Revista América Latina

La singular historia de cómo conocí a Jorge Rodríguez

Publicado el 18 septiembre 2019 por Jmartoranoster
La singular historia de cómo conocí a Jorge Rodríguez Nelly María Carrillo Rosales Escrito por Nelly María Carrillo Rosales Yo no conocí a Jorge Rodríguez. No personalmente. Nacía yo, un 12 de junio de 1976, en el Hospital Universitario de Caracas, cuando él caminaba por esos pasillos, por estas calles, sabiendo que corría un grave peligro, si, pero jamás que su vida estaba en cuenta regresiva. Tan solo 42 días después, el Gobierno de Carlos Andrés Pérez le haría “el mandao” al Imperio y a la burguesía venezolana, asesinándolo brutalmente, como todos conocemos.
Siempre me pregunté: ¿Por qué a él?. Pero no fue sino hasta años después, conociéndolo, que lo comprendí todo.
Crecí, en un hogar de gente humilde, entre trabajadores y estudiantes. Mi abuela, “Doña Josefina”, era Comunista. Mi abuelo “el Doctor Valerio” era Medico de la Guardia Nacional, anticomunista, murió y nunca supo en lo que andaba mi abuela. Mis tíos, militantes de la Liga Socialista y de la OR. Mi mamá, militante del MAS. Electa Concejal con el voto de los movimientos campesinos de Yaracuy. Luchó toda su vida por la “Reforma Agraria”, hoy “Ley de Tierras y Desarrollo Agrario”, aprobada en aquellas famosas “49 leyes habilitantes” del Comandante Hugo Chávez, que le valieron un primer Golpe de Estado, como deben recordar.
No conocí personalmente a Jorge Rodríguez, como ya les dije. Pero crecí entre sus debates. Mi tío Fernando Valerio alias “la Lechuza”, hoy compartiendo plano con Jorge Rodríguez, era Coordinador de la Liga Socialista en el Estado Lara. Él, debatía constantemente con mi mamá acerca del reformismo del partido “MAS”, al que ella defendía. No comprendía yo, entonces, los alcances de esa discusión.
Crecí escuchando los discos de Alí Primera. “Uich! bajito mija que nos pueden venir a allanar”, decía mi abuela. Estudié en un Colegio de padres y de monjas en Barquisimeto. Allí fui reprendida constantemente. Citaban a mis padres todo el tiempo para decirles que yo “no podía estar discutiendo en las clases de catecismo que la lucha por el hombre (y diríamos ahora, la mujer) no se hace por caridad”. Y que tampoco podía yo andar cantando por los corredores de esa dignísima Institución Educativa “una mañana de Sol radiante… o Bella Ciao, bella ciao, ciao, ciao ”. Mis padres me convidaban a respetar al Colegio: “¿Entonces hija? Te van a expulsar!”. Mi abuela, por su parte, se reía, y calladita me animaba: “no le pare bola, que hay que perseverar en la lucha”.
Luego me vine a estudiar Derecho a Caracas, decía mi abuela: “para subvertir el orden preestablecido ¿me oyó?”. Y años más tarde, a finales del 2009, me tocó jugar ajedrez con el Capital Especulativo Criollo, que hacía de las suyas dejando en la calle a más de 2 millones de ahorristas y al 80% de los depósitos del Estado venezolano. Justo allí, en ese preciso instante, conocí de Jorge Rodríguez. Dejó de ser lo que me enseñaron mis tíos y mi abuela para hacerse mi propia práctica.
Regresaron en el túnel del tiempo, de los discursos y denuncias de Jorge Rodríguez, vivitos y coleando, a mi presente como Interventora y Liquidadora de bancos, casas de bolsa y empresas de seguro, nombres como: Eugenio Mendoza, los Tinoco, los Lauría, los Boulton, los Zuloaga con el Grupo Financiero Federal y Globovisión. Los Salvatierra, los Branger, los Brillenbourg con la torre Confinanzas, famosa Torre David. Esa que le dieron 19 veces en garantía a la República a cuenta de los auxilios financieros, que también se llevaron, y no fue sino hasta el año 2016 que pasó a ser propiedad del Estado. Luego de una lucha encarnizada con la institucionalidad burguesa.
Los Vollmer, intachables por cierto, con su Banco Mercantil. Socios de la Comerse Bank. Tenedora, esta última, de una porción de nuestra deuda. Deuda con la que demandan a la República para embargarnos y despojarnos de nuestros activos. Su “Proyecto Alcatraz” un tamiz para su clase explotadora que esconde a su vez el desclasamiento y desarraigo de nuestros jóvenes aragüeños.
Hice cosas que representaron grandes cambios en esa pelea que me encomendó, y supervisó muy de cerca, el Comandante Chávez. Le pagué a todos los trabajadores, ahorristas y asegurados, lo que les tocaba, poniendo el acento en la justicia más allá de la ley. Perseguí y recuperé, dentro y fuera de Venezuela, para la República, los activos que se llevaron y escondieron los banqueros.
Pero lo más importante que hice fue conocer y reconocer a Jorge Rodríguez en mí. Comprender que la realidad de la que tanto hablaba, que escuché a través de mi abuela y mis tíos, era la misma que yo vivía. Estaba en medio de la contradicción fundamental, la lucha de los trabajadores y los humildes contra el Capital especulativo, no solamente criollo, no, sino mundial. Que es uno solo y habita placido en el Estado Burgués, vigente en Venezuela.
Después de 10 años trabajando en el Ministerio de Finanzas, Fogade, Superintendencia de la Actividad Aseguradora, Superintendencia Nacional de Valores y Seguros Federal, no pude lograr resolver el punto central de la dinámica especulitativa del Capital Financiero: la indexación de las acreencias versus la revalorización de los activos “propiedad” de los banqueros fallidos, y más aún, la nacionalización de la Banca.
Entonces entendí porque mataron a Jorge Rodríguez. Entendí también, porque él decía “si caemos en el combate otros valerosos camaradas continuarán el camino[1], pues esta lucha no es ahora y de una sola persona, no. Esta lucha viene, se esta dando y seguirá dándose en el tiempo. Pasa, necesariamente, por construir un poderoso movimiento internacional, organizado y preparado para tomar el Poder. Reeducando constantemente a miles, millones, de cuadros y militantes que tengan conciencia de la realidad cotidiana. Desarrollados culturalmente para lograr un consenso popular en torno a la conducción de los asuntos de la clase trabajadora y de los humildes del planeta.
Siendo así y conociendo como conozco a Jorge Rodríguez, convencida estoy de que en momentos como este, debemos recurrir, necesariamente, a la teoría revolucionaria, entonces, al “Pensamiento de Jorge Rodríguez”. Al leerlo, destacan tres elementos vitales que considero indispensable revisar:
El primero de ellos es transversal a todo el Discurso de Jorge Rodríguez. “El Balance”. Principio para el desarrollo de cualquier análisis y posterior estrategia. Me pregunto: ¿Hemos hecho hasta ahora un Balance de estos casi 20 años de Revolución Bolivariana?
No es cosa sencilla compañeros, pues este Balance debe hacerse en medio de radicales cambios en la geopolítica mundial y la agudización de las contradicciones de clase, a saber:
En lo externo:
  • China se erige con la producción y la tecnología de punta, 5G, en los mercados mundiales y se enfila a convertir a Pekin en el centro financiero del mundo.
  • El Capital especulativo estadounidense se derrumba, con sus bonos de la deuda gringa y su dólar de papel, ante la estrategia “Yuan Oro” y “apalancamiento en deuda estadounidense” del Gobierno Chino.
  • Irán se blinda tecnológicamente y organiza a todas las fuerzas antiimperialistas de la Región, para bloquearle a los gringos cualquier táctica de desestabilización en el “estrecho de Ormuz”.
  • En jaque mate el Capital Especulativo estadounidense. Desesperado, enfila sus cañones de guerra “Proxy o no convencional” contra Venezuela, decretándonos “Amenaza contra la seguridad de los EEUU”, para aplicarnos a partir de esa “Orden Ejecutiva Presidencial”, un conjunto de medidas unilaterales coercitivas, que tienen como objetivo, colocar a Venezuela en “Default” o Insolvencia, de manera que no podamos pagar la deuda. Ellos entonces, a través de su sistema judicial corrupto; al que por cierto, aceptamos acogernos; nos demandan y deciden pagarse con nuestros activos. Petróleo y oro. Sustituirían en su “Balance Financiero” a sus activos, que no tienen más valor que el papel en el que se imprimen.

A lo interno:

  • Nos estallan, como bombas atómicas, el “Sistema Capitalista y el Estado Burgués”. Padres de la corrupción, la explotación de los trabajadores y la miseria de los humildes. Casos como Cadivi, el Fondo Chino, la Faja Petrolífera del Orinoco y ahora CITGO, nos exigen, tal como lo propuso Fernando Soto Rojas, en su discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente en el Panteón Nacional, la creación de una Comisión Nacional de Ética con plenos poderes para perseguir los delitos de corrupción y los delitos de terrorismo económico.
  • El peso de la emisión de bonos con vencimiento 2017, 2018, 2019 y 2020. Deuda con garantía sobre los activos de PDVSA, que se hizo durante la gestión de Rafael Ramírez, en la mejor época de ingresos por concepto de venta de petróleo, y que por su naturaleza, fueron a parar a manos del Capital Especulativo estadounidense, ese que hoy nos da la pelea por apoderarse de nuestros activos.
  • El ataque a nuestra moneda, el Bolívar. A través de “Dólar Today”, que pulveriza los salarios de los trabajadores y las trabajadoras con estratosféricos índices de hiperinflación. En esto, suscribo públicamente, también, la propuesta del compañero Fernando Soto Rojas, de respaldar nuestra moneda con Oro, para defender el Bolívar.
  • La pelea por imponer la “Ética Revolucionaria”, David Nieves. Por reorganizar y mantener unidas las fuerzas revolucionarias, Fernando Soto Rojas. Por la transformación curricular, Rodulfo Pérez, Yolanda Pérez. Por la Bibliodiversidad y el libro de papel, Marialcira Matute, Isidoro Duarte. Por la protección y difusión del canto popular revolucionario, Leonel Ruiz, Nataly Pérez. Por la defensa y el fortalecimiento del Bolívar, Pascualina Curcio. Por la radicación de los juicios contra la República en territorio venezolano, Luis Britto. Por la nacionalización de la Banca y alternativas soberanas que desistan de la emisión de deuda clásica, José Luís Pérez, Nelly Carrillo. Por los precios justos, Pueblo de Venezuela.
  • Y en fin, todas las contradicciones que a lo interno generan la vigencia del Capitalismo y el Estado Burgués.

El segundo elemento en el pensamiento de Jorge Rodríguez es la “Reeducación permanente y la preparación de nuestros cuadros y militantes”, con la finalidad de dar el debate desde la TEORIA COMBINADA CON LA PRACTICA REVOLUCIONARIA. Solo así, con conocimiento, pero también con hechos, podremos derrotar al reformismo, que esta vivito y coleando en nuestra institucionalidad.
Decía Jorge Rodríguez: “La lucha en el terreno de la teoría, para que sea efectiva y verdadera, debe estar estrechamente ligada al desenvolvimiento de los conflictos de clase. Esta doble lucha, desarrollada en un solo acto, constituye la real unión de la teoría y la práctica”[2]. Ven, como esta aquí presente, claro, actual, vigente.
El tercer elemento del pensamiento de Jorge Rodríguez es “la organización de las fuerzas”, él decía: “Esforzarse por presentar un frente común ante el enemigo de clase, por aplicar perseverantemente la táctica revolucionaria de recuperación y preparación de nuestra fuerza”[3]. Agrego yo, esforzarse por reorganizar y mantener un frente común de todas nuestras fuerzas sociales ante el enemigo de clase. Pues las fuerzas de hoy no son las mismas con las que se encontró Jorge Rodríguez en su época, de las cuales él aquejaba “apatía”  “desánimo”. Hoy nuestros trabajadores, nuestros estudiantes, nuestros campesinos, nuestras mujeres y los pueblos del mundo, que representan la internacionalización de la que él tanto habló, tienen un nivel superior de conciencia, de organización. El mundo denuncia el Imperialismo y a escasas cuadras de aquí, hoy, estamos declarando, en un esfuerzo mundial, el 9 de agosto como “Día Internacional de los crímenes de EEUU contra la Humanidad”. No es poca cosa eso.
Ahora bien compañeros, la lucha continúa con las mismas contradicciones que denunciaba Jorge Rodríguez en los años 70, en un escenario mundial cambiante. Dentro de una realidad económica y política interna, en donde se nos plantea la encrucijada, nuevamente, entre el camino del socialismo o la vereda del reformismo. Nosotros hoy, como Jorge Rodríguez ayer, enarbolaremos la bandera del socialismo.
Nos toca entonces, al conocer y reconocer a Jorge Rodríguez en nosotros mismos. Primero, hacer un Balance: ¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? ¿Qué tenemos?¿Qué nos falta?. Segundo, estudiar constantemente la teoría revolucionaria, o crearla, como es el caso de Pascualina Curcio Curcio y sus tesis del Ataque a la Moneda como un arma Imperial. Causa primordial de la hiperinflación. Tesis ésta que será objeto de estudio, en algún momento, en las universidades del Mundo. Para ella, para Pascualina, pido un fuerte aplauso solidario por su valentía y claridad, un abrazo en la lucha.
Combinar esa teoría con la práctica revolucionaria. Construir en lo concreto para derrotar al reformismo. Como es el caso del ensemillamiento en Guanape estado Anzoátegui y Zamora estado Aragua, o del Sistema Integral de Salud en el Ministerio del Poder Popular para la Educación durante el año 2016.
Y tercero, nos toca, reorganizar las fuerzas para enfrentar unidos al enemigo, al cual debemos tener bien identificado. El Capital internacional. Hoy en su forma más desarrollada, el Capital Financiero. Así mismo, tener claras las armas y estrategias que usa el enemigo para llevar adelante la agresión a los pueblos.
En este sentido, dice Fernando Soto Rojas que los imperios siempre han desarrollado el “CERCO y ANIQUILAMIENTO” contra los pueblos y las naciones. También que los imperios desaparecen pero los pueblos perduran, si se levantan y tienen un programa de lucha que los unifique.
En esta hora difícil de nuestra historia. En esta hora crucial de lo que somos. Levantémonos, mantengamos firme nuestro programa histórico de lucha y seamos consecuentes con nuestro grito de combate: “el socialismo se conquista peleando. No desmayemos ni un minuto de esa pelea que tiene como límite la victoria o la muerte”[4]. ¡Hasta la victoria siempre!

¡Viva Jorge Rodriguez! ¡Viva Chávez! ¡Viva el Pueblo Venezolano!

Notas
[1] Pag. 89. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.
[2] Pag. 234. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.
[3] Pag. 265. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.
[4] Pag. 302. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.

Yo no conocí a Jorge Rodríguez. No personalmente. Nacía yo, un 12 de junio de 1976, en el Hospital Universitario de Caracas, cuando él caminaba por esos pasillos, por estas calles, sabiendo que corría un grave peligro, si, pero jamás que su vida estaba en cuenta regresiva. Tan solo 42 días después, el Gobierno de Carlos Andrés Pérez le haría “el mandao” al Imperio y a la burguesía venezolana, asesinándolo brutalmente, como todos conocemos.
Siempre me pregunté: ¿Por qué a él?. Pero no fue sino hasta años después, conociéndolo, que lo comprendí todo.
Crecí, en un hogar de gente humilde, entre trabajadores y estudiantes. Mi abuela, “Doña Josefina”, era Comunista. Mi abuelo “el Doctor Valerio” era Medico de la Guardia Nacional, anticomunista, murió y nunca supo en lo que andaba mi abuela. Mis tíos, militantes de la Liga Socialista y de la OR. Mi mamá, militante del MAS. Electa Concejal con el voto de los movimientos campesinos de Yaracuy. Luchó toda su vida por la “Reforma Agraria”, hoy “Ley de Tierras y Desarrollo Agrario”, aprobada en aquellas famosas “49 leyes habilitantes” del Comandante Hugo Chávez, que le valieron un primer Golpe de Estado, como deben recordar.
No conocí personalmente a Jorge Rodríguez, como ya les dije. Pero crecí entre sus debates. Mi tío Fernando Valerio alias “la Lechuza”, hoy compartiendo plano con Jorge Rodríguez, era Coordinador de la Liga Socialista en el Estado Lara. Él, debatía constantemente con mi mamá acerca del reformismo del partido “MAS”, al que ella defendía. No comprendía yo, entonces, los alcances de esa discusión.
Crecí escuchando los discos de Alí Primera. “Uich! bajito mija que nos pueden venir a allanar”, decía mi abuela. Estudié en un Colegio de padres y de monjas en Barquisimeto. Allí fui reprendida constantemente. Citaban a mis padres todo el tiempo para decirles que yo “no podía estar discutiendo en las clases de catecismo que la lucha por el hombre (y diríamos ahora, la mujer) no se hace por caridad”. Y que tampoco podía yo andar cantando por los corredores de esa dignísima Institución Educativa “una mañana de Sol radiante… o Bella Ciao, bella ciao, ciao, ciao ”. Mis padres me convidaban a respetar al Colegio: “¿Entonces hija? Te van a expulsar!”. Mi abuela, por su parte, se reía, y calladita me animaba: “no le pare bola, que hay que perseverar en la lucha”.
Luego me vine a estudiar Derecho a Caracas, decía mi abuela: “para subvertir el orden preestablecido ¿me oyó?”. Y años más tarde, a finales del 2009, me tocó jugar ajedrez con el Capital Especulativo Criollo, que hacía de las suyas dejando en la calle a más de 2 millones de ahorristas y al 80% de los depósitos del Estado venezolano. Justo allí, en ese preciso instante, conocí de Jorge Rodríguez. Dejó de ser lo que me enseñaron mis tíos y mi abuela para hacerse mi propia práctica.
Regresaron en el túnel del tiempo, de los discursos y denuncias de Jorge Rodríguez, vivitos y coleando, a mi presente como Interventora y Liquidadora de bancos, casas de bolsa y empresas de seguro, nombres como: Eugenio Mendoza, los Tinoco, los Lauría, los Boulton, los Zuloaga con el Grupo Financiero Federal y Globovisión. Los Salvatierra, los Branger, los Brillenbourg con la torre Confinanzas, famosa Torre David. Esa que le dieron 19 veces en garantía a la República a cuenta de los auxilios financieros, que también se llevaron, y no fue sino hasta el año 2016 que pasó a ser propiedad del Estado. Luego de una lucha encarnizada con la institucionalidad burguesa.
Los Vollmer, intachables por cierto, con su Banco Mercantil. Socios de la Comerse Bank. Tenedora, esta última, de una porción de nuestra deuda. Deuda con la que demandan a la República para embargarnos y despojarnos de nuestros activos. Su “Proyecto Alcatraz” un tamiz para su clase explotadora que esconde a su vez el desclasamiento y desarraigo de nuestros jóvenes aragüeños.
Hice cosas que representaron grandes cambios en esa pelea que me encomendó, y supervisó muy de cerca, el Comandante Chávez. Le pagué a todos los trabajadores, ahorristas y asegurados, lo que les tocaba, poniendo el acento en la justicia más allá de la ley. Perseguí y recuperé, dentro y fuera de Venezuela, para la República, los activos que se llevaron y escondieron los banqueros.
Pero lo más importante que hice fue conocer y reconocer a Jorge Rodríguez en mí. Comprender que la realidad de la que tanto hablaba, que escuché a través de mi abuela y mis tíos, era la misma que yo vivía. Estaba en medio de la contradicción fundamental, la lucha de los trabajadores y los humildes contra el Capital especulativo, no solamente criollo, no, sino mundial. Que es uno solo y habita placido en el Estado Burgués, vigente en Venezuela.
Después de 10 años trabajando en el Ministerio de Finanzas, Fogade, Superintendencia de la Actividad Aseguradora, Superintendencia Nacional de Valores y Seguros Federal, no pude lograr resolver el punto central de la dinámica especulitativa del Capital Financiero: la indexación de las acreencias versus la revalorización de los activos “propiedad” de los banqueros fallidos, y más aún, la nacionalización de la Banca.
Entonces entendí porque mataron a Jorge Rodríguez. Entendí también, porque él decía “si caemos en el combate otros valerosos camaradas continuarán el camino”[1], pues esta lucha no es ahora y de una sola persona, no. Esta lucha viene, se esta dando y seguirá dándose en el tiempo. Pasa, necesariamente, por construir un poderoso movimiento internacional, organizado y preparado para tomar el Poder. Reeducando constantemente a miles, millones, de cuadros y militantes que tengan conciencia de la realidad cotidiana. Desarrollados culturalmente para lograr un consenso popular en torno a la conducción de los asuntos de la clase trabajadora y de los humildes del planeta.
Siendo así y conociendo como conozco a Jorge Rodríguez, convencida estoy de que en momentos como este, debemos recurrir, necesariamente, a la teoría revolucionaria, entonces, al “Pensamiento de Jorge Rodríguez”. Al leerlo, destacan tres elementos vitales que considero indispensable revisar:
El primero de ellos es transversal a todo el Discurso de Jorge Rodríguez. “El Balance”. Principio para el desarrollo de cualquier análisis y posterior estrategia. Me pregunto: ¿Hemos hecho hasta ahora un Balance de estos casi 20 años de Revolución Bolivariana?
No es cosa sencilla compañeros, pues este Balance debe hacerse en medio de radicales cambios en la geopolítica mundial y la agudización de las contradicciones de clase, a saber:
En lo externo:
  • China se erige con la producción y la tecnología de punta, 5G, en los mercados mundiales y se enfila a convertir a Pekin en el centro financiero del mundo.
  • El Capital especulativo estadounidense se derrumba, con sus bonos de la deuda gringa y su dólar de papel, ante la estrategia “Yuan Oro” y “apalancamiento en deuda estadounidense” del Gobierno Chino.
  • Irán se blinda tecnológicamente y organiza a todas las fuerzas antiimperialistas de la Región, para bloquearle a los gringos cualquier táctica de desestabilización en el “estrecho de Ormuz”.
  • En jaque mate el Capital Especulativo estadounidense. Desesperado, enfila sus cañones de guerra “Proxy o no convencional” contra Venezuela, decretándonos “Amenaza contra la seguridad de los EEUU”, para aplicarnos a partir de esa “Orden Ejecutiva Presidencial”, un conjunto de medidas unilaterales coercitivas, que tienen como objetivo, colocar a Venezuela en “Default” o Insolvencia, de manera que no podamos pagar la deuda. Ellos entonces, a través de su sistema judicial corrupto; al que por cierto, aceptamos acogernos; nos demandan y deciden pagarse con nuestros activos. Petróleo y oro. Sustituirían en su “Balance Financiero” a sus activos, que no tienen más valor que el papel en el que se imprimen.

A lo interno:

  • Nos estallan, como bombas atómicas, el “Sistema Capitalista y el Estado Burgués”. Padres de la corrupción, la explotación de los trabajadores y la miseria de los humildes. Casos como Cadivi, el Fondo Chino, la Faja Petrolífera del Orinoco y ahora CITGO, nos exigen, tal como lo propuso Fernando Soto Rojas, en su discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente en el Panteón Nacional, la creación de una Comisión Nacional de Ética con plenos poderes para perseguir los delitos de corrupción y los delitos de terrorismo económico.
  • El peso de la emisión de bonos con vencimiento 2017, 2018, 2019 y 2020. Deuda con garantía sobre los activos de PDVSA, que se hizo durante la gestión de Rafael Ramírez, en la mejor época de ingresos por concepto de venta de petróleo, y que por su naturaleza, fueron a parar a manos del Capital Especulativo estadounidense, ese que hoy nos da la pelea por apoderarse de nuestros activos.
  • El ataque a nuestra moneda, el Bolívar. A través de “Dólar Today”, que pulveriza los salarios de los trabajadores y las trabajadoras con estratosféricos índices de hiperinflación. En esto, suscribo públicamente, también, la propuesta del compañero Fernando Soto Rojas, de respaldar nuestra moneda con Oro, para defender el Bolívar.
  • La pelea por imponer la “Ética Revolucionaria”, David Nieves. Por reorganizar y mantener unidas las fuerzas revolucionarias, Fernando Soto Rojas. Por la transformación curricular, Rodulfo Pérez, Yolanda Pérez. Por la Bibliodiversidad y el libro de papel, Marialcira Matute, Isidoro Duarte. Por la protección y difusión del canto popular revolucionario, Leonel Ruiz, Nataly Pérez. Por la defensa y el fortalecimiento del Bolívar, Pascualina Curcio. Por la radicación de los juicios contra la República en territorio venezolano, Luis Britto. Por la nacionalización de la Banca y alternativas soberanas que desistan de la emisión de deuda clásica, José Luís Pérez, Nelly Carrillo. Por los precios justos, Pueblo de Venezuela.
  • Y en fin, todas las contradicciones que a lo interno generan la vigencia del Capitalismo y el Estado Burgués.

El segundo elemento en el pensamiento de Jorge Rodríguez es la “Reeducación permanente y la preparación de nuestros cuadros y militantes”, con la finalidad de dar el debate desde la TEORIA COMBINADA CON LA PRACTICA REVOLUCIONARIA. Solo así, con conocimiento, pero también con hechos, podremos derrotar al reformismo, que esta vivito y coleando en nuestra institucionalidad.
Decía Jorge Rodríguez: “La lucha en el terreno de la teoría, para que sea efectiva y verdadera, debe estar estrechamente ligada al desenvolvimiento de los conflictos de clase. Esta doble lucha, desarrollada en un solo acto, constituye la real unión de la teoría y la práctica”[2]. Ven, como esta aquí presente, claro, actual, vigente.
El tercer elemento del pensamiento de Jorge Rodríguez es “la organización de las fuerzas”, él decía: “Esforzarse por presentar un frente común ante el enemigo de clase, por aplicar perseverantemente la táctica revolucionaria de recuperación y preparación de nuestra fuerza”[3]. Agrego yo, esforzarse por reorganizar y mantener un frente común de todas nuestras fuerzas sociales ante el enemigo de clase. Pues las fuerzas de hoy no son las mismas con las que se encontró Jorge Rodríguez en su época, de las cuales él aquejaba “apatía”  “desánimo”. Hoy nuestros trabajadores, nuestros estudiantes, nuestros campesinos, nuestras mujeres y los pueblos del mundo, que representan la internacionalización de la que él tanto habló, tienen un nivel superior de conciencia, de organización. El mundo denuncia el Imperialismo y a escasas cuadras de aquí, hoy, estamos declarando, en un esfuerzo mundial, el 9 de agosto como “Día Internacional de los crímenes de EEUU contra la Humanidad”. No es poca cosa eso.
Ahora bien compañeros, la lucha continúa con las mismas contradicciones que denunciaba Jorge Rodríguez en los años 70, en un escenario mundial cambiante. Dentro de una realidad económica y política interna, en donde se nos plantea la encrucijada, nuevamente, entre el camino del socialismo o la vereda del reformismo. Nosotros hoy, como Jorge Rodríguez ayer, enarbolaremos la bandera del socialismo.
Nos toca entonces, al conocer y reconocer a Jorge Rodríguez en nosotros mismos. Primero, hacer un Balance: ¿De dónde venimos? ¿Dónde estamos? ¿Qué tenemos?¿Qué nos falta?. Segundo, estudiar constantemente la teoría revolucionaria, o crearla, como es el caso de Pascualina Curcio Curcio y sus tesis del Ataque a la Moneda como un arma Imperial. Causa primordial de la hiperinflación. Tesis ésta que será objeto de estudio, en algún momento, en las universidades del Mundo. Para ella, para Pascualina, pido un fuerte aplauso solidario por su valentía y claridad, un abrazo en la lucha.
Combinar esa teoría con la práctica revolucionaria. Construir en lo concreto para derrotar al reformismo. Como es el caso del ensemillamiento en Guanape estado Anzoátegui y Zamora estado Aragua, o del Sistema Integral de Salud en el Ministerio del Poder Popular para la Educación durante el año 2016.
Y tercero, nos toca, reorganizar las fuerzas para enfrentar unidos al enemigo, al cual debemos tener bien identificado. El Capital internacional. Hoy en su forma más desarrollada, el Capital Financiero. Así mismo, tener claras las armas y estrategias que usa el enemigo para llevar adelante la agresión a los pueblos.
En este sentido, dice Fernando Soto Rojas que los imperios siempre han desarrollado el “CERCO y ANIQUILAMIENTO” contra los pueblos y las naciones. También que los imperios desaparecen pero los pueblos perduran, si se levantan y tienen un programa de lucha que los unifique.
En esta hora difícil de nuestra historia. En esta hora crucial de lo que somos. Levantémonos, mantengamos firme nuestro programa histórico de lucha y seamos consecuentes con nuestro grito de combate: “el socialismo se conquista peleando. No desmayemos ni un minuto de esa pelea que tiene como límite la victoria o la muerte”[4]. ¡Hasta la victoria siempre!

¡Viva Jorge Rodriguez! ¡Viva Chávez! ¡Viva el Pueblo Venezolano!

Notas
[1] Pag. 89. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.
[2] Pag. 234. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.
[3] Pag. 265. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.
[4] Pag. 302. Pensamiento de Jorge Rodríguez. Fondo Editorial Fundarte. Alcaldía de Caracas.


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