A lo largo del desarrollo de la humanidad, se ha hablado de la evolución de la percepción que se ha tenido del cuerpo humano. Este ha sido involucrado en diversos aspectos, desde su admiración, hasta realizar con él, prácticas médicas, oscurantistas, e incluso, de carácter violento, y también hedónico.
Tres aspectos que se deben considerar importantes son la sexualidad, las emociones, y el cómo la sociedad está involucrada. La sexualidad tanto como el aspecto emocional juegan un papel importante en la vida y el en cuerpo de cada ser humano.
En la sociedad, se han asignado roles, los cuales hacen que exista una desigualdad entre hombres y mujeres. El machismo ha creado a lo largo de los años, un gran impacto en cuanto a las perspectivas que se tienen en relación a la sexualidad en ambos géneros. La sexualidad aún es vista como un tema tabú, y sigue bajo el mando patriarcal, en donde la moral también se ve involucrada; de aquí puede partir el hecho de que no existe una igualdad, ya que se puede ejercer la sexualidad, sin embargo, el género femenino es señalado, mientras que el hombre no se ve involucrado en prejuicios al momento de llevar su sexualidad sin vergüenza, culpa, o temor a ser juzgado por la sociedad doble moralista y machista.
Esto sucede también con las emociones y su participación en cada individuo, y en la sociedad en general. El hombre, al definirse como un ser social, se ve involucrado en distintas actividades, las cuales son necesarias para el mismo. En cada una de ellas, el individuo realiza un proceso de racionalización, en el cual se forma como un ser humano con pensamiento, cuerpo, emociones y afectos.
Tanto el afecto sexual como sentimental, prevalecen dentro de una construcción social machista, ya que existe una represión en ambos ámbitos. Dentro de los roles, hay una diferencia marcada en cada género, ya que mientras el hombre puede ser libre de prejuicios en cuanto a la sexualidad, la mujer mantiene un perfil discreto, sumiso, e incluso, reprime la necesidad sexual. Pero hay una contraparte desde el punto de vista de las emociones, ya que el género femenino prevalece en un rango alto, y el género masculino desciende. Hay una gran distinción, ya que sucede lo contrario. El hombre mantiene cierta postura, su masculinidad va por encima de sus necesidades emocionales y afectivas, haciendo que reprima la expresión de sentimientos y emociones, por otro lado, es visto de manera normal, el hecho de que las mujeres tengan total libertad en el aspecto emocional.
Una vez más, se puede notar una desigualdad bastante pronunciada. ¿Por qué existen distinciones, favoritismo, o prejuicios en cada género?, ¿Por qué no hay igualdad en hombres y mujeres en relación a su sexualidad y su aspecto emocional?, no solo es el hecho de catalogar a hombres como “superiores” por tener más derechos y libertad sexual, o “débiles” por no reprimir afecto, emociones, y sentimientos, o catalogar a mujeres como “sumisas” solo por el hecho de que representan un rol sexual reproductivo, es además, una lucha para lograr derrocar el machismo, y todas las ideas patriarcales que rodean dichos aspectos en la vida de cada individuo.
Algo que también se debe considerar relevante, es como afecta en cada individuo, el hecho de recibir prejuicios y vivir en una sociedad en donde el machismo tiene cierto nivel de mandato, aunque también se debe mencionar como la religión se relaciona con la sexualidad, ya que esta al imponer ideas, ordenes, o “reglas”, hace que se vea afectada cierta parte de nuestra sociedad. Aquí, las emociones juegan un papel importante, ya que pueden resultar manipuladas, debido al control y al poder que la religión posee. La vergüenza puede expresarse ante el hecho de vivir bajo normas o ideologías que alteran el desarrollo natural de la sexualidad, creando más represión, y complejos en cada individuo.
Se han intentado derribar esas creencias, ideologías, normas, e incluso a el patriarcado, sin embargo, todo esto ha estado presente a lo largo de toda nuestra historia, haciendo que la lucha por la igualdad en ambos géneros en distintos temas trascendentales como la libertad de la sexualidad y la expresión emocional.
Y realmente no se trata de realizar manifestaciones en donde se llevan a cabo actos de vandalismo, sino que debería ser más como una lucha pacífica, en la que se alce la voz, en la que se exijan nuestros derechos, y se pida respeto mutuo. La manera en la que hemos estado intentando solucionar este conflicto no ha sido la más adecuada, generamos más intolerancia, críticas, disturbios, y peleas, cuando simplemente queremos igualdad.
Esta sociedad basada en creencias religiosas y comportamientos machistas, realmente no permite que haya avances significativos en el objetivo que se ha planteado. La misma sociedad tan contradictoria que permite violencia de género, en su mayoría, femenino; en donde el machismo reprende la expresión de un hombre, llenándolo de prejuicios, y alimentando creencias erróneas sobre cómo debe de actuar y como debe de expresarse. La sociedad, esa prisión en donde nos vemos atrapados y expuestos a intolerancia, abusos, agresiones, tan solo por ser nosotros mismos, por dejarnos guiar por nuestro instinto en lugar de seguir adoctrinados y amaestrados por absurdas reglas e ideologías impuestas.
¿Realmente es necesario juzgarnos por nuestras decisiones, y sobre todo por llevar a cabo nuestros derechos?, ¿es tan difícil admitir que tanto hombres como mujeres podemos tener una vida plena, una sexualidad sin tapujos, y expresar con libertad nuestras emociones y sentimientos?, sociedad ¿es justa toda tu intolerancia, falta de respeto, hacia ambos géneros?, es difícil encontrar una respuesta a todo esto, pero, para llegar a su solución, es indispensable comenzar a reconocer que la sociedad está llena de conflictos que nosotros como individuos aun somos incapaces de resolver.
Podríamos implementar distintas alternativas, leyes que sustenten dichas problemáticas, exigir que la justicia entre a defender realmente nuestros derechos, y empezar a practicar de manera individual la tolerancia y el respeto mutuo. Es probable que derribar las creencias y normas religiosas, así como el machismo, le lleve un gran tiempo a nuestra sociedad, pero nosotros, al ser parte de ella, tenemos la obligación de intervenir primeramente de manera individual, solo así es posible generar soluciones a nivel social.
Si nos planteáramos esta pregunta ¿me afecta el hecho de cómo viven y se expresan los demás?, y nos respondiéramos con total verdad, y entendiéramos realmente que somos seres sociales, emocionales, sexuales, y demás, no tendríamos tantos enfrentamientos, y problemáticas en cuestión de género. La capacidad que tenemos de comprender que las acciones de otros no nos pertenecen y por tanto no perjudican nuestra vida, aún es escasa y no nos permiten ser tolerantes. Nosotros como sociedad nos hemos encargado de engrandecer ideas incoherentes que rodean temas como la sexualidad, y las emociones y sentimientos, y ha asignado erróneamente, comportamientos y conductas a cada género, haciendo que existan inútiles peleas entre individuos con los mismos derechos.
Chica gris