Ocurrió que un día Mandinga andaba cansao.
Desde la aparición del hombre en la tierra su trabajo era cada vez mas extenuante. Debía estar en muchos laos y haciendo miles de cosas a la vez. Así que, después de meditarlo, decidió tomarse un descanso pa´reponer juerzas. Mandó de vacaciones a toitos los demonios y ordenó que no lo molestaran y así como así, se hechó una güena siesta.
De principio todo marchaba de mil maravillas en la tierra. Los países que estaban en guerra optaron por la tregua; el hambre y las enfermedades desaparecieron y ya naide se muria por esas causas; la gente empezó a tratarse bien los unos a los otros y toitos, pero toitos hallaban a su media naranja. El amor se había adueñado de todos y por todos laos.
Los ángeles, al ver estas maravillas, jueron a los trancos a darle la güena nueva al Tata Dio. Pero Tata Dio que bien conoce a los humanos, en lugar de alegrarse se puso serio y le dijo a los mensajeros que estén bien avispaos y lo mantengan albertío de cualquier cambio que suceda en la tierra.
Los ángeles no entendieron esta reacción, después de todo ¿que podía pasar de malo, si el mundo estaba en armonía como nunca antes pudo estarlo?. Pero por algo dios es dios y rara vez se equivoca.
Ya habían pasao unos veintitantos años desde la siesta e Mandinga. La población se había triplicao cuanto menos. Los mas viejos ya se estaban quedando sin historias que contar y hacia bastantes años que nada interesante ocurría. Los poemas solo hablaban de amor y ya naides los leía. Los diarios solo daban noticias de nacimientos y matrimonios. Los políticos se quedaron sin discursos ni promesas de campaña. Los hospitales y las cárceles estaban vacías y los pocos policías y soldados que mantenían su cargo, no hacían mas que jugar al truco o a la taba. En las iglesias ya naide elevaba un rezo ¿pa´que, si ya no había mas nada que pedir?.
Ma o meno a los cuarenta años el mundo estaba sumergío en la monotonía y el hombre ya empezaba a aburrirse del amor.
La población se había quintuplicao y la escaces empezaba a notarse.
No paso mucho tiempo pa´ que todo cambiara. Las parejas ya dejaban de hablarse, o se peliaban por cualquier pavada o se volvían infieles. La comida era muy difícil de conseguir y cada uno procuraba lo suyo mientras pudiera. El espacio era cada vez menos y los vecinos discutían por un metro de patio. Los políticos que siempre buscan la ventaja, vieron la oportunida´ y comenzaron a convocar gente, prometiendo abundancia a cambio de votos. La mentira y el engaño se hicieron moneda corriente. El que tuvo hambre optó por hacerse de lo ajeno y quien juera victima de un ilícito, optó por el castigo y la venganza.
Las riñas de vecinos se convertían en grezcas entre pueblos, después entre provincias y después entre naciones.
Las cárceles y hospitales empezaron a llenarse. La escases trajo de güelta a las enfermedades y después de tanto tiempo sin ellas no había suficientes remedios ni tratamientos.
Los ejércitos se hicieron cada vez mas grandes y así jue que las grandes guerras empezaron. Ciudades enteras eran devastadas en un abrir y cerrar de ojos. La muerte se respiraba en cada esquina y el sufrimiento, el miedo y la tristeza habían reemplazao al amor en el corazón de los hombres.
Los ángeles se asustaron y corrieron a contarle a Tata Dio lo que estaba pasando. No podían entender como de golpe el mundo se vino abajo. Llegaron con él y le dieron las malas noticias y de paso cañazo le preguntaron como todo esto pudo suceder.
Entonces Tata Dio les explico que esta en la naturaleza del hombre perseguir el amor y que su felicidad no esta en la meta sino en el camino y que es esa ilusión lo que lo mantiene vivo, que cuando el hombre alcanza al amor no sabe que hacer con el, ni como mantenerlo y termina desechándolo y es el trabajo e Mandinga mantener viva esa ilusión en el corazón del hombre.
Y así jue que Tata Dio bajo al infierno y despertó a Mandinga que ya había descansao lo suficiente.
Juntos empezaron a ordenar el caos que reinaba en la tierra. La población se había diezmado de tanta guerra y en poco tiempo el hombre volvió a ilusionarse con el amor.
