La marcha republicana del pasado 16 de junio, con motivo del décimo aniversario del reinado de Felipe VIº.
Una manifestación madrileña mostró el pasado domingo el tricolor republicano. Unas 4.000 personas, según la delegación del Gobierno (30.000 según la organización) se citaron en la Puerta del Sol, donde se leyó un manifiesto por parte del cineasta Benito Rabal, hijo del actor Paco Rabal, y por parte de la periodista Irene Zugasti. Una marcha que sirvió para que el movimiento republicano volviera a mostrar músculo por las calles de la capital. A los 10 años de reinado de Felipe VI, miles de republicanos pidieron una vez más el fin de la monarquía. Y los manifestantes reivindicaron el derecho de la ciudadanía a elegir democráticamente al jefe del Estado español. Convocada bajo el lema "10 años bastan", la protesta discurrió con gritos y con cánticos como "España mañana será republicana", "No hay 2 sin 3, república otra vez", "Los Borbones son unos ladrones" y algunos más actuales como "hay que cambiar el poder judicial". Los manifestantes desplegaron numerosas banderas republicanas y algunas en apoyo a Palestina. Entre los firmantes del texto que fue leído, figuraban periodistas como Olga Rodríguez y Cristina Fallarás; actores como Carlos Bardem, Alberto San Juan y Guillermo Toledo, formaciones musicales como Amparanoia, los Chikos del Maíz y Ska-P, el poeta Mario Obrero o el ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, entre otras personalidades. Llegados desde la plaza de Colón, la Puerta de Alcalá y la glorieta de Neptuno, los manifestantes mostraron su repulsa a la monarquía días antes de que se cumpliese el décimo aniversario del reinado de Felipe VI, mientras el rey emérito surcaba a bordo del velero Bribón las aguas gallegas. Los activistas republicanos fueron convocados por más de un centenar de asociaciones que coparon el centro de la capital en la calurosa jornada de reivindicación con un claro mensaje: "La monarquía como principio choca con la democracia porque niega la capacidad del pueblo para dirigir el Estado". La protesta fue organizada por diversas entidades, como el Ateneo de Vallecas y Rivas Vaciamadrid y el Ateneo Popular de Carabanchel. A la movilización se sumaron algunos partidos políticos, como Izquierda Unida, el Partido Comunista de España, Barcelona en Comú, Verdes Equo y Podemos. En total, casi centenar y medio de organizaciones se sumaron al manifiesto.
Apenas unos minutos después de las 13.20 horas, Benito Rabal y la periodista Irene Zuasti leyeron las demandas. Refiriéndose a la abdicación del rey Juan Carlos y a la consiguiente coronación de su hijo Felipe, el manifiesto pretendía apartar como rey emérito a Juan Carlos I en su retiro dorado, justo cuando empezaba a conocerse la punta del iceberg de su carrusel de corrupción. "Las personas firmantes nos declaramos defensoras de la democracia como el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", continuó. "Creemos firmemente en la igualdad ante la ley de todas las personas. Creemos que aquellos que ejercen responsabilidades en el Estado deben ser responsables ante la soberanía popular". Por otra parte, "la monarquía representa la corrupción sistemática no como un caso aislado, sino como la característica que ha definido la relación histórica de la Casa de los Borbones con el Estado. No solo eso, sino que, asimismo, simboliza la institución patriarcal por excelencia en la que se transmite el poder por herencia y donde se constitucionaliza la prevalencia del varón sobre la mujer, en contra del principio más elemental de igualdad entre las personas". El comunicado sentenció que "la monarquía como principio choca con la democracia porque niega la capacidad del pueblo para dirigir el Estado". Y "el poder monárquico no solo es el rey, sino también esa minoría privilegiada que manda sin presentarse a las elecciones, que se atrinchera en el aparato del Estado y en los consejos de administración de grandes empresas y no acepta la soberanía popular". Álex Pérez, miembro del grupo promotor de la marcha, se dirigió a los manifestantes: "Hemos inundado Madrid con una verdadera marea tricolor para exigir acabar con esta rémora franquista, con esta anomalía anacrónica que es la monarquía". Y añadió: "No somos súbditos ni vasallos de nadie". Lo que fue respondido por los manifestantes al grito de "Felipe acelera, que llega la tercera". "En estos momentos, vamos a asistir al enésimo acto propagandístico de blanqueamiento de los Borbones, con los fastos de homenaje al rey por este aniversario. Unos actos que nos retrotraen a una España en blanco y negro que queremos dejar atrás y que no se corresponden con la realidad" vociferó Álex.
Embargada por la emoción y la responsabilidad de hablar ante la atenta mirada de miles de personas, Antonia Nogales, del Ateneo de Zaragoza, dejó claro que, en el camino que le quedaba por recorrer al movimiento republicano hasta la consecución del fin de la monarquía, también había espacio para la poesía: "Somos la gota de agua que perfora la roca. Seremos un torrente que abrirá el camino a una gran marea que traerá a nuestra Tercera República" finalizó. A mitad de camino, frente al edificio del Banco de España, Álex Pérez, del Ateneo de Vallecas, y Antonia Nogales, en nombre del grupo promotor de la marcha republicana, ofrecieron declaraciones a los medios de comunicación: "El motivo de esta marcha es reclamar que se sanen las estructuras del sistema democrático y que nos dejen el derecho a decidir quién va a ocupar la jefatura del Estado. Nos negamos a unirnos a cualquier celebración de tinte anacrónico, de una España en blanco y negro, que no es real. Queremos poner este país en hora desde la movilización popular"... El comunicado defiende la democracia como "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" y cree que democracia y monarquía no pueden ir de la mano. "El poder monárquico no solo es el rey, es también esa minoría privilegiada que manda sin presentarse a las elecciones", continuó Rabal, bajo aplausos y vítores de los asistentes. "Ante la decadencia de la monarquía, la democracia abrirá paso a la república del siglo XXI", con esta frase terminó la lectura del comunicado, que describió a la monarquía como la institución "patriarcal" y "corrupta" por excelencia. Antes de dar por finalizada la marcha, Nogales y Pérez remataron: "Vamos a asistir al enésimo acto de blanqueamiento de los borbones con los fastos de homenaje por este aniversario", afirmó Pérez. "Nuestros motivos están claros. Queremos una república de diversidad, que va más allá de los partidos políticos. Una república respetuosa con todas las sensibilidades, ecologista, laica, que represente a todos los sectores democráticos y de progreso", concluyó Nogales, antes de que Rabal gritara al público: "No somos comunistas, ni anarquistas, ni sindicalistas. Somos todos antifascistas, porque lo que tenemos delante es el fascismo. No lo olvidéis". Uno de los colectivos que se unió a esta protesta fue el de los Yayoflautas. José María, de Madrid, confesó no haberse perdido una marcha republicana en años. Cree que las nuevas generaciones están desmovilizadas y no son conscientes de la importancia de exigir una democracia mejor: "La mayoría de los que hemos venido hoy somos gente mayor. Hay jóvenes, pero muy pocos, y el porvenir es de ellos. Son los que deberían luchar", y añadió: "No sé si Leonor llegará a ser reina, espero que no, pero yo no lo veré". A lo largo de la marcha se escucharon canciones clásicas del movimiento republicano como "Ay, Carmela", o el himno de Riego, interpretado por un espontáneo con su gaita. No faltó el recuerdo a los ancianos fallecidos en las residencias de Madrid y la condena de la masacre en Gaza, a la que acompañaron banderas palestinas y cánticos como "desde el río hasta el mar, Palestina vencerá".
5.000 banderas engalanaron las calles de Madrid.Dos días más tarde, el 19 de junio, miércoles, conmemoraron el décimo aniversario de la coronación de su rey, Felipe VIº. Los actos, sin embargo, comenzaron el martes, según adelantó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, quien aseguró que el Ayuntamiento se "volcaría" en el homenaje. La presencia policial se notó en el Centro y los agentes cortaron todos los accesos a la Plaza de Oriente donde se ubica el Palacio. Y se confeccionaron 5.000 banderas de España en apenas 3 días. Al menos esas fueron las cuentas de la empresa a la que el Ayuntamiento de Madrid encargó engalanar el centro de la capital con motivo de la proclamación del Rey Felipe VIº. El director gerente de Trama Servicios Publicitarios, Juan Alonso, explicó que para lograr a esta cifra fue necesario "hacer tres turnos de ocho horas durante tres días". "En total, fueron 4.500 lonas para vallas, dos lonas gigantes de 20 metros de largo y 12 metros de ancho" las que fueron colgadas, las más grandes de todas las que pudieron verse en la ciudad. La plaza de Cibeles y la de Neptuno también contaron con estandartes. Y, en un trabajo a contrarreloj, se confeccionaron 400 banderas para instalar en las farolas de todo el tramo del desfile. Los reyes cumplían veinte años de casados, mientras que Leonor acaparaba la atención tras haber iniciado su adiestramiento militar en Zaragoza y juró la Constitución el pasado 31 de octubre, consagrándose oficialmente como heredera al trono. Este último acto impulsó la marcha republicana que tuvo lugar, organizada por los ateneos de Vallecas, Carabanchel y Rivas Vaciamadrid. "Pero, si el alcalde vasallo de Madrid propone engalanar las calles con banderas monárquicas para rendir pleitesía al monarca en el aniversario de su coronación, el movimiento republicano también quiso celebrar que Felipe VI tenía que ser el último rey de nuestro país y que la Corona que luce es una institución obsoleta y absurda", sentenciaron los convocantes en una nota remitida a los medios de comunicación. A lo largo de estos meses fueron sumando apoyos y se organizaron múltiples eventos, coloquios y hasta "conciertos por la democracia" en todo el territorio. Los organizadores confirmaron al final de la marcha que volverían a las calles el año que viene para seguir exigiendo "democracia y república". Danilo Albín recordó desde Público cómo las celebraciones en el Palacio Real son una fuente importante de ingresos para algunas empresas de catering. "Desde que Felipe VI accedió al trono en junio de 2014, la monarquía ha gastado más de medio millón de euros en almuerzos, recepciones y brindis navideños. Según datos recopilados, los servicios de catering contratados por Casa Real en los últimos diez años suman 538.884 euros. La falta de transparencia que ha rodeado históricamente a la monarquía española impide saber cuánto se gastó en fechas anteriores a 2014, debido a que bajo el reinado de Juan Carlos I no se aportaban datos al respecto. El primer catering del reinado de Felipe VI, celebrado hace ahora diez años con motivo de su coronación, tuvo un coste de 65.993 euros. El contrato fue adjudicado a Mallorca Difusión y Catering, una empresa radicada en Madrid que ha trabajado en varias ocasiones para Casa Real".
Leonor y Sofía dieron una sorpresa a su padre, el rey Felipe, que terminó rojo de emoción.
Felipe VI cumplió el pasado miércoles diez años en el trono. El 19 de junio de 2014 tuvo lugar su proclamación, un día después de la abdicación de su padre. La "rapidez" del proceso pilló "por sorpresa" a muchos españoles, aunque, visto con perspectiva, la monarquía no tenía más opciones para garantizar su continuidad. Felipe VIº empuñó el cetro y activó la maquinaria para lavar la imagen de la Corona, embarrada por los escándalos públicos y privados de Juan Carlos I. La crisis económica y social en la que estaba sumido el país y la caída del bipartidismo pusieron a los Borbones contra las cuerdas. Así lo vio Víctor López en un artículo en Público: "El contexto político de la época y la creciente desconfianza del pueblo en las instituciones son cruciales para descifrar todo lo que hubo detrás de la proclamación de Felipe VIº. Cristina Monge, socióloga y politóloga, situó el 15M como punto de inflexión. 'Lo que vivimos fue una reacción contra las élites y el establishment. Los partidos políticos cambiaron sus liderazgos, las principales entidades financieras renovaron sus cúpulas y también hubo movimientos en los sindicatos. Lo único que quedaba de la transición era Juan Carlos Iº. La situación pedía a gritos un cambio, no había más opciones', recuerda. Las trifulcas sexuales y económicas del emérito dañaron 'seriamente' el prestigio de la institución y Felipe VIº llegó a palacio con un único objetivo: salvar la monarquía. 'La Casa Real entró en un bucle que solo se podía esquivar con la abdicación de Juan Carlos Iº. Si no renunciaba, la imagen de la Corona iba a quedar todavía más perjudicada. El cambio les ha venido bien, ha sido como una especie de salvavidas', señala Diana Rubio, experta en comunicación y protocolo. El primer decenio de Felipe VIº ha consistido fundamentalmente en escapar de la espiral de crisis que afectaba tanto a la Familia Real como al resto del país. Zarzuela intentó marcar distancias con todas las manchas de su pasado: Juan Carlos Iº, Iñaki Urdangarín y las desfachateces que salieron a la luz de cada uno de ellos. El emérito puso tierra de por medio y se marchó a los Emiratos Árabes, pero dejó una ristra de incógnitas sobre la venta de armas -con sus respectivas comisiones-, sus relaciones extramatrimoniales y el origen incierto de su fortuna. ¿Ha conseguido Felipe VI romper con la herencia de su padre? Lo cierto es que no lo sabemos. La primera y la única vez que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntó por el monarca, obtuvo una nota de 4,34 sobre diez. El suspenso cumple ahora nueve años, casi los mismos que Felipe VI en el trono. José Félix Tezanos no ha vuelto a preguntar por la Corona y pone como excusa que "los ciudadanos no la consideran un problema". El CIS, en cambio, sí pregunta por las fuerzas armadas, los sindicatos, los ministros y los partidos políticos. 'Es imposible hacer un seguimiento de la percepción que tiene la sociedad española del monarca si no preguntamos. No se me ocurre mejor forma de celebrar el décimo aniversario de su reinado que retomar las encuestas. ¿Qué mejor oportunidad?', ironiza Cristina Monge".
El rey destaca la "coherencia" de sus diez primeros años a pesar "del coste personal".
Víctor López advierte en Público que Juan Carlos Iº se ha convertido en un personaje tan inadecuado que su continuidad en la jefatura del Estado pone en riesgo la continuidad de la propia institución. "El día de su abdicación, cientos de manifestantes llenaron las principales ciudades del país de banderas tricolor para pedir un referéndum y la instauración de una república. Izquierda Unida (IU), Compromís, Equo y otras formaciones progresistas secundaron las protestas. Podemos, que acababa de conseguir cinco escaños en las elecciones europeas, también llamó a sus votantes a participar. ¿Qué posición adoptaron en el PSOE? Los socialistas y en particular Alfredo Pérez Rubalcaba tuvieron un papel relevante en el operativo para renovar la Corona. El PSOE ha sido un elemento indispensable para garantizar la continuidad de la monarquía. Los partidos de izquierdas que han estado dentro del Gobierno de coalición -Podemos y Sumar- tampoco han querido abrir nunca este melón, porque han priorizado otras cuestiones", advierte Paola Lo Cascio, profesora de Historia Contemporánea en la Universitat de Barcelona. El PSOE, PP y Vox hicieron pinza en numerosas ocasiones para rechazar las comisiones de investigación sobre el emérito que han pedido en el Congreso otros partidos como ERC, Junts, PNV, BNG o EH Bildu. El procés es, según las fuentes consultadas, el conflicto más 'fuerte' con el que ha tenido que lidiar el actual monarca durante estos diez años de reinado... El monarca también tomó otras decisiones polémicas durante los diez primeros años de reinado, como apartar a su hermana de la institución -la infanta Cristina, salpicada por el Caso Nóos- y 'trazar un cortafuegos' en la relación con su padre. El tablero político y social tampoco ha jugado a su favor. 'Felipe VI ha tenido que gestionar más intentos de investidura fallidos y más procesos de negociación que Juan Carlos I durante todo su reinado', destaca Pablo Simón. La princesa de Asturias puede tardar décadas en llegar al trono -si es que en algún momento lo hace-, pero Zarzuela trabaja con antelación y centra sus esfuerzos en hacer atractiva la imagen de la heredera, presentándola ante los más jóvenes como una mujer alineada con las tendencias del momento. 'La situación es comparativamente mejor que hace diez años. La Casa Real ha abierto una política de comunicación más amistosa hacia la izquierda y ciertos sectores sociales, todo ello de la mano de la reina Letizia. La entrada en la ecuación de la princesa Leonor también ha jugado un papel relevante, porque les permite volver a señalizar su futuro, poner el foco en figuras nuevas y menos desgastadas', matiza Pablo Simón. Cristina Monge, sin embargo, termina con un dato revelador: 'Felipe VI' dijo que renunciaba a la herencia de su padre, pero no hay mayor herencia que la propia Corona'".