La semana de los asesinatos

Hablar de videojuegos a veces no es sencillo, sobrados son los temas que aporta la industria al mundo del verso. Aunque también es cierto que los multiples medios de información abordan con más celeridad y con mucho o poco acierto cada vez abordan uno a uno los diferentes puntos de vista sobre un mismo tema. No hay más, poco o mucho, y era de menester empezar de nuevo. Quizás la mejor forma de empezar es morir en vida y poder ofrecer algo distinto a lo anteriormente mostrado.

Sé que a muchos quizás le sorprendió el tipo de entrada o quizás el tono de éstas. No es muy habitual ver en Under My Mind ver ideas con tan poco ejercicio de justificación y sin buscar irse por la ramas. Quizás conducido por la necesidad de cambio elegí uno de los temas que hace tiempo que ronda por mi cabeza. ¿Qué narices he estado haciendo en todos estos años donde la opción jugar no aparecía en la lista de actividades comunes?

Por ello la mayoría de los títulos mostrados – hasta un total de 40 – son de una época bastante difusa, si aunque lo parezca estuve un lustro sin tocar una consola. Alejado del bullicio y centrado en aprender otros cosas – mucho más importantes – y cuando retorné todo había cambiado, nada era igual y ya no valía la pena echar la mirada atrás lamentando todo lo perdido y si orgulloso de lo ganado. Entonces como ahora, me encuentro en proceso de cambio, un lustro después y parece que ha llegado el momento de tomar una decisión.

Algunas han sido muy dificiles de tomar, sobre todo en mi vida personal, quizás por ello me he recluido en un mundo irreal donde escucharme a mí mismo ha sido la única salida para salir cuerdo. Pero la vida nunca da una de cal sin dar la de arena, por suerte mi arena ha sido una perita en dulce, con nombre y apellidos. En fin, cambios que hacen que tenga la necesidad de reconfigurar de nuevo todo lo que me rodea, hasta mi modus operandi.

Volviendo al tema de los artículos, al principio solo tenían una intención confesar que no había jugado a ninguno de los títulos mostrados – salvo algún que otro matiz – el caso es que me vi sorprendido por una actividad inusual a este blog. Cuando realizo entradas concienzudas la gente no se atreve a comentar y los intrépidos suelen acertadamente dar su opinión, cosa que siempre he agradecido encarecidamente.

Así que tras el éxito de la primera entrada busqué rizar el rizo y colar alguna ironía por ahí. La reacción no se hizo esperar. Todo lo escrito es cierto, incluso los motivos, y sí podrían ser muchos e incluso podría haber indagado más en los juegos pero aviso las comparaciones erroneas que se producen entre Pokemon y Monster Hunter o Power Stone y Dissia no son puras casuísticas. De hecho son situaciones reales que se asemejan y mucho a la realidad del sector.

Me explico, después de empezar cada artículo con un párrafo y destacar de que no era una crítica hacia los videojuegos nombrados me sorprendía leer como la gente lanzaba botellas y cuchillos hacia mi persona afirmando que yo cometía herejías al menospreciar tales joyas. Curioso, ya que si algún delito había cometido era no jugarlos, y creo que nadie tiene derecho a decidir si las judías me gustan o no.

Así que en mi mente, empezó a fraguarse la sensación de que muchos entraban y sin leer más que los titulares de los juegos comentaban. Claro está que para ello se hizo trampa, si después de cada título hubiera calado dos interminables párrafos, las reacciones quizás no hubieran sido las mismas. La fórmula era clara, una pequeña imagen bajo el vistoso título y un máximo de siete lineas. La reacción no se hizo de esperar. ¡Genial! Pensé acabo de encontrar un resquicio para hacer que todos nos lo pasemos bien – no se equivoquen para eso estamos – y así disfrutar de las diferentes opiniones.

Lo confieso soy un tanto retorcido, pero no es más curioso el que nadie se percatara de un dato muy significativo en la referencia hacia Monster Hunter y no me refiero a la comparación existente con Pokemon, no. En las mismas líneas declaro abiertamente que estas declaraciones las realizó un alumno de mi grupo de psicomotricidad terapeutica. Bien para los que no lo sepan, normalmente nuestros hijos no precisaran de tal terapia si no padecen de algún tipo de desajuste mental, físico o emocional. La historia es cierta, y realmente me la explicación puesta en boca de ese chaval me dejo atónito, siendo éste el artífice de frases como: “Donkey Kong Country Return es la transformación de Mario en mono”

Pero nadie acuso tal declaración, ya sea por prudencia a no ofender o simplemente porque estamos muy habituados a no profundizar – yo el primero – en las noticias que nos llegan de los medios especializados. ¿Cuantas veces nos han colado comparaciones peores? Por ello, me da igual si la afirmación la realiza un alumno con cualquier tipo de dolencia, no es peor que las que hacen muchos desarrolladores que lo único que buscan es el embuste y colarnos el título como sea.

¿Quién es el loco? ¿El que se cree cuerdo o el loco verdadero?

Todo lo demás ha sido gradual, de hecho las entradas se han ido agrupando por géneros o caracterísitcas comunes. De lucha, por falta de tiempo finalizando con algunos que todos deberíamos jugar pero por falta de recursos – en este caso económicos – no se puedieron disfrutar. La afluencia de los comentarios se reguló y tras la exaltación de los primeros días todo fue hacia su cauce natural. Debo reconocer que la situación me sorprendió gratamente, no estoy tan acostumbrado a que la gente me de su opinión y agradezco a todos aquellos que se dignaron a comentar.

La cosa no acaba aquí, y es que entre medio de tanto asesinato, no pude ser más retorcido y colar dos artículos de una indole “más culta” como fue el Lunar Lander y el Comix Zone para ver si la gran massa a la que había llamado también se enganchaba a este tipo de entradas. El resultado lo podéis observar, artículos bien valorados eso sí, pero con poco que decir. Y es que la vida es así, hay que aceptarlo nos gusta más el Sálvame que Redes y pocos son los “sibaritas” que piden más entradas raras que las generan exaltación.

¡Ojo! No lo critico, de hecho lo repetiría una y cien veces, porque me lo he pasado bien. Porque he atacado a mi persona, ya que considero que para poder atacar a 3eros mejor tirarse mierda sobre sí mismo. Porque uno de los signos de inteligencia es la capacidad de autocrítica y de mofa que se tiene con uno mismo. Pero no podía dejar la ocasión para hacer reflexionar que en esta vida todos los caminos son válidos y que no por dejar de jugar a lo que la mayoría sigue uno es menos persona o gamer como sería éste el caso.

Nota: El relato Impopular – que describre mi visión sobre Infamous – está puesta para sazonar, como parte de un todo pero sin ser miembro del conjunto. Una libertad que fue tomada por mi persona para dejar constancia que ni todo es bueno ni todo es malo. Una alegoría a que todo el mundo sea el que decida su destino, asumiendo eso sí, las consecuencias.