¿Quién le iba a decir a Adolfo Suárez que después de un año de su muerte iba a comenzar la segunda Transición española?
En efecto, la segunda Transición ya está en marcha. La crisis, la corrupción y el hartazgo generalizado del pueblo español con nuestra clase política está provocando el proceso, al que podríamos llamar, “Segunda Transición Española”. La situación con respecto a la primera Transición es muy diferente a la que estamos viviendo, pero las causas son muy similares: mala gestión del país, crisis económica, reducción de libertades, miseria, hambre, etc.
No voy a entrar en que han hecho bien o mal el bipartido español (PP-PSOE) que nos ha estado gobernando en los últimos años de la democracia. Esta segunda Transición pudo haber sido protagonizada por Unión Progreso y Democracia, pero por las circunstancias que se han dado no ha sido posible, además de su pésima gestión interna. Ahora los pilares son: Podemos y Ciudadanos. Cuando me explicaron la Transición, mi profesor definió a Suárez como un hombre joven, guapo y con un discurso atractivo. ¿Os suena de algo? ¿Albert Rivera? ¿Pablo Iglesias?
Para impedir el auge de Ciudadanos muchos intentan categorizarlos como “partido de derechas”, cuando no es así. ¿Por qué tanto miedo a la derecha española? ¿Por el Partido Popular? Tanto PP como PSOE no son nada fieles a sus ideologías políticas, siempre buscan beneficiarse y les da igual el precio. Prefieren echar por tierra sus propuestas e ideologías por un par de millones de euros. La izquierda intenta meter miedo con Ciudadanos. Parece que les fastidia que fuera Adolfo Suárez, un político falangista, el que guiara a España en la Transición, proporcionara libertades sociales y políticas que no teníamos con la dictadura de Franco, comenzara la democracia española y legalizara el Partido Comunista. Creo que le debemos mucho a Adolfo Suárez, a mi pesar, el mejor Presidente de Gobierno que hemos tenido en España. Por otro lado, debemos agradecer a Podemos que “dinamitara” la política actual española, quizás si no hubiese aparecido Podemos, no estaríamos ahora mismo hablando de esto y el bipartidismo seguiría vaciando nuestros bolsillos y echándonos de nuestras casas.
Se han perdido los valores de las ideologías, ahora lo que importa es el pueblo, los que estamos paliando esta crisis y el choriceo extremo de la clase política actual. Ahora los partidos son, como diría el señor Iglesias, “de arriba o abajo”. Lo que vale son los actos, propuestas e ideas, no la palabrería y la retórica de los intelectuales que intentan conquistar el poder. Ha quedado demostrado tanto en la Unión Europea, como en España, que el gobierno de tecnócratas es inútil si no se tiene unos valores éticos mínimos y un sentimiento por el país y por sus ciudadanos.
No sé lo que pasará, ni quien gobernará, ni como nos irá, pero lo que sí sé, es que la escena política que conocíamos ha muerto y ha nacido un nuevo panorama político, con mucha más pluralidad, donde los ciudadanos tendrán más posibilidades de elegir donde depositar su confianza.
Que sepan nuestros dirigentes que se les ha acabado el chollo y que vayan recogiendo el chiringuito, que el pueblo ya ha llegado.