Creo que la “salvación del mundo” pasa por China (y no es broma). El programa de aumento del consumo y la inversión en China puede ayudar al mundo a recuperarse de este pozo al que le llevó la “exuberancia irracional” que produjo el monstruo de las hipotecas basura y que llevó a pensar a los inversores que el riesgo era cosa del pasado y a muchos países y a muchas empresas y personas a creer que el crecimiento era infinito y que el que no se endeudaba era un cobarde y un necio (y así se llegó a la situación actual de exceso de apalancamiento: ¡6 billones de exceso de apalancamiento en el munco! dicen en Credit Suisse.
Insisto, los emergentes y en especial China, han de salvar al mundo, y de paso arrebatar el liderazgo mundial de las manos de los EEUU y de la UE (si es que le queda algo), ya que ambos han estirado más el brazo que la manga y a ambos les falta la efectividad política que demustra el gigante chino y las ganas de trabajar y ahorrar de sus ciudadanos.
Aunque yo espero y deseo que tengamos un mundo mejor al final de ese proceso: unos chinos más occidentalizados, unos USA y UE más conscientes de que hay que trabajar y exportar, y que no vale con que nos lo den todo hecho. Y un resto del mundo poco a poco más rico y equilibrado.