En un barrio de Málaga hay quien asegura que a partir de medianoche se ven procesiones de almas en pena que van pidiendo tierra santa para sus cuerpos.
No son las tradicionales procesiones de Semana Santa, sino la versión andaluza de la Estadea o Santa Compaña gallega. Las almas se aparecen por el barrio de Santa Rosalía, que bien podía ser de Santa Rosalía de Castro, donde vivía el ex empleado de funeraria que llevaba cadáveres a su casa y los guardaba congelados para ahorrarse pagar sus incineraciones, que ya había cobrado.
Gran negocio, nacido de la desmesurada codicia de unas empresas que explotaban el comercio de cuerpos muertos que, junto al de sus almas, siempre fue muy lucido.
Con esos cuerpos aún presentes ha surgido una leyenda urbana de procesiones de almas en pena, luces, campanillas, voces angustiadas y arrastrar de cadenas, igual que por los campos gallegos.
Todavía quedan en Galicia quienes extraían beneficios del miedo a la Santa Compaña. Eran feriantes que, para evitar las aduanas y consumos que debían pagar por sus mercancías al pasar por los pueblos, se disfrazaban de fantasmas y hacían huir a los cobradores. Aún hoy algunos narcotraficantes tratan de ahuyentar así a la Guardia Civil costera.
Es posible que en Málaga también haya quien quiera obtener más beneficios del suceso explotando la angustia de las familias afectadas: en el camino hacia el más allá siempre hay intermediarios que buscan dinero.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure