Revista Religión
“Algúntiempo después, se celebraba una fiesta de los judíos, y subió Jesús aJerusalén. Había allí un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre enarameo es Betzatá. En esos pórticos se hallaban tendidos muchos enfermos,ciegos, cojos y paralíticos.” Juan 5:1-3 (NVI)
El SeñorJesús había llegado a Jerusalén porque se celebraba una fiesta nacional judía.Había tres fiestas anuales en la que todo israelita tenía el llamado parareunirse en el templo de Jerusalén. Para estos acontecimientos, la ciudad seabarrotaba de visitantes. Todos querían estar en el templo para la fiesta, porlo que muchos esperaban un par de días antes en la entrada para tener un buenlugar. Hoy, cuando hay un recital importante, se ve en la entrada del estadio,jóvenes acampando para ingresar primeros y tener el mejor lugar frente alescenario.
En lasfiestas pasaba lo mismo, y la gente estaba muy movilizada. Lo notable delrelato es donde se encontraba Jesucristo. Era Dios mismo, y se esperaba queestuviese en el templo, rodeado de los principales religiosos del momento,discutiendo y enseñando sobre las verdades bíblicas.Sinembargo, para sorpresa de muchos, Cristo no estaba en el templo. En plenafiesta, fue a un pórtico donde había tendido muchos enfermos de distintasdolencias. Comparaba el domingo esta imagen un muchacho (gracias Claudio) conla escena del campo de batalla después del cese de fuego, cuerpos tirados,lastimados, gimiendo doloridos y sin ayuda posible. Un cuadro muy triste,diametralmente opuesto a la imagen de una fiesta.Allí estabaJesucristo, caminando entre los que sufrían. Dios mismo, en lugar de estar enla fiesta con los personajes influyentes estaba en el estanque de los enfermoscon los que tenían necesidad. El Dueño del universo, en lugar de nacer en unpalacio nació en un pesebre sucio con olor a animales. El Autor y Sustentadorde la vida, un día murió castigado con dureza en una cruz.Contradiccionesde Jesucristo, quien lejos de querer rodearse de la comodidad que todospreferimos, por amor a cada uno de nosotros (poné acá tu nombre), eligióbuscarte en el estanque de los lastimados, de los que sufren, de los quelloran, de los que gimen.¡Gloriosoamor de nuestro glorioso Salvador, que eligió rodearse de seres como vos y comoyo en lugar de quedarse en el Cielo, donde merece estar!REFLEXIÓN –Gloriosa contradicción de Cristo.Un granabrazo y bendicionesDanyFuentes:Devocionales Cristianos