Título original:
The salt of the Earth
Año:
2014
Fecha de estreno:
31 de Octubre de 2014
Duración:
109 min
País:
Francia
Director:
Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado
Reparto:
Sebastião Salgado, Juliano Ribeiro Salgado, Wim Wenders
Distribuidora:
Caramel Films
La fotografía tiene un poder diferente al que tiene el cine, cuando vemos una imagen fija nos tiene que atrapar de verdad para conseguir que nos interese descubrir la historia que recoge, en cambio en el cine los veinticuatro fotogramas por segundo nos acercan directamente a lo que estamos viendo, gracias a esa sensación de movimiento. Aunque eso no implique necesariamente que nos interese la historia que discurre ante nuestros ojos. Así que el trabajo de un buen fotógrafo no es nada sencillo, tiene que captar un momento único desde su punto de vista, que también es totalmente singular. En La sal de la Tierra se combina lo mejor del cine y de la fotografía para construir un trabajo muy inspirador. Tras su exitoso paso por los festivales de Cannes y San Sebastián llega a las carteleras este documental en el que Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado repasan el trabajo del fotógrafo Sebastião Salgado (padre de Juliano), que ha viajado por todo el mundo con sus cámaras y ha vivido experiencias inimaginables para la mayoría de la gente.
El proyecto comenzado por los Salgado, padre e hijo, al que más tarde se unió Wenders, consiste en realizar un repaso al trabajo de Sebastião, a partir de sus fotografías, material cinematográfico grabado en algunas de sus últimas exploraciones y su propio testimonio. Así la película se convierte en una vasta exposición de toda su obra, pasando por los diferentes proyectos en los que ha trabajado: Otras Américas, Exodus, Workers, Génesis… Cada uno con un tema predominante y pasando de la fotografía social a la de naturaleza. A partir de sus proyectos se nos presenta su forma de ver el mundo, la relación con su familia y el vínculo que siente con la naturaleza, como bien se muestra con su Instituto Terra, en el que ha conseguido repoblar una gran superficie de terreno que parecía haber quedado inútil en su Brasil natal. Lo más interesante de La sal de la Tierraes que las reflexiones de Salgado sobre el mundo en el que vivimos provocan que nos demos cuenta de lo poco que lo conocemos. Parece que hay realidades aisladas y paralelas, que estamos en un mundo muy distinto y parecido al mismo tiempo, pero de todas formas coexistimos inmersos en la misma atmósfera.
Lo más sorprendente a nivel cinematográfico es que hay momentos solo con una fotografía y música de fondo y aun así no puedes aburrirte, porque la imagen te activa la mente y provoca irremediablemente que te sorprendas y reflexiones. Las fotografías llegan a ser desgarradoras, crudas y sinceras y hablan por sí solas, pero al añadirles la información y las anécdotas de Salgado cobran vida, al contextualizarse conseguimos atisbar cómo puede ser un campamento de refugiados o una mina, crudas realidades que por suerte no hemos tenido que vivir.
Que se haya condensado un trabajo de décadas en tan poco tiempo provoca cierta saturación de reflexiones e ideas, ya que tienes que ir extrayendo el significado de cada una de las imágenes. Aunque Salgado vaya conduciendo con sus propias reflexiones, cuando una de las imágenes se te queda grabada y te quedas pensando en ella, corres el riesgo de perderte lo que vaya después.
La esperanza y la desolación; el Instituto Terra y las guerras, las muertes y la lucha por sobrevivir; esa es la dualidad que se vive sobre nuestro planeta en el que los humanos somos los seres que debemos responsabilizarnos de su cuidado, algo que todavía no nos ha quedado claro a la mayoría. Pero Salgado pone el grito en el cielo para tratar de concienciarnos de que podemos hacer más mediante su poderoso trabajo fotográfico, que refleja su compleja e inspiradora experiencia vital.
8/10