By: Miquel UoDT On: 23:11 In: Equipos 0 toques La victoria hace unos minutos del Arsenal en el Westfallen no sólo le pone mucho picante al 'grupo de la muerte' con seis puntos en juego, sino que también ha mostrado una versión bastante pragmática del equipo de Wegner, ya que haciendo una valoración global sobre iniciativa e intentos, no hubiera sido descabellado que el Borussia de Dortmund hubiera ganado el partido, incluso con algo de solvencia. Pero los gunners han sido pacientes y hasta han sabido jugar con una ventaja corta ante un equipo que ha incrementado el ritmo, dejándoles de paso más espacios para contragolpear.
Una versión poco habitual del Arsenal que le ha valido para ganar en un campo donde nadie lo había hecho en esta temporada dando una imagen solvente, sólida y de una generosidad colectiva de las que hay que hacer mención. Hasta los cambios sirvieron para dar continuidad a la idea y puesta en escena que estudió el técnico alsaciano para un partido exigente como el que sabía que le esperaba.
No quiero escribir mucho más sobre un partido impreciso por parte de los locales, y sí aprovechar para hacerlo algo más del Arsenal, no sólo por este partido, también por un inicio de temporada de ensueño si lo comparamos con el pasado reciente con el liderato en la Premier y la buena disposición para cumplir con la fase de grupos de la Champions.
Y lo hago por ser justo, ya que soy declarado poco flexible con el rendimiento del Arsenal de Wenger en el segundo tramo de su etapa como técnico gunner (si partimos de la final de Champions en 2006 como punto álgido) y tenía poca fe en que pudiera hacer algo más con este equipo más allá de regalar una decena de buenos partidos a lo largo de la temporada.
Para mí, el entrenador francés hacía más admirables trayectorias como las de Ferguson en cuanto a longevidad en un banquillo y su idea romántica parecía haber llegado a un extremo que le apartaba de ser útil en un fútbol terriblemente competitivo.
Pero parece que este año las cosas están saliendo como él esperaba. De momento ninguna lesión importante y, lo más importante, bastantes puntos interesantes en las 'perfomances' de su equipo. La llegada de Özil ha servido también para enviar un aviso para navegantes, vuelve la ambición al lado rojiblanco de Londres y si lo juntamos a la absoluta adaptación de Giroud a lo que espera Arsene y sus compañeros de él, no como un sustituto al uso de Van Persie en la figura de goleador pero sí como un delantero que active todo el talento que tiene por detrás de él. Uno de los jugadores que mejor está aprovechando ese trabajo es el galés Aaron Ramsey, un jugador que se ajusta perfectamente al historial de jóvenes descubiertos y catapultados por Wenger pero que parecía estancado hasta el inicio de esta temporada. Se acabó las extrañas apariciones en la banda derecha y ahora, como interior, se ha destapado como un gran centrocampista con una peligrosísima llegada. Con estos dos protagonistas llegó el gol de la victoria de hoy, una dejada del francés y la llegada de Ramsey para marcar de cabeza.
Si el proyecto del Arsenal en los últimos años me parecía utópico y poco fiable, partidos como el de hace un rato, poco vistoso pero de esos que muestran que no sólo saben jugar con el balón sino también aguantar sin él, son la guinda a un arranque de temporada ilusionante para la parroquia cañonera.