Revista Cultura y Ocio

La semilla

Publicado el 31 julio 2011 por Laesfera

Era su única dote. Cuentan que la traía en una caja de cedro, que la sembró la noche misma de la boda y que, a falta de agua, la regaba con su propia sangre. Se convirtió en árbol con desconocida rapidez, por primavera se cubrió de pequeñas flores aromáticas y al llegar el verano estallaron los frutos: rojos, azucarados, tentadores. ¡En esta tierra desolada! Sin duda era obra del maligno, hubo que ordenar a los fieles que lo descuajaran. No somos responsables de que, en su celo purificador, apedrearan a la extranjera. Perdió un ojo, por eso oculta su rostro con un velo, y en su tienda, de noche, dejaron de oírse risas. Entonces decretamos que las mujeres honradas no pueden plantar árboles. Sólo por evitar nuevas desgracias.Texto: Elisa de Armas de la Cruz

 


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