Revista Música
LA GRANDE AVENTURE DU MOTET POLYPHONIQUE
Ars Antiqua
Escuela de Notre-Dame
1. Anónimo (escuela de Perotinus): Virgo flagellatur
2. Perotinus (1155/1160-c.1230): Mors
[Theatre of Voices. Director: Paul Hillier]
La Inglaterra del siglo XIV
3. Anónimo: Campanis cum cymbalis. Honoremus Dominam
4. Anónimo: Worldes blisse have good day (Benedicamus Domino)
5. Anónimo: Valde mane diluculo
6. Anónimo: Ovet mundus letabundus
[The Hilliard Ensemble. Director: Paul Hillier]
Ars Nova y Pre-Renacimiento
7. Guillaume Dufay (c.1397-1474): Ave Regina coelorum
8. John Dunstable (1390-1453): Salve scema sanctitatis / Salve salus servulorum / Cantant celi agmina
[The Orlando Consort]
9. John Plumer (c.1410-c.1484): Anna Mater Matris Christi
[The Hilliard Ensemble]
Renacimiento
10. Josquin Desprez (c.1440-1521): Salve Regina
[La Chapelle Royale. Director: Philippe Herreweghe]
11. Clément Janequin (c.1485-1558): Congregati sunt
[Ensemble Clément Janequin. Director: Dominique Visse]
12. William Byrd (1543-1623): Peccantem me quotidie
[Deller Consort. Director: Mark Deller]
Carlo Gesualdo (1560-1613):
13. Tribulationem et dolorem
14. Ecce quomodo moritur justus (Sabbato Sancto)
15. Hans-Leo Hassler (1562-1612): Ad Dominum
[Ensemble Vocal Européen. Director: Philippe Herreweghe]
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HARMONIA MUNDI HMX 2908307 [CD 4] [65'59'']
Grabaciones: 1980-2007
Aunque en origen no era necesariamente religioso, el motete ha quedado como una de las formas esenciales de la música sacra, en especial hasta el siglo XVIII, cuando, en gran medida a causa de la progresiva secularización de la sociedad europea, empieza a perder fuerza, y con él toda la música de inspiración religiosa. Los motetes primitivos, creados por adicción de una o dos voces sobre la del tenor que sostenía el canto llano (a veces con textos en otro idioma), superaron pronto su carácter básicamente ornamental y ganaron una independencia que en el siglo XIV les iba a permitir estar en punta de lanza de la revolución de la notación y el ritmo que supondría el Ars Nova. A partir del siglo XV, y sobre todo en el XVI, cuando las misas polifónicas asentaron un esquema formal muy concreto y cerrado, que además había de ajustarse a las reglas de la liturgia, el motete permitió a los compositores una mayor libertad y es normalmente en ellos donde los maestros mostraron con más claridad su audacia y su fantasía artística, por lo que resistieron mejor que el común de la misa los cambios provocados por la irrupción de la monodia en el siglo XVII. Pero ese es ya otro tema, pues este disco está dedicado exclusivamente al motete polifónico medieval y renacentista, que repasa muy somera y singularmente, prefiriendo en el siglo XIV el delicado y moderado estilo inglés a la exuberancia bizarra de la isorritmia continental, introduciendo a un gran maestro de la canción parisina en lugar de a cualquiera de los grandes compositores italianos o españoles del período áureo de la polifonía clásica y cerrando con Hassler y Gesualdo, cuyas obras, tan expresivas y torturadas, suponen una clara apertura a la música del futuro.
Gesualdo: Ecce quomodo moritur justus. [5'56''] Ensemble Vocal Européen. Philippe Herreweghe
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