Revista Salud y Bienestar
La salud cardiovascular de quien toma algo de alcohol supera a la del abstemio, según estudios del Hospital Clinic de Barcelona
Por Fat
Quien limita su consumo de vino, mejor si es tinto, a poco más de una copa diaria favorece todas las funciones de su corazón e incluso consigue mantener una salud cardiovascular mejor que las personas abstemias. Esta curiosa observación ha quedado confirmada en las cuatro investigaciones que un equipo de médicos del Hospital Clínic, de Barcelona, coordinados por Ramon Estruch, han realizado en los últimos siete años sobre el efecto que diferentes vinos de mesa, y alguna bebida de mayor grado alcohólico, ejercen en el cuerpo humano.
Lo comprobado hasta ahora es que los hombres que toman a diario un par de copas de tinto (270 mililitros) y las mujeres que beben una copa y media consiguen que su sangre permanezca en un saludable equilibrio lipídico: les aumenta el colesterol bueno (HDL), protector de las arterias, y se les oxida y reduce el colesterol malo (LDL), el que se adhiere a la pared de los vasos sanguíneos y puede formar trombos e infartos.
Otro dato constatado es el efecto antiinflamatorio que tienen las citadas proporciones diarias de vino en las arterias. La inflamación arterial es uno de los factores que intervienen en el infarto de miocardio.
Estos efectos se atribuyen tanto a los polifenoles que contiene el vino --sustancias que contienen numerosas frutas y verduras en variada proporción-- como a la fermentación bacteriana del azúcar de la uva, es decir, al alcohol. De ahí que la mayoría de investigaciones emprendidas por Estruch hayan comparado distintos vinos con la ginebra, una bebida de alta graduación (40º), desprovista de otras sustancias, que se ha cotejado reduciendo la dosis diaria para poder juzgar concentraciones alcohólicas equivalentes.
**Publicado en "EL PERIODICO DE CATALUNYA"
Lo comprobado hasta ahora es que los hombres que toman a diario un par de copas de tinto (270 mililitros) y las mujeres que beben una copa y media consiguen que su sangre permanezca en un saludable equilibrio lipídico: les aumenta el colesterol bueno (HDL), protector de las arterias, y se les oxida y reduce el colesterol malo (LDL), el que se adhiere a la pared de los vasos sanguíneos y puede formar trombos e infartos.
Otro dato constatado es el efecto antiinflamatorio que tienen las citadas proporciones diarias de vino en las arterias. La inflamación arterial es uno de los factores que intervienen en el infarto de miocardio.
Estos efectos se atribuyen tanto a los polifenoles que contiene el vino --sustancias que contienen numerosas frutas y verduras en variada proporción-- como a la fermentación bacteriana del azúcar de la uva, es decir, al alcohol. De ahí que la mayoría de investigaciones emprendidas por Estruch hayan comparado distintos vinos con la ginebra, una bebida de alta graduación (40º), desprovista de otras sustancias, que se ha cotejado reduciendo la dosis diaria para poder juzgar concentraciones alcohólicas equivalentes.
**Publicado en "EL PERIODICO DE CATALUNYA"
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