La salida de Maradona de la Selección: el papelón final

Desde sus inicios hasta ayer, que terminó el ciclo, la presencia de Maradona como Director Técnico de la Selección Argentina de fútbol estuvo plagada de incertidumbres, algunas propias de la personalidad maradoneana y otras nuevas que aparecieron por el camino.

Cuando se manejaba la posibilidad de que el héroe fútbolístico argentino sea DT del seleccionado mayor, fueron pocos quienes se animaron a decirle que no; sea por su envergadura como figura mundial o por su relación personal. Aquellos locos fundamentaron su postura diciendo que, profesionalmente, Maradona no tenía experiencia en la dirección técnica de equipos ya que su paso por Racing y Mandiyú no fueron para nada buenos. Al mismo tiempo, Diego volvería a ser carne de cañón para los medios de comunicación y los periodistas.Aquellos vaticinios se cumplieron casi a la perfección. El equipo tuvo pocas ideas de juego asociado, no se vieron novedosas técnicas y tácticas tanto en defensiva como ofensivamente y se perdió estrepitosamente con Alemania en cuartos de final del Mundial. Maradona, tal vez siendo fiel a su estilo, buscó en el ataque a los periodista que criticaron su desempeño la mejor manera de sobrellevar la situación. Pero todo siguió igual. De aquel papelón en la altura boliviana a la frustrante derrota contra Alemania no cambiaron muchas cosas. Es que lo que se le reclama a este cuerpo técnico es autocrítica, reflexión que nunca apareció.

Los amantes de los números y las estadísticas dicen que fueron 630 días los que estuvo Maradona al frente de este (no) proyecto con la Selección Nacional de Fútbol.  No proyecto en el sentido que da la sensación que todo está improvisado y se actúa a partir de los hechos que van sucediendo y no existe planificación alguna. Al mismo tiempo que se designó a Maradona, Carlos Bilardo fue selecto como Manager de la Selección. La presencia del DT del campeonato de 1986 y 1990 fue extraña. Hasta hoy, fue como un fantasma que aparecía en momentos aleatorios aconsejando mínimamente al entorno maradoneano. El mismo Maradona reconoció que lo pusieron a Bilardo por si él fallaba, un disparate organizacional importante.

Pero Maradona es el argentino más reconocido en el mundo y eso pesa en cualquier decisión. Incluso el gobierno kirchnerista utilizó su imagen para beneficios propios. Y esta importancia fue un duro hueso de roer para Grondona ya que hecharlo a Maradona significaba jugar en contra del poder de turno. Entonces fue por sus ayudantes. Mancuso y Enrique no demostraron tener las aptitudes y la experiencia necesaria para secundar a Maradona. Ellos mismos reconocieron que fueron al Mundial a aprender. Tras reiteradas derrotas en mundiales (desde 1990 que no se llega lejos) explicitar falta de experiencia para este tipo de situaciones es un error que no puede pasar y nada más.Maradona deja de ser el DT de la Selección sin gloria y con mucha incertidumbre. Tal vez, la misma que generó al momento de asumir. En el medio del ciclo hubo varios llamados de atención para repensar qué proyecto dirigencial y futbolístico merece o necesita Argentina. El tiempo (y Grondona obviamente) sabrán quién sucederá a Diego.