



El proceso soberanista en Cataluña mantiene a otro sector en el disparadero. Se trata de la Judicatura que se ha visto en los últimos meses identificada como “enemiga” del procés. Sin ir más lejos, el magistrado del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, vio cómo la organización juvenil de la Esquerra Independentista, Arran, hizo pintadas en su vivienda en Das (Cerdaña) con insultos de “Llarena fascista” o “libertad presos políticos”. Y, desde el pasado mes de octubre, los jueces y magistrados que ejercen su función jurisdiccional en Cataluña han visto cómo se organizaban concentraciones frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña o cómo han aparecido pintadas en distintos órganos judiciales de dicha autonomía. Tras conocer estos hechos, el Consejo General del Poder Judicial pidió al Ministerio de Interior que protegiese a Llarena y a su familia mientras que la Fiscalía de Cataluña pidió a los Mossos que actuaran para velar por la seguridad al instructor del procés por proponer juzgar al Govern por un delito de rebelión. El presidente territorial de la Asociación Profesional de la Magistratura en Cataluña, Luis Rodríguez Vega, en conversación con “El Independiente”, denuncia cómo los togados son víctimas de “explosiones de rabia y odio”. “Se nos trata como si fuéramos enemigos del pueblo”, manifestó este magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona. Rodríguez Vega afirma que gracias a que el presidente del Parlament, Roger Torrent, mantiene un discurso “como si en Cataluña no hubiera pasado nada”, los jueces parecemos “personajes que, sin que se hayan cometido delitos, metemos a personas en la cárcel”.

“Nos sitúan a los jueces como los órganos ejecutores de la represión”, subraya este magistrado profundamente preocupado por la situación que se vive en la citada autonomía. Dicho juez denuncia que las tensiones que se viven en Cataluña se deben a que, como representante del poder judicial y garante del régimen constitucional, te identifican como “enemigo del pueblo, como si ellos solo fueran el pueblo. Al sector constitucionalista de la sociedad no se le reconoce”. El presidente territorial de la asociación mayoritaria de la Carrera Judicial lanza además la siguiente reflexión: “Si no son capaces de intimidar al Poder Judicial en Cataluña ni, por supuesto, al Tribunal Supremo, ¿qué pasará? ¿Desaparecerá la tensión? ¿Subirá? Esa es la inquietud que padecemos. No te ven como un juez sino como un represor. Falta un discurso contrario para desmontar ese pensamiento”. El problema, sin embargo, va más allá de simple percepciones personales. Los datos hablan por sí solos. En los últimos cinco concursos convocados por el CGPJ –desde noviembre hasta ahora–, doce magistrados han pedido abandonar Cataluña mientras que tan sólo uno ha solicitado volver a dicha autonomía. El magistrado de lo Social, Pablo Baró, también destinado en Cataluña, explica que el problema es “cuando te empiezan a señalar directamente como ha sucedido este fin de semana con el juez Llarena. Los independentistas nos han identificado como enemigos, lo cual no es nuevo aunque es cierto que la presión es mayor desde los pasados meses de septiembre y octubre aquí”. “El juez no deja de ser garante de la Ley y eso, a veces, se olvida”, recalca este juez que enfatiza que “nosotros velamos por el ordenamiento jurídico cuando se bordea la Ley”.


“Las movilizaciones –escribía el pasado martes Sato Díaz, en Cuartopoder– son constantes desde el domingo. Ahora están capitaneadas por los Comités de Defensa de la República, CDR, y no tanto por la ANC u Òmnium. Los CDR tienen un carácter más rupturista que las dos entidades principales independentistas. La presión de la calle puede ser determinante en la deriva del conflicto catalán, tal y como ya lo fue en otras ocasiones. El pasado 27 de octubre, cuando Puigdemont se debatía entre convocar elecciones o proclamar la independencia, optó por lo segundo ante una manifestación estudiantil en las puertas del Palau de la Generalitat. ¿Alentará JxCat a que se reclame la investidura de Puigdemont en las próximas movilizaciones para presionar a ERC? Es muy probable. Nadie quiere quedar como traidor del procés. Y una nueva convocatoria electoral no es, en ningún caso, desechable. Nadie quiere presentarse a unas elecciones habiendo sido tildado de traición al movimiento independentista. Los comunes tienen claro que la ‘vía Puigdemont’ no lleva a ninguna parte, no contarán con sus votos en este sentido. Apuestan por un gobierno transversal, en el que el candidato a la Presidencia no venga de la derecha convergente (…) Mientras tanto, Puigdemont, por decisión judicial, continuará en prisión provisional en Alemania hasta que se resuelva su extradición. En Bélgica, la fiscalía no ve riesgo de fuga de Serret, Comín y Puig y descarta su búsqueda asegurando que mantiene contacto con sus abogados. Ponsatí, en Escocia, será defendida por el prestigioso Aamer Anwar, quien asegura que la exconsellera se presentará ante la Justicia y que recurrirá la extradición. Desde Soto del Real, Jordi Sánchez se ofrece para volver a ser candidato. El viernes, el Comité de Derechos Humanos de la ONU reclamaba a España que se respetasen sus derechos políticos”…

A. Fernández concluye que una comunicación de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y los comités de defensa de la república (CDR) fue clave en este sentido. “Así pues, la estrategia futura es ser condescendiente con la Justicia alemana, dejar de compararla con el nazismo y esperar acontecimientos. Siempre habrá tiempo para renegar de las instituciones alemanas si las decisiones son contrarias a la liberación y la no extradición del preso”. Los radicales CDR (Comités de Defensa de la República, grupos surgidos en Cataluña, en 2017, con el objetivo inicial de facilitar la realización del referéndum de independencia del 1 de octubre, suspendido por el Tribunal Constitucional), enviaron el pasado lunes una comunicación a sus integrantes: “Será preciso –decían– seguir ocupando las calles y no abandonarlas (…) Es necesario un nuevo paso en la acción por la democracia y la república. Con los últimos encarcelamientos, la detención del 'president' Carles Puigdemont y la represión y brutalidad policial desbocada contra legítimas movilizaciones populares, parece claro que ya hemos superado un punto de no retorno”.



Tras la detención de Carles Puigdemont en Alemania, el diario británico The Times ha vuelto a escribir un duro editorial contra el Gobierno de Mariano Rajoy. “Desde octubre del año pasado –empieza diciendo el texto–, el Gobierno español ha tratado de manera insistente el tema espinoso del independentismo en Cataluña con imprudencia, mano dura y un deseo aparente de empeorar la situación ya de por sí complicada”. El editorial cuenta que Carles Puigdemont huyó de España tras declarar la independencia y señala que el referéndum había sido declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. Además señala que un juez fue el que ordenó que se impidiera. Sin embargo, afirma que las imágenes de los independentistas atacados en las urnas y el encarcelamiento de los 13 políticos catalanes “no ayuda mucho a la unidad de España”. El Gobierno español ha tratado de manera insistente el tema espinoso del independentismo en Cataluña con imprudencia, mano dura y un deseo aparente de empeorar la situación ya de por sí complicada. “El hecho de que todas estas decisiones hayan sido tomadas por jueces y no por políticos hace que el plan de Madrid para frustrar a los separatistas en éxtasis no sea menos obvio. Mariano Rajoy, el primer ministro de España, no ha tomado medidas reales para comprender por qué una proporción tan significativa de los catalanes les convence la idea de la independencia”, afirma el diario británico. Además, acusa a Mariano Rajoy de “adoptar una actitud de indignación legalista, mientras que la policía y los tribunales españoles han perseguido con entusiasmo a figuras separatistas. En dos ocasiones, la policía ha registrado el jet privado de Pep Guardiola, el entrenador español del Manchester City, aparentemente con el temor de que se usara para contrabandear a Puigdemont de regreso al país. Madrid tiene un miedo existencial al secesionismo, no solo en Cataluña, sino también en Euskadi. Sin embargo, esto no es excusa para tratar un movimiento de independencia pacífico y ligeramente caótico como si se tratara de un ejército rebelde peligroso”, denuncia el medio. “La independencia catalana es probablemente una mala idea, sin duda contra los intereses de la nación española en general y muy probablemente contra los intereses de la propia región. En una atmósfera de mayor calma y menos arriesgada, es perfectamente posible que una mayoría se aleje de la idea de independencia a cambio de concesiones leves hacia el autogobierno y el retorno a la estabilidad. Al tratar de mostrar su fortaleza, el Gobierno de Rajoy luce aterrorizado. Peor aún, es la entrega de la autoridad moral a un movimiento político frívolo que la mayoría de las veces no lo merece. Madrid necesita comenzar a hablar con sus oponentes y dejar de buscarlos en la cárcel”, finaliza el texto, que pide sobre todo diálogo para solucionar la situación.



Tecé concluye sobre la mirada de Llarena: “Las peticiones de cárcel por rebelión –30 añazos, tarifa terrorista sanguinario– para los acusados requiere de una violencia (rebelión: alzamiento violento) que solo existe en la cabeza y los autos del juez. Desde una mirada honesta es imposible decir que en Cataluña hubiera más violencia que la de los antidisturbios agrediendo a votantes del referéndum o a manifestantes en contra de los encarcelamientos. Esa violencia filosófica de la que habla Llarena y la pirueta que hace (el procés es un intento del golpe de Estado y un golpe de Estado es un hecho violento de por sí aunque no haya violencia entendida como tal) es la que justifica cada uno de sus movimientos. Esta mirada sesgada y retorcida de la realidad es la que tiene a gente en prisión y cruzando la frontera, es la que tiene encantados y ciegos ante la pirueta legal a quienes gritaban ‘a por ellos’ y es la que aterroriza a quienes queremos a los líderes independentistas, estemos de acuerdo o no con ellos, haciendo política y no encarcelados o yéndose al exilio”.

La detención del ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en Alemania, despertó la ira de frentes independentistas. Arran, organización independentista juvenil vinculada a la CUP, señaló inmediatamente la casa que Pablo Llarena, el juez del Tribunal Supremo, tiene en Das. “Llarena fascista. Ni en Das ni en ningún sitio”, rezaba una de las pintadas firmadas por Arran, efectuadas en el asfalto frente a un chalé de esta población de la comarca gerundense de la Cerdanya. En otra pintada dirigida al juez que mantiene encarcelada a la cúpula política del procés, se leía: “Los Països Catalans serán tu infierno”. En su cuenta oficial de Twitter, Arran reivindicó esta actuación para “señalar” la casa de Llarena: “Respondamos a su represión tantas veces como haga falta. ¡Echémosles!”. El pasado Viernes Santo, los Comités por la Defensa de la República catalana continuaron con sus movilizaciones. Acudieron a Das, donde Pablo Llerena tiene una vivienda, y lanzaron un mensaje claro: “Aquí, no eres bienvenido”. Su imagen se apreciaba en los carteles pegados boca abajo en cubos de basura. El objetivos de los CDR es llenar de amarillo el municipio de Das, en donde miembros de Arran amenazaron con pintadas el domicilio del magistrado, para quien Interior ya ha anunciado que reforzará su seguridad. El sábado repitieron los cortes en el municipio de Alp, en la carretera N-260, y para el domingo, día de la operación retorno con miles de desplazamientos en todo el país, los CDR tienen previsto cortar el tunel de Cadí, situado en el prepirineo catalán. Éste es el acceso más habitual para los que cruzan la frontera entre Cataluña y Andorra.

El pasado 23 de marzo, Matías Vallés escribía en el Diario de Mallorca el artículo: “El Supremo anula las elecciones”, en el que reseñamos: “El Supremo ha desacreditado las elecciones autonómicas con mayor participación de la historia. Por si el auto de procesamiento fuera insuficiente, la prisión comunica a millones de votantes que emitieron su sufragio en vano. La exigencia por parte del Gobierno de un candidato ‘en condiciones’ olvida dos aspectos interesantes. De entrada, que una vez encarcelados el primero, el segundo y el tercero, se necesita mucha fe para arriesgar que el cuarto no correrá la misma suerte. Además de que fue Rajoy quien pronunció la célebre frase ‘lo que tiene que hacer el señor Puigdemont es presentarse a las elecciones’. ¿Para vetarle a continuación el poder alcanzado en las urnas? Las elecciones del 21D fueron convocadas por Rajoy, en la fecha y circunstancias que decidió personalmente. La campaña y las votaciones se desarrollaron con una urbanidad ejemplar. Ni un cazador de ‘secuestros con rehenes’ como Llarena pudo advertir un solo incidente digno de encarcelar a sus protagonistas. El resultado no admitía dudas ni para quienes han falseado la interpretación de los desenlaces de las dos últimas generales. Tres diputados de la lista ganadora aspiraban con posibilidades a presidir la Generalitat, todos a la cárcel. El Supremo ha encarcelado hoy a más independentistas de los que había en prisión hasta la fecha, cuando ni el observador más intransigente detectaría un recrudecimiento del clima secesionista. Más grave aún, el tribunal interfiere en un debate de investidura, negando a otro candidato democráticamente elegido la opción de consolidar sus opciones o verlas defraudadas. Turull no pronunció ayer jueves ni una sola frase ofensiva o contraria a la convivencia en su discurso cenital. Se necesitan argumentos muy sólidos para una intromisión de tamaño calibre en el ritual legislativo, tal vez algún día se trasladen a la ciudadanía. Los recién encarcelados estaban también recién elegidos, de ahí la anulación de las elecciones catalanas convocadas por Rajoy. España nunca había encarcelado a la vez a seis políticos, una in absentia. También resulta curioso que todos ellos tuvieran una participación asimilable en los gravísimos crímenes. Por lo visto, los jueces del Supremo eran los únicos que no se enteraban de años de discurso independentista, que estaban obligados a interrumpir durante su gestación en cualquier momento, con las maneras expeditivas mostradas hoy al desmontar el acto más sagrado de la democracia, la investidura de un gobernante a través del voto delegado por los ciudadanos”.

115 días después de la aplicación del artículo 155 y en una Semana Santa con sabor a penitencia y a espectacular atracción turística, el presidente Carles Puigdemont está preso y cautivo en Alemania, a la espera de la decisión de las autoridades judiciales germanas.

Encarcelado en una celda de entre 7 y 9 metros cuadrados con una cama, un escritorio, un armario, un retrete, un lavabo y una televisión, tal y como describió su abogado en 'La Vanguardia', Carles Puigdemont, como el resto de reclusos, puede hacer llamadas –no recibirlas– y conectarse a Skype bajo supervisión de un funcionario de prisiones. Permanece interno en un módulo ordinario junto a presos de primeras condenas y se estaría integrando bien, según habría informado la directora del centro, Yvonne Radetzki. 'El Periódico' publica unas declaraciones de la responsable penitenciaria en las que asegura que Puigdemont no recibe ningún trato especial, ni lo ha solicitado, y que sus preocupaciones por tener un recluso famoso se desvanecieron cuando comprobó que los demás presos se preocupan por él y lo cuidan. Al parecer, le ofrecen café o harían comentarios manifestando que él no debería estar entre rejas porque no es como los demás. “Que todo el mundo lo tenga claro –ha manifestado a través de Twitter–: no claudicaré, no renunciaré, no me retiraré incluso ante la actuación ilegítima de aquellos que han perdido en las urnas ni frente a la arbitrariedad de quienes están dispuestos a pagar el precio de abandonar el estado de derecho y la justicia por 'la unidad de la Patria’”
Las fotomontajes de la semana:
1 En El Jueves: Tras localizar a Puigdemont, el CNI tratará de localizar a M. Rajoy. “Creemos que M. Rajoy es una mujer negra de 80 años natural de Arkansas” declara uno de los agentes


1Laquintacolumna. Al parecer, detrás de la detención de Puigdemont están los servicios secretos españoles.










El humor en la prensa de esta semana: Peridis, El Roto, Peridis, Manel F, Pat, Vergara, Atxe, J. R. Mora…




















Pep Roig, desde Mallorca: Costumbrismo, Vía crucis, Prioridades, España, amén, La vida, una tómbola…





Los vídeos de esta semana: Cargas Policiales en Barcelona tras la detención de Puigdemont en Alemania. Carga de los Mossos contra los manifestantes que cortaban la A-7, reclamando "libertad a los presos políticos". Polonia - El monólogo de Llarena