Buenas! Hoy quiero hablar de algo que me ha enfadado mucho hace unos días.
Resulta que Samu un día me contó que en su cole a los niños que se portan mal les apartan en un rincón haciéndolos sentar en una silla. Y menuda decepción me llevé, porque pensaba que este colegio tenía mejores métodos de educación y que no utilizarían uno tan retrógrado. Me hizo recordar que hace más de 30 años una maestra mía utilizaba algo parecido cuando enviaba a los niños al rincón “a contar hormiguitas”
Pero lo peor no fue eso, sino que al día siguiente fue mi marido a buscar al peque y su profe le contó que “lo había tenido que castigar con ese método porque se había portado mal”. Aclaro que Samu es un santo en donde sea y que ese día había vuelto al cole después de dos semanas de estar malito y sin dormir apenas esa noche, cosa que al entrar a clase le habíamos comentado a su profe para que lo tenga en cuenta. Pues nada, que la tontería fue porque repartieron unas pegatinas, a él le tocó una que no le gustó y enfadado le rompió algunas de sus compañeros. Obviamente que no defiendo su comportamiento, sólo que aborrezco un método que se supone que educa cuando nada tiene que ver con esa función.
El tema que me planteo aquí es este supuesto “método educativo” llamado “la silla de pensar” o “tiempo fuera” que consiste en castigar a un niño que ha hecho algo mal a sentarse en una silla durante un rato a pensar sobre lo que ha hecho.
El tema es que somos nosotros los que pensamos que eso podría servirle para reflexionar, pero muy lejos de esa intención lo único que produce son sentimientos negativos: aburrimiento, malestar, sentimientos encontrados; inseguridad, sentirse sólo, privado del afecto y del intercambio social, etc, etc, lo cual lleva al niño a sentirse enfadado, apartado, triste y humillado. Además, los niños no tienen una noción clara del tiempo por lo que el rato que se les deja allí puede convertirse en una eternidad para ellos.
Esta forma de “hacerles pensar” es un castigo disfrazado, un método conductista que solo pretende modificar el comportamiento en base a dejarle privado del afecto, la interacción y la atención de sus pares y maestros. Hay que tener en cuenta que el uso de castigos en cualquiera de sus formas, impone un modelo de aprendizaje basado en el poder, muy al contrario de pretender que el niño aprenda a resolver los conflictos por si mismo, lo que sí sería educar de forma respetuosa.
¿Porqué no enseñan a los educadores métodos más valiosos y acordes?, ¿porqué no se aprovecha esa carrera tan importante para enseñar a los maestros a transmitir seguridad, confianza y autoestima, transmitiendo valores? ¿Porqué no se producen cambios significativos en la educación que hacen falta para el futuro de nuestra sociedad, que son nuestros hijos??
Yo entiendo que hay que hacer reflexionar a un niño que ha tenido un mal comportamiento, pero justamente la carrera de educador debería contemplar multitud de herramientas para poder lograrlo, estoy realmente decepcionada con el modelo de educación que tenemos, nadie piensa que los niños aprenden por los modelos que les transmitimos y los docentes tienen la capacidad de poder trasmitir ese conocimiento, educadores y padres tenemos la llave para poder abrir sus mentes, nuevos canales de comunicación, dar opciones de negociación, enseñarles la capacidad de pensar, reflexionar, investigar, ser críticos y no conformarse con lo aprendido; esto y mucho más redundará en unos hijos mas felices, con herramientas propias para solucionar sus conflictos convirtiéndolos en adultos con más seguridad y con mejor porvenir para esta sociedad…
¿Intentamos hacer un cambio por el porvenir de nuestros hijos?