquez que explica y agradece la obra y es la coordinadora del equipo Prolibro.

Presentaba mi libro «Almazuela, fronteras desdibujadas II» en la feria del libro de Madrid 2023, cuando mi amiga y colega María Teresa Hernández Hernández, llegó a visitarme al stand del Grupo Editorial Sial Pigmalión. Traía orgullosamente en sus manos un ejemplar de: “La sabiduría del amor”. Intercambiamos no solo libros sino también una poderosa energía que contenía alegría, creatividad, deseos de vida y aprendizaje.

El libro ha sido un viaje de descubrimiento, se integran en él diferentes fuentes de saber, especialmente la que nos deja Bert Hellinger. Compartido por Marianela Vallejo Valencia y su hija Ana María Cardona. Cada uno de los coautores va contando sus descubrimientos y sus procesos de sanación a través de movimientos sistémicos con los que se amplía la conciencia y se acepta fluir respecto a la misión de cada uno en su vida. Reconociéndose con amor compasivo para llegar al gozo y la plenitud, cada autor desarrolla un interesante tema. Lo que le da a la obra la amplitud de 20 interesantísimos capítulos. Tanto es así que solo los títulos te abren la mente y te sugieren un montón de ideas maravillosas. Voy a nombrar solo algunos, aunque todos son interesantes y tan apetecibles que te harán desear abrir este libro:

.Piensa menos, siente más

.Hay vida después del trauma

.El cuerpo contiene la historia vivida.

.Me conecto con la divinidad.’

.Del control a la liberación

.El tamiz de la consciencia

.Sentimiento y emoción vs. salud y felicidad

.Sanar el amor.

.Desacelerarnos es encontrar el equilibrio

Estamos en una era de descubrimiento y de evolución que nos motiva e impulsa a leer libros como este.

El tema de mi amiga María Teresa Hernández Hernández es:

Asintiendo a la plenitud.

Y sinceramente cuando la abracé en Madrid, la sentí plena y feliz. Ella escribió en el libro en bolígrafo azul junto a la firma que hizo para autografiarme su obra:

“Asintiendo a las invitaciones de la vida, con plena conciencia y atendiendo al llamado” ya su autógrafo es una lección de vida.

Nuestros caminos se unieron originalmente en la Universidad Católica Andres Bello de Venezuela, donde ambas estudiamos por cinco años formándonos como Industriólogas. Luego María Teresa profundizó los estudios al hacer un posgrado en consultoría en línea empresarial y convertirse en “Coach ontológica empresarial”. Igualmente ganó su título como Magíster en pedagogía en Educación Superior lo que le permitió dar clases en su universidad a futuros colegas. También en esta etapa se estrenaba como mamá. Todos estos logros y entrenamientos la prepararon para dirigir su mirada hacia lo fenomenológico como consteladora familiar y sistémica vincular, coach ontológica empresarial y además Formadora y consultora de recursos humanos.

Desde que nos vimos, comprendí su liderazgo como persona abierta, atenta, desenvuelta y preparada para dar de sus conocimientos y abrir caminos.

Tengo mucho que decir de lo que aprendí de Maria Teresa en “Asintiendo a la plenitud” sin embargo estoy segura que cada persona debe leer el capítulo personalmente para absorberlo y encontrar las llaves de puertas íntimas. Solo mencionaré brevemente algunos conceptos que se quedaron en mí:

*El pasaje del Talmud: “No vemos las cosas como son sino como somos”.

*”Pasa lo que tiene que pasar. Estamos donde tenemos que estar”.

*”La visión desde el darse cuenta”.

*”Algunos pueden dar o coger energía de acuerdo al grado de consciencia que tengan.”

*”Ayuda qué ayuda”.

*Dar mayor espacio a la intuición y a la intención.

*Mantener atención a lo que sucede porque aunque no se entiendan en el momento, muestran el camino de acción.

*abrir nuevas posibilidades de comunicación y conexión que hemos perdido.

*Nuestro lenguaje ha generado realidades y posiblemente nos esté quedando corto para comprender la vida desde el enfoque cuántico.

Hay mucho más, pero quiero destacar algo que me llamó profundamente la atención, es lo que dice sobre su experiencia constelando:

Cito de la página 148:

“…de las Constelaciones Familiares y Sistémicas, he ido conformando una comprensión de la realidad humana en la que el lenguaje verbal y gestual no me permite explicar ni comprender del todo lo que sucede. No es fácil expresarme, es más sentir lo que me va pasando y, a la vez, ser consciente de que me es más fácil llevarlo a la práctica cuando trabajo; al atreverme a hacer cosas irracionales y sintiendo fascinación por las respuestas y experiencias de las personas. Es como si al atreverme a salir de lo “esperado y conocido”, yo pudiera guiar a las personas que lo necesiten a solucionar y comprender su proceso”.

De la misma forma en que no podemos explicar el amor aunque tratemos de colocarlo en barajitas, de señalarlo en situaciones puntuales y poderosas que mueven nuestras emociones. No podemos explicar ciertos fenómenos que nos están ocurriendo al abrirnos a poderosos mecanismos que se están urdiendo en nuestras conciencias.

Los libros están cargados de fuerza, de intenciones, de historias y enseñanzas y somos nosotros los lectores los que les permitimos mostrar su poder al abrir sus páginas y asimilarlos. También tienen la facultad de viajar con nosotros y transportarse a los lugares donde deben ser leídos. Mi ejemplar de “La Sabiduría del amor,” encontró un lugar maravilloso para que yo desatase su poder. Las aguas curativas del parque estatal  “Indian Spring State Park”  en el Estado de Georgia, USA. Es el parque estatal más antiguo de Estados Unidos. En busca de sus aguas termales cargadas de minerales, iban allí los Indios Creek y los Cherokee a sanar. Luego fue centro de terapias para visitantes de todo Estados Unidos y Europa que iban a descansar y recuperarse. Aún las personas cargan botellas con su agua milagrosa y se bañan en los manantiales. Los libros buscan sus escenarios, y este no ha podido encontrar uno mejor para saltar a mi conciencia que las hermosas montañas y el río curativo donde lo abrí. 

Nuestro mundo está en constante movimiento. Siempre he dicho que el amor es la fuerza invisible e impulsadora de la rueda que mueve el mundo (el desamor solo lo retrocede). Con libros como este, integrado por obras narrativas que comparten experiencias de vida, expandiendo conocimientos que han sido transmutados y sanados, aprendemos y permitimos que el amor se expanda y transite en esta, la nueva tierra.