Revista Cultura y Ocio

“La sangre de Baco. Saga de Marco Lemurio II”, de Luis Manuel López Román

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Las tinieblas se ciernen de nuevo sobre Roma. Inquietantes sombras se deslizan por los callejones en medio de la noche. Los niños de la plebe están desapareciendo de forma misteriosa. Solo un hombre tiene la clave para desentrañar el peligro que acecha a los habitantes de la Subura: Marco Lemurio. ¿Será capaz de llegar al fondo del misterio?»

“La sangre de Baco. Saga de Marco Lemurio II”, de Luis Manuel López Román

Cubierta de: ‘La sangre de Baco’

La sangre de Baco nos sumerge de nuevo en el corazón de Oscura Roma. Mientras nuestro personaje lucha contra los demonios de su pasado y combate a todo tipo de criaturas ocultas para salvar a los niños, los enfrentamientos políticos entre grupos de senadores y las luchas entre bandas amenazan con sumir a la ciudad en el caos más absoluto. Brujería y política; misterios y revelaciones; espadas y dagas; sangre y vino. Todo ello se combina en una trama apasionante enmarcada en la crisis de la República.
Y para entenderlo mejor aquí va esta entrevista; y no creo que sea una casualidad que hace justo un año, el 21 de febrero de 2020 reseñaba en este blog “Oscura Roma. Saga de Marco Lemurio I”, del historiador Luis Manuel López Román

PREGUNTA. La primera entrega de la saga de Marco Lemurio, Oscura Roma, nació de tu gusto por la Historia y de tu afición a la novela de terror. ¿De dónde nace esta segunda entrega?
RESPUESTA. Oscura Roma fue un primer paso en la exploración de esta fusión de géneros, un tanteo para ver cómo funcionaban los personajes y si era viable construir una historia interesante mezclando elementos de novela histórica y de terror. Sin embargo, su extensión era muy corta y dejé fuera muchos elementos que me habría gustado desarrollar con más profundidad. En La sangre de Baco, que es una novela más larga, he podido seguir jugando con esta mezcla, ya de forma más ambiciosa, e introducir cosas nuevas, como temas políticos y sociales que también me interesan mucho. En La sangre de Baco se desarrolla lo que en Oscura Roma sólo quedaba esbozado.

P. ¿Qué ha aprendido desde entonces Marco Lemurio, su protagonista?
R. La vida de Marco ha cambiado de forma sustancial de una novela a otra. En primer lugar, sus problemas económicos parecen haber desaparecido. Por otro lado, es más consciente de sus poderes, de la responsabilidad que conlleva el conocimiento que su madre le legó, y eso le hace plantearse muchas cosas acerca de quién es él en realidad y qué debe hacer con su vida. En La sangre de Baco seguimos teniendo al mismo Marco Lemurio cínico, individualista y amante del vino y las tabernas, pero con unos detalles de madurez personal de los que carecía cuando le conocimos por primera vez en Oscura Roma.

P. ¿Y tú, qué has aprendido de él?
R. He aprendido a mirar Roma con otros ojos. Más allá de esa Roma de mármol, grandes gestas militares y discursos senatoriales, existió una urbe sucia, peligrosa e ignorada por las fuentes literarias. Esa es la Roma de Marco Lemurio, un mundo fascinante por el que el personaje me ha llevado de la mano y del que me queda muchísimo por conocer y explorar…

P. Al igual que la primera entrega, la segunda también está ambientada en la cara más oscura y canalla de Roma. Como historiador, ¿cómo te has documentado para ambientar y contextualizar esta saga?
R. Es difícil llegar a conocer como historiador ese mundo marginal en el que vive Marco, ya que apenas ha dejado rastro en el registro arqueológico y los autores latinos y griegos no hacen muchas referencias a él. Esto supone que hay que manejar una gran cantidad de bibliografía para evitar cometer errores historiográficos que no serían permisibles en una buena novela histórica. He consultado con arqueólogos, leído libros sobre topografía urbana de Roma, sobre religión, tanto romana como griega, y, por supuesto, he vuelto a sumergirme en los papiros y otras piezas que hemos conservado con fragmentos de hechizos y rituales mágicos de época antigua.

P. Los hechizos y embrujos siguen siendo el hilo conductor. ¿Qué tiene este mundo que tanto te atrae?
R. El mundo de la magia es un mundo liminal, que se desarrolla en los límites de la sociedad. En la Roma republicana, la práctica de la magia o la preparación de pociones y venenos estaba perseguida por la ley, y aun así sabemos que se hacía con frecuencia. Magos y brujas eran personajes misteriosos, que estaban fuera de la sociedad aceptada. Por otro lado, tenemos la relación entre la magia y la religión, que en esta época es muy difusa, por no decir inexistente. Posiblemente es este aspecto marginal, oscuro, de límite en todos los sentidos, lo que más me llama la atención del mundo de la magia. Un campo del que todos recelaban, que temían y rechazaban, pero al que la mayoría recurrían en algún momento de sus vidas.

P. En el trasfondo de la trama late la crisis de la República. ¿Hay semejanzas entre aquella política de antaño y la actual?
R. La República romana era un mundo en el que los políticos buscaban ante todo su propio interés personal y familiar, a menudo por encima del interés general de Roma. La política romana era una constante competición entre individuos que perseguían aumentar su dignitas, su poder y su patrimonio. Por debajo de todo ello estaba el pueblo romano, tanto el que vivía en el campo como el que habitaba las ciudades. Los políticos, la aristocracia senatorial, veían al pueblo como una herramienta con la que construir la base de su poder, y para ganarse su favor recurrían a medidas populistas, como el soborno directo o la organización de repartos de alimentos o juegos gladiatorios. Pero, a la hora de la verdad, el pueblo era solo eso, un medio con el que construir una base de poder. La mayor parte de los políticos usaban al pueblo como punta de lanza en sus enfrentamientos, y no les importaba en absoluto que unos y otros se mataran en las calles de Roma defendiendo sus proyectos de ley. Los políticos se enfrentaban en el Senado y en las asambleas, para después marcharse a cenar juntos a casa de uno de ellos, mientras en las calles la plebe continuaba aquellos enfrentamientos, llegando a luchas armadas en numerosas ocasiones. Esa hipocresía por parte de una casta política totalmente alejada de la realidad del pueblo, esa plebe dispuesta a morir y matar por ideas que venían desde arriba… Son elementos de la República romana que siguen muy vivos hoy.

P. En este contexto, ¿crees que esa sensación de hartazgo y desengaño que experimenta hoy la sociedad con la clase política es comparable a la que se palpa en el personaje de Marco Lemurio?
R. Marco es un reflejo perfecto de esas sensaciones, y en La sangre de Baco he tratado de desarrollar mucho esa faceta que en Oscura Roma sólo se dejaba entrever. El personaje intenta vivir de espaldas a una realidad política que desprecia profundamente, aunque en ocasiones esa realidad le arrastra y le obliga a tomar partido en contra de su voluntad. En Marco Lemurio hay mucho de ese desengaño con la política que vivimos hoy en día. Y, desde luego, hay muchísimo de mi propia manera de mirar el juego político de nuestro tiempo.

P. Si, en ciertos aspectos, nos vemos hoy reflejados en aquella civilización, ¿es porque seguimos ‘siendo’ romanos?
R. Seguimos siendo romanos hasta un punto que incluso a mí, que llevo media vida dedicado al estudio de la República romana, me sorprende en ocasiones. Y no es solo la forma de entender y vivir la política, es mucho más. Son todas las capas de nuestra mentalidad. Nos reímos de los mismos chistes, nos burlamos de los mismos defectos con la misma crueldad, tenemos casi las mismas supersticiones… Incluso nos enamoramos y vivimos el sexo de un modo muy semejante a como lo hacían los romanos. Roma es el espejo en que nos miramos y nos vemos reflejados, con nuestras virtudes, nuestros sueños de grandeza, nuestros logros, pero también con nuestras limitaciones, nuestras miserias y nuestros defectos.

Espero que os haya gustado la entrevista y os anime a comprar y leer Oscura Roma, si no lo habéis hecho y La sangre de Baco, su continuación.

Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.

“La sangre de Baco. Saga de Marco Lemurio II”, de Luis Manuel López Román

Luis Manuel López Román

El autor:
Luis Manuel López Román nació en Madrid en 1982 y desde muy pronto descubrió la que sería su gran pasión: los libros. Como consecuencia de su amor por la lectura, decidió estudiar Historia y Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid, institución en la que permaneció durante varios años como investigador. En la actualidad combina su faceta de profesor de secundaria con la divulgación histórica en diversas plataformas digitales y páginas webs. Su pasión por la escritura nació también de forma muy temprana, y ha desarrollado un gusto especial por dos temáticas: el terror y la novela histórica. En el año 2020 publicó su primera novela, Oscura Roma, con la que sorprendió a todos por su rigurosa ambientación histórica combinada con elementos de misterio, terror y fantasía.
Es padre de dos niños y activo comentarista de la actualidad en redes sociales.

El libro:
La sangre de Baco. Saga de Marco Lemurio II ha sido publicado por la Editorial La Esfera de los Libros en su Colección Novela Histórica. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 488 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un enlace al Instagram del autor donde podrás ver un directo que realizó con lectores de sus libros.

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Para saber más:
https://luismalopez.com/
Twitter: @luisma_lopez
Instagram: luisma.lopez82


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