Los hallazgos sugieren la importancia de la salud mental para promover la longevidad y la resiliencia al estrés en el envejecimiento.
La conexión entre el bienestar mental y los resultados de la salud física ha sido objeto de extensas investigaciones y debates. Estudios observacionales han sugerido un vínculo entre la salud mental positiva y la mejora de los procesos de envejecimiento, incluida una menor propensión a las enfermedades y una mayor esperanza de vida. Sin embargo, la naturaleza causal de esta relación sigue sin estar clara, en gran parte debido a posibles factores de confusión, como el estatus socioeconómico personal y el desafío de la causalidad inversa.
En un análisis de conjuntos de datos con un máximo de 2,3 millones de personas, descubrieron que las personas con mejor bienestar mental tienden a experimentar un envejecimiento más saludable caracterizado por una mayor resiliencia, una mejor autoevaluación de la salud y una mayor longevidad. Los ingresos, la educación y la ocupación se asocian con un mejor bienestar mental, y el aumento de los ingresos es el factor más fuertemente relacionado.
Las disminuciones en las medidas de un estilo de vida sedentario y fumar, así como, aumentar la ingesta de fruta, pueden conducir a mejoras en bienestar y envejecimiento más saludable.
Los hallazgos resaltan la importancia de integrar el apoyo a la salud mental en las políticas de salud pública y la investigación sobre el envejecimiento. Los autores sugieren que las intervenciones destinadas a mejorar el bienestar mental podrían ser una estrategia viable para mejorar el envejecimiento saludable en todas las poblaciones.