Bueno, pues tras unos días de "desconexión", donde la lectura me ha cundido bastante, toca empezar a ponerse al día con las reseñas y la primera es la de "La silueta del olvido".
Tropezarme en internet con este libro fue una sorpresa, porque aún estando bastante al día de las novedades literarias no me había enterado ni de que se iba a publicar, ni de que su autor había ganado el Premio Azorín de Novela 2019. También es cierto que no ando pendiente de premios literarios, ni es algo importante para mí a la hora de acercarme a un libro, pero sí lo es conocer a su autor y yo ya había leído a Joaquín Camps y además me lo pasé pipa con su novela "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza", un libraco de casi 800 páginas que me hizo disfrutar de su historia y de sus personajes. Todavía no he olvidado a la "excesiva" Paloma y su forma de hablar y de relacionarse con la gente. Es cierto que no fue una novela cinco estrellas, pero a mí me convenció totalmente, así que no podía dejar pasar de largo su nuevo trabajo, que, una vez más, me ha gustado un montón.
"La silueta del olvido" es un thriller que comienza con el secuestro de Lara Valls, una joven solitaria y muy particular, hija de un matrimonio con un buen estatus social, el padre médico y la madre una mujer pendiente de estar estupenda y divina las veinticuatro horas del día. Del caso se hará cargo la inspectora Claudia Carreras y su equipo.
Paralelamente conoceremos a un casposo periodista llamado Héctor, que ha vivido épocas mejores y que acaba de escribir un reportaje sobre Matías, un joven profesor que debido a una negligencia médica se ha quedado en estado vegetativo y que ahora vive gracias a los cuidados de su agotada madre.
Será Héctor quien reciba en su casa un paquete dirigido a la policía con las exigencias de los secuestradores, pero... ¿Por qué? ¿Qué tienen que ver estas dos historias? Es evidente que al final deberán encajar de algún modo, pero ¿Qué relación puede haber entre ambas? ¡Aaahhh! Sería una tontería añadir algo más y fastidiaros las sorpresas.
Porque efectivamente este libro está lleno de giros y sorpresas que harán las delicias del lector. El otro día os hablaba de otra novela en la que prácticamente iba adivinando todo lo que iba a ocurrir, pues bien, con "La silueta del olvido" me ha pasado todo lo contrario. Ni remotamente, o al menos hasta prácticamente el final, podía imaginar hacia donde nos iba a llevar la historia, qué era lo que se escondía detrás del secuestro de Lara y cómo se "resolvería" todo.
La trama, el ritmo, el pulso narrativo manteniendo la intriga y los giros argumentales han sido fantásticos. Se agradece además que la historia quede cerrada perfectamente con ese final que no podía ser ningún otro y que el lector no se quede esperando un año a ver cómo sigue la historia. Otra cosa con la que he disfrutado desde el principio ha sido con los personajes de la novela, construidos con detalle y logrando que los veamos como personas de carne y hueso con sus fortalezas y debilidades. De verdad ¡vaya elenco que se ha sacado de la manga Joaquín Camps.
Como personajes principales, tenemos por un lado a la inspectora Claudia Carreras, que paradójicamente y a pesar de su veloz apellido, sufre una ligera cojera que se nota más o menos dependiendo de las circunstancias. Claudia es de Madrid, pero tras perder a Tomás, su compañero y amante, decide dejar su puesto en la capital y trasladarse a Valencia, donde transcurre toda la investigación. Que conste que a pesar de haberse alejado de Madrid no es un personaje que viva martirizado por lo que le ocurrió a Tomás, pero está claro que la distancia no ha matado el recuerdo de lo que vivió con él.
... tiene muy claro que la soledad es donde uno se hace, es donde recoges las piezas del Lego y las montas para conformar algo con sentido, con entidad.
Al lado de Claudia encontramos al subinspector Ramón Linares, un personaje fantástico, que adora y conoce a Claudia a la perfección y además tiene una afición de lo más original. Tricota y calcula las medidas a ojo.
A Ramón le encanta cuando su jefa le mete leña. Siente un gustirrinín extraño..., un je ne sais quoi.
Otro personaje destacable es Héctor, un periodista que hace tiempo perdió su ética y por el que he sentido rechazo desde el momento en el que entra en casa de Matías para hacer el reportaje, pero que sin embargo al terminar la novela he visto con otros ojos.
... Héctor, en el fondo, sabe cómo es. Y se da miedo. Se siente incapaz de trabarse emocionalmente con los otros; de manera genuina, no fingida, nunca le ha pasado. [...] Cuando termina una conversación, se olvida del interlocutor al instante, hayan hablado de lo que hayan hablado.
Y lo mismo me ha ocurrido con Cayetano Garci, un subinspector de Homicios facha, machista, homófobo, en fin... un especimen muy particular que también ha logrado cambiar, al menos un poquito, mi opinión sobre él tras la lectura.
Y sí, tienes razón, soy un racista. Pero un racista estadístico: la probabilidad de que una familia gitana escogida al azar sea problemática es doce veces superior a que lo sea una familia sueca.
Lo cierto es que habría que destacar la construcción de todos los personajes, tanto los principales como los que no lo son: Bruno, otro de los policías del caso, la propia Lara o sus padres, o incluso el jefe de Claudia... todos son increíbles para bien o para mal. El lector llega a conocerlos bastante bien gracias a las conversaciones interiores que tienen consigo mismos todos los personajes, algo que no tiene desperdicio porque es en esas conversaciones interiores dónde vemos cómo son realmente.
Sobre la narración, destacaría algo que quizás me chocó un poco y hasta que me acostumbré se me hizo algo raro, y es que por momentos el narrador de la historia toma parte en lo que nos está contando y nos ofrece su propia opinión. Me ha parecido diferente y me ha hecho sentir que me hablaba a mí y solo a mí en esos momentos.
"La silueta del olvido" ha sido una lectura fascinante. Una novela llena de personajes que no dejan de sorprenderte y vas cambiando con ellos a medida que avanzas en la historia, una novela donde vas tejiendo teorías que el autor se encarga de eliminar. También es una historia desde la que el autor aprovecha para lanzar dardos a todas partes, al mundo del periodismo, de la política, la sanidad, internet... hay para todos un buen trozo.
...ayer consiguió su seguidor número 5.000 en Instagram. Su talla 120 de pecho ayuda, y su estilazo, y su metro ochenta de estatura, pero sobre todo, lo que más ayuda, es trabajar. Trabajar incansablemente hacia su objetivo. Ser una influencer.
Es una novela muy entretenida, que a pesar de contarnos una historia terrible, consigue con el húmor que destilan los diálogos entre los personajes, sacarnos unas buenas sonrisas cuando no alguna carcajada. Creo que es muy diferente a la primera novela del autor, no sé si mejor o no, ahí ya entran los gustos de cada uno, aunque me arriesgaría a decir que la historia de esta novela sí es mejor. En todo caso creo que es una lectura recomendadísima, que te dejará pensando cómo es posible que existan personas en el mundo capaces de hacer lo que hacen en esta novela y no puedo decir más sin hacer spoiler, así que os animo a leerla sin duda.
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