La salida del túnel: ¿hacia dónde vamos?

Dicen los analistas económicos, empresarios y políticos, de forma interesada, sin duda, que ya hemos dejado atrás la crisis que nos ha azotado durante 7 largos años y que estamos viendo la salida del túnel. También dicen éstos mismos, basándose en los indicadores económicos –en los suyos, evidentemente-, que volverá el crecimiento económico y nuestros problemas quedarán atrás. Ninguno de ellos se ruboriza lo más mínimo al afirmar semejantes estupideces pues los datos les avalan, incluso alguno ha llegado a declarar con total convencimiento que volveremos a estar como antes de la crisis.

Dejando aparte lo insensato de estas afirmaciones, que más bien parecen vaticinios de adivino de línea 806…, ya que hay demasiadas personas que no sólo no ven la salida del túnel, sino que soportan una losa sobre sus hombros tan pesada que no serán capaces de aguantar así mucho más, hay que ser realmente egoísta, interesado, insolidario y avaricioso para salir en los medios de comunicación y soltar semejantes cosas cuando, por ejemplo, se han producido más desahucios en 2013 que en 2012, y éstos han sido más cada año que ha pasado hasta el punto que se van a producir más en 2014 que en 2013. Hay que ser un inconsciente y muy mala persona para afirmar estas cosas basándose en unos datos, pero no en otros que dicen que la pobreza infantil en España ha aumentado de modo alarmante hasta el punto de que casi tres millones de niños están en riesgo de exclusión social. No se puede ser más cruel al señalar que la reforma laboral ha sido beneficiosa para el empleo de nuestro país cuando seguimos con 6 millones de parados, cuando la temporalidad de los empleos es insultante y los derechos laborales han sido reducidos a la mínima expresión. Y no se puede ser más tirano al decir que volveremos a estar tan bien como antes de la crisis –que tampoco estábamos tan bien- cuando hay un buen número de ciudadanos –españoles y extranjeros- que ya no tienen cobertura sanitaria y están fuera del sistema porque no trabajan, no cobran prestación por desempleo y se les han acabado todas las ayudas sociales, por lo que el estado les abandona a su suerte, de modo que estos ciudadanos no verán la salida del túnel jamás, es más, el estado les ha enterrado en vida, les ha convertido en ciudadanos de segunda.

¡Qué demonios nos importa a los ciudadanos que a partir de 2014, si es que es cierto, haya crecimiento económico! ¿Para qué sirve que las empresas a las que representan los poderes políticos auguren que 2014 va a ser un buen año? ¿Lo será para los ciudadanos? Es muy difícil ver la salida del túnel trabajando con contratos temporales, con reducciones salariales o, si no, desempleado, afectado por un ERE o siendo un parado de larga duración sin ninguna salida laboral. Es muy difícil participar de esta ola de optimismo cuando te han desahuciado y ahora tu casa ya no es tuya, es de un banco. Es muy difícil creer que todo volverá a estar bien si eres enfermo dependiente, tus ayudas se han recortado hasta un 50 % y tu dignidad ha sido pisoteada.

Pero no crean que todos los empresarios rebosan entusiasmo. Los autónomos y las PYMES, que componen el 90 % del tejido empresarial español, han sufrido la voracidad recaudatoria de este gobierno con subidas de todos los impuestos directos e indirectos habidos y por haber: el IRPF, el IVA, la cuota de autónomos, etc. Muchos no han podido soportar esta presión fiscal y han tenido que cerrar, otros aguantan, pero se han visto obligados a despedir a los pocos empleados que tenían, pese a que no los tenían contratados por capricho, sino que los necesitaban, lo que ocurre es que la pesada carga fiscal les ha reducido tanto el margen de beneficios que, para poder subsistir, han tenido que prescindir de ellos; de esta destrucción de empleo no habla nadie y es verdaderamente dramática.

No parece pues, tras escarbar un poco en nuestra situación, que las cosas pinten tan bien este año, y no creo que 2015 y los siguientes mejore mucho más. Además, éstos que ven la botella no ya medio llena, sino rebosante, tampoco han explicado qué pasa con esa deuda que se está llevando todo el dinero público del país desde hace más de dos años. ¿Ya está pagada? ¿Qué ocurre con el déficit público entonces, que ya supera el 90 % del PIB? ¿Cómo es posible que con tantos recortes de dinero público cada vez haya más déficit? Ya es hora de que alguien empiece a explicarnos a todos nosotros qué es lo que verdaderamente nos vamos a encontrar a la salida del túnel.