Revista Cultura y Ocio

La Santa. Mado Martínez

Por Mientrasleo @MientrasleoS

La Santa. Mado Martínez
     "El corazón helado.
     Matar despacio, como matan las nubes al sol. Así se deslizaba ella, una sombra y nada más, sobre el rostro de su víctima. violar una vida. Cortar el árbol tierno, comerse la flor que jamás llegará a ser fruta. Ni siquiera tuvo que ir a buscarla, ni utilizar ningún truco para que la siguiera hasta el río. La encontró en mitad del bosque, como una oveja perdida en busca de su pastor. La reconoció por las ropas del internado. Probablemente se había escapado del colegio. La sangre que brotó cuando le arrancó el corazón se mezcló con los colores granates del uniforme. La pobre estaba tan sola y desvalida..."
     Soy una lectora habitual de libros de terror, por eso me sorprendió encontrarme uno que ganara un premio que no fuera de los denominados "de género". Eso atrajo inmediatamente mi atención, así que estaba claro que no iba a tardar en leerlo. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La Santa.
     Rebeca fundó el internado para señoritas Manderley en Asturias, junto a los Picos de Europa. Claro que son los años 50 y el internado se llama en realidad Rosas del Cares, y ahora lo dirige su viudo, porque Rebeca ha muerto. Aquella zona remota que tiende a quedarse aislada en los duros inviernos, está llena de leyendas que atemorizan a sus gentes; la más famosa es la de la Santa, que llega a llevarse almas y a la que no hay que mirar. Una vez más es invierno y el internado queda poco a poco aislado por el temporal; y es justo el momento en que empiezan a desaparecer niñas...
    La autora estructura esta novela en capítulos cortos, cada uno de ellos con un título, en los que va sembrando imágenes concretas en el lector a medida que avanza la historia. Utiliza para ello, a grandes ratos, frases cortas que portan afirmaciones tajantes y aumentan la sensación opresiva en el lector. De hecho, uno de los grandes puntos fuertes de esta historia es la ambientación. Mado recurre a una leyenda muy española, la Santa Compaña, y a los llamados cuentos de viejas, supersticiones que llevan años de boca en boca y que se agarran a sucesos inexplicables. De este modo, y muchas veces a través de la percepción de personas que creen firmemente en ellas, consigue ir haciéndonos partícipes de su historia, sembrando dudas que estamos deseando resolver mientras miramos cada movimiento de cada personaje con lupa.
      En cuanto a los personajes, el peso de la historia lo lleva Antonio Lucero, viudo y nuevo director del internado, sus tres hijas, y la gobernanta del internado. Al mantener a todos encerrados, deja que vayan saliendo sus secretos y sus miedos, mostrando los esqueletos y demonios de cada uno dotándolos así de personalidades fuertes que nos permiten distinguirlos a unos de otros desde las primeras páginas. No me cabe duda que un encierro y una situación de estrés como la que propone en esta novela, es perfecta para derribar la fachada de cualquiera dejando salir sus sombras, y tampoco que esas sombras pueden dar mucho más miedo que una leyenda. Por mucho que la leyenda parezca haber tomado vida. Y es que ya lo dice Lucero en un momento dado; dan más miedo los vivos.
     La trama se desarrolla de una manera perfectamente ordenada, cumpliendo las previsiones que se nos plantean al comienzo. Podemos, de hecho, ir contando las desapariciones con los dedos de la mano, y sentir la impotencia de los huéspedes del internado por no poder hacer nada. En cuanto al final, si bien no me ha parecido tan redondo como merecía la historia, si que es satisfactorio y cierra la novela respondiendo a las preguntas que se nos hayan podido plantear.
     Una historia que se adentra en el terror psicológico y, sin llegar a poner los pelos de punta, consigue un efecto intranquilizador en el lector.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias

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