A unos les ha encantado el libro y a otros no tanto. En mi caso, estoy a medio camino entre los primeros y los segundos. Mi nota para esta novela es un sí pero no y viceversa. Jueves para Las cien voces del diablo de Ana Cabrera Vivanco.
Nos encontramos en un pequeño pueblo llamado Villa Veneno. Dos haciendas, Los Tres Soles y Sombras Claras, serán los escenarios fundamentales de esta trágica historia.
En la primera vive el matrimonio formado por Cecilia y Celestino mientras que en la segunda reside Facundo, ex prometido de dicha mujer que pese al plantón quiere a toda costa estar con ella. Sembrará con este objetivo, vientos y también flores entre ambos y, por supuesto, recogerá tempestades. Tal será el alboroto que ella morirá sin ninguno de los dos a su lado pues acabará por rechazar a ambos. Su marido le seguirá poco después a la tumba mientras que Facundo dará qué hablar algunas páginas más aunque el testigo de la historia pasará a otros personajes, en concreto a las hijas de la pareja.
Leonor y Nina son como el sol y la luna, no se parecen en nada. Una es fuerte, independiente y cruel, la otra es frágil, inocente y sumisa. La primera tomará las riendas de la hacienda aunque para ello se casa con Venancio pues parece que no cree que pueda llevar las cosas sola pues a pesar de lo que parece, no confía tanto en sí misma. Pero la situación en la casa cambiará de veras cuando llegue su cuñado, Jacinto, un joven que pondrá todo patas arriba pues no habrá mujer que no caiga rendida a sus pies.
No será hasta que no muera Venancio cuando el rompecorazones se atreva a ir a por Leonor sin importarle ni una chispa su prometida: nada más y nada menos que Nina. Fruto de la pasión entre la viuda y el cuñado nacerá Lucifer. Será un niño que crecerá con el odio de su madre y el cariño de su tía aunque entre una y otra, especialmente Leonor, lo condenarán al infierno al plantar en él la semilla del diablo haciendo creer a todos que es el mismo hijo del demonio. Desde el día de su nacimiento todo los vecinos sin excepción le echarán la culpa de sus desgracias y lo señalarán una y otra vez con el dedo.
Para mí los protagonistas fundamentales, y mis favoritos, son Lucifer y Teodoro, el cura del pueblo que tendrá que luchar entre el amor que siente por su pupila y el de Dios. Los personajes están muy bien construidos. La verdad es que con poco que nos cuenta la autora, aunque sea gota a gota, nos podemos hacer una idea de cómo es cada uno. La obra de Vivanco es pura telenovela de sobremesa pues en sus páginas tampoco nos faltan el alcalde, la prostituta, el médico y las chismosas del pueblo.
Está bien escrita. No me ha disgustado la prosa de la autora quien recurre a los cubanismos con frecuencia. La historia está bien tramada, unas piezas y otras encajan. Las casi trescientas páginas hacen un total de veinticuatro años para los protagonistas. A mí la verdad, esto me ha pasado completamente desapercibido. Imagino que perdí la noción del tiempo dentro de la historia y lo que para mí eran días, para sus personajes eran años.
Al margen de ello y en lo que a la trama se refiere, hasta en tres ocasiones me ha sorprendido la escritora con sus giros. No esperaba tantos lazos de sangre y es que en Villa Veneno todo se queda en familia. Nunca mejor dicho.
A pesar de todo no me ha enganchado la historia, me explico, hay libros que no me atrapan del todo pero me invitan a seguir leyendo, tienen una especie de "algo" que hace que quiera saber más. En este caso sin embargo, mi curiosidad no se ha despertado hasta bien entrada la historia muy cerca ya, demasiado, del desenlace.
Imagino que no estamos hechos el uno para el otro y al revés o quizá simplemente no era el momento pero este libro a pesar de estar bien escrito, contar una historia original con un toque mágico que aplaudo, por otro lado, y tener unos personajes raros, como los que a mí me suelen gustar no me ha conquistado como me esperaba. ¡Saludos devorador@s!
Agradecimientos a Bloguzz y RHM