
Y no sólo ha sido la directora la que ha tenido quejas, Kelly Marcel, quien se encargó de escribir el primer borrador de la película tampoco mantuvo una buena relación con la autora. Fueron sus discusiones a la hora de tener que rebajar el contenido sexual del primer borrador lo que hicieron que Marcel y James dejaran de trabajar juntas en el guión y fuera Patrick Marber quien se escribiera el guión final. Es más, no se espera que ni Sam Taylor-Johnson ni Kelly Marcel quieran trabajar en la secuela después de la experiencia, aunque todavía no se ha mantenido ninguna conversación al respecto para confirmarlo.
Pero ahora el mayor problema para la productora que quería ponerse a trabajar ya en Cincuenta Sombras Más Oscuras es que E.L. James ha exigido tener el control absoluto sobre el guión.
E.L. James
Es comprensible que la productora quiera sentarse a hablar con James y negociar sobre el guión. La autora no tiene experiencia en la escritura de guiones en solitario, y, reconozcámoslo, Cincuenta Sombras de Grey no se caracteriza por su alto nivel literario. La primera película ya trató de eliminar y mejorar algunos de los peores pasajes del libro. Con James al mando esto será imposible seguramente. Lo que está claro es que la autora va a luchar de manera mucho más fuerte para mantener en pantalla las partes de Cincuentas Sombras Más Oscuras que ella considere indispensables y que en su opinión no se hizo en Cincuenta Sombras de Grey.Toda esta negociación, que en realidad todavía no ha empezado, ha puesto freno a Cincuenta Sombras Más Oscuras. Sin guión ni fecha de rodaje a día de hoy seguramente no empiece su producción hasta principios de 2016, lo que nos daría una fecha de estreno con suerte a finales de 2016, si no a principios de 2017, cuando se esperaba poder estrenar por San Valentín del año que viene.
Es raro en Hollywood que un escritor mantenga tanto poder sobre su obra. Tanto J.K. Rowling, autora de Harry Potter, como Stephanie Meyers, escritora de Crepúsculo, dieron vía libre a los guionistas, dando algunas ideas si eran consultadas, pero poco más. El único poder que pidió tener Rowling es que todos los actores fueran británicos para mantener ese espíritu de los libros, pero ya. Por su parte E.L James ha estado metida en todo el proceso de producción de Cincuenta Sombras de Grey, llegando incluso a elegir ella a los actores que interpretarían a Christian y Anastasia.
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