Es difícil que una persona muera dos veces pero a veces la vida -la muerte- te concede ese “privilegio” vacío. El sábado 8 de septiembre murió una chica asturiana, Andrea, tras intentar soportar la segunda dosis de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). La marca que mandó a Andrea al cuarto oscuro de la historia se llama Gardasil y la fabrica la entente industrial Sanofi Pasteur Merck, Sharp and Dohm (MSD).
En estos momentos se desarrolla en el Auditorio de Unidad Editorial (la empresa que edita El Mundo, entre otros destacados medios de comunicación) un evento titulado El virus del papiloma humano. Un camino recorrido, un camino por recorrer. Yo ansiaba saber qué camino recorrió este virus en el cuerpo de la chica de Gijón o qué camino mortal tomó la vacuna y qué sabe de ello el fabricante y ya de paso qué piensan de ello los conferenciantes.
Pero me he quedado con las ganas. De verlo digo, porque de contarlo estoy en ello. Resulta que el espectáculo está desarrollándose, como escribo. Yo he intentado contároslo en directo. Estos días atrás, como lector de El Mundo que soy (entre otras piezas) leí un anuncio destacado sobre la conferencia. El cartel es atractivo y la presencia libre sólo con avisar (hay que esperar confirmación…). Entre otros interviene José Luis de la Serna, responsable de Salud en el diario y subdirector del mismo; Xavier Bosch, un científico ligado al fabricante de la vacuna; Javier Cortés, Coordinador del Grupo español de vacunas VPH; Santiago Dexeus, el ginecólogo; y va a cerrar el acto la Directora General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, Laura Ruiz de Galarreta.
El caso es que ayer mandé un correo electrónico a la dirección indicada en el periódico:
“Buenos días, me gustaría saber a qué hora es mañana el acto sobre el virus del papiloma humano y si quedan un par de entradas libres. Gracias”.
La contestación de un agente de incógnito (es que el correo me llega sin firma):
“Necesitamos saber el nombre de las dos personas interesadas en asistir. Adjunto programa del Evento con lugar y horario. Un saludo”.
Contesto diligente:
“Miguel Jara y Francisco Almodóvar. Gracias”.
Pero los fantasmas no atendieron mi “súplica”. Insistí esta mañana pronto:
“Hola, te respondí ayer sobre los nombres, Miguel Jara y Francisco Almodóvar. ¿Me confirmas? Si necesitas algo más dímelo. Gracias”.
Así que a estas horas, a falta de sólo media hora de que se sirva un vino español para celebrar la conclusión de una jornada con carencia de conclusiones no he recibido contestación. A mí me parece que está celebrándose el segundo funeral de Andrea. Que no ha podido hablar ni una sola voz crítica en ese evento. Que la primera víctima mortal anunciada de esta vacuna se ha consumado y a un periodista no le han dejado preguntarlo en la sede del segundo periódico más leído en castellano. Que no he podido ver la cara de los que tanto tienen que contar.
No me extrañaría que se preparase una campaña fuerte por la retirada de esta maldita vacuna.