A Esperanza Aguirre siempre le ha gustado el desparpajo y la ausencia de complejos de sus jóvenes cachorros. Juan José Güemes era uno de ellos. No es de extrañar que en 2003 la presidenta madrileña, candidata entonces, se fijara en él y acabara fichándolo. En aquella época, Güemes trabajaba a las órdenes del ministro Rodrigo Rato, con el que llegó a ser Secretario General de Turismo. Entró a formar parte del reducido grupo de colaboradores que necesitaba Aguirre en la Comunidad de Madrid tras su marcha de la presidencia del Senado. Luego sobrevino el tamayazo, aquel oscuro y nunca resuelto episodio, durante el cual Güemes siempre estuvo muy cerca de Aguirre. Después de las elecciones de octubre de 2003, las repetidas a causa de la traición de los socialistas Tamayoy Sáez, Aguirre le premia incorporándolo a su primer Gobierno. Pero en Empleo y Mujer, una cartera de menor peso para la enorme ambición que siempre ha tenido. La gran oportunidad le llega cuando en 2007 Aguirre se desprende de Manuel Lamela, otro hombre de Rato en Madrid, muy quemado a raíz del caso Severo Ochoade Leganés. Güemes, dotado de una gran confianza en sí mismo, se convierte así en todopoderoso consejero de Sanidad, en un momento de especial tensión, hasta que en marzo de 2010, anuncia su sorprendente abandono de la política, oficialmente por “motivos personales”.
La tarea de Güemes durante su etapa al frente de la sanidad madrileña, además de su pelea permanente con los sindicatos, consistió en aprobar la Ley Área Única Sanitaria con la libre elección de médico y la puesta en marcha de los nuevos hospitales públicos de gestión privada. Él mismo habló en septiembre de 2008 con empresarios del sector sanitario de las oportunidades de negocio que ofrecía la privatización. Ese era justamente el lema, "aproveche las oportunidades de negocio", de una conferencia en el Ritz, por cuya asistencia había que pagar 1.400 euros.
Ahora sabemos, gracias a una información de la Cadena SER, que la empresa Unilabs para la que trabaja el exconsejero de Sanidad se ha hecho con la gestión del servicio de análisis clínicos en seis hospitales públicos. En esos seis, y en todos los centros de salud y residencias de ancianos que dependen de ellos. Y fue, precisamente, Juan José Güemes, quien privatizó el servicio cuando estuvo al frente de la cartera de Sanidad entre 2007 y 2010. Ya sabíamos que la sanidad madrileña era una magnífica oportunidad de negocio. Lo sabíamos porque lo dijo el propio Güemes, lo que desconocíamos es que él mismo fuera a estar tan cerca. La jugada no tiene ni medio pase. Por muy legal que sea. Por más que Ignacio González crea ver en esta noticia una estrategia para “azuzar” el conflicto sanitario.
Aguirre, nueva asesora de Seeliger y Conde, la empresa de cazatalentos que la acaba de fichar casi cuatro meses después de abandonar la presidencia de la Comunidad de Madrid, seguro que puede recomendar a Güemes si algún día decide cambiar de empleo.
Foto de portada por: PP Madrid