Revista Opinión

La sanidad en peligro

Por Carlos

La sanidad en peligro

Foto de portada por: MAURO CATEB

La sanidad en peligro

Hoy no vengo para hablar de crisis ni de recortes, quiero hablar de medicina y de gestión, porque cuando quien tiene la obligación de hacerlo no lo hace, otros recogeremos el testigo de la sanidad pública.

Quiero que se deje de criminalizar al médico, como trabajador de la sanidad y como trabajador público, echándonos en cara lo que cobramos y llenándose la boca de cara a la galería con la valiente conducta de arrebatarnos nuestros derechos y meter la mano descaradamente en nuestros bolsillos.
Señores míos, los días de libre disposición no son una prebenda, son el resultado de la capacidad de los funcionarios de aceptar, por el bien público, el pago en especie cuando no se podía hacer de otra manera.
Si hablamos de horarios, me gustaría decir que el médico suma a su horario laboral las horas que puede arañar a su tiempo libre o incluso al sueño, restándolo a su familia, para intentar estar al día en conocimientos y habilidades, porque nos gusta atender al paciente en las mejores condiciones y pocas veces habrán visto a ese médico que ustedes dicen que se va del trabajo antes de finalizar su jornada o que se toma un café de una hora, insisto pocas veces le habrán visto suspender una intervención quirúrgica porque se ha hecho la hora, ni desatender a un paciente en circunstancias de especial desamparo como puede ser un cáncer terminal porque se acaba el horario. Claro que hay excepciones como en todos los gremios, pero no es lo habitual y se legisla para lo habitual, las excepciones se persiguen.
Para conseguir la atención de 24 horas al día los 365 días del año hemos tenido que organizarnos en turnos y en guardias que no respetan festivos, ni noches y que al parecer para ustedes no son rentables porque el médico está de brazos cruzados. Les invito a quedarse de brazos cruzados con nosotros cuando quieran y ustedes a cambio me llevan a su trabajo durante cualquier día normal., ¿que diría la población si ante una llamada urgente, le buscásemos una cita para ver que día podríamos atenderle como han conseguido ustedes con esas listas de espera que dicen que son consustanciales al sistema?
Lo que pedimos es bien sencillo, negociación, estamos hartos de la senda que han emprendido de hechos consumados y de la gestión a golpe de decreto. Ustedes han sido capaces de suspender los “moscosos” dentro de un contexto de escasa liquidez económica, que no de falta de dinero a tenor de las cantidades que se dedican a otros menesteres y de las que no voy a poner ejemplos. ¿Porque no aceptan en el ámbito de la negociación, que sigamos disfrutando, por llamarlo de alguna manera, de ese tiempo que es nuestro, que no es una limosna, y que hablemos de sustituciones, que aún siendo escasas podríamos llegar a un acuerdo?
Yo puedo contestarles, porque no les interesa la eficiencia, ni entienden de gestión de recursos humanos, solo buscan la foto y calmar a los mercados a costa de sacrificios baratos.

El truco de los pagos en especie y de trocear el sueldo en complementos, no les va a servir de ahora en adelante, porque nos han demostrado que ese truco consiste en concederlos o retirarlos en función de sus decisiones subordinadas a conceptos partidistas y que puedan ser otorgados o retirados a voluntad como si la masa salarial fuera algo que se saca uno de la manga por capricho sin tener en cuenta la retribución de la responsabilidad que cada uno tenemos, porque hablando de responsabilidad en la tarea ¿que pasaría si durante una semana los políticos se pusiesen en huelga? ¿o que pasaría si durante una semana los médicos se pusiesen en huelga?
Amparados en la responsabilidad de los sanitarios frente a sus pacientes, ustedes están seguros de que la sangre no llegará al río, pero queremos decirles que no estamos contentos, que incentivar es difícil pero desincentivar en muy fácil y lo están logrando ustedes solitos.
Si nuestro gobierno no es capaz de plantar cara a Europa, si nuestras autonomías no son capaces de explicar a sus responsables la realidad sanitaria actual, si nuestros directivos no son capaces o no saben trasmitir el clima laboral, las necesidades y la situación de nuestra sanidad pública, para este viaje no necesitamos, ni estos directivos, ni estas autonomías ni este gobierno.
Hemos pasado de la imagen idílica del médico a caballo, bajo la lluvia, con su maletín y sus manos por todo equipaje, o bien de la imagen moderna del médico en su propio coche sin retribución, con su saber y entender que no tienen nada que agradecer a la ayuda formativa, con su maletín donde lleva su propio material ante la cicatería de sus autoridades que por ahorrar les compran material inadecuado mientras se entretienen en sufragar marcas blancas para justificar su dejadez.
Pues bien, hemos pasado de esa visión, a poner al médico en el disparadero de la opinión pública: por tener trabajo, cuando el número de parados es inaudito, (y alguna responsabilidad tienen ustedes, desde luego mas que nosotros) y por tener un sueldo, después de mas de diez años de preparación, de especialización y de oposiciones, que a ustedes se les antoja excesivo. Y para remediar esta situación, pretenden recortar nuestro sueldo, nuestros derechos y nuestra dignidad y plantear expedientes de regulación de empleo porque les molesta que no estemos adocenados y poner y quitar profesionales como si fuésemos piezas de ajedrez de una partida en la que no tienen nunca ninguna responsabilidad.
Pues decidan, pero asuman las consecuencias de esas decisiones porque desde luego nosotros no nos vamos a quedar callados.


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