Estamos a las puertas de la singularidad tecnológica si no es que ya hemos entrado en ella y aún no lo sabemos. Vayamos por pasos. Las singularidad es un evento que nos lleva a una situación impredecible para el ser humano. Por ejemplo, son eventos que provocan la singularidad una guerra atómica o una pandemia mundial o el impacto de un meteorito que aniquilase a gran parte de la población humana, todo eso nos lleva a un futuro ignoto.
Un evento que provocaría la singularidad tecnológica es el contacto con una civilización extraterrestre que llegara a la Tierra. La tecnología que tendrían provocaría también una singularidad ya que sería como si todo lo que predijo Julio Verne en sus libros se convirtiera todo en realidad de un día para otro en su tiempo.
Estos eventos pertenecen todos de momento al terreno de la ciencia-ficción, sin embargo hay un evento que puede provocar la singularidad que ya se está gestando o que incluso puede que haya sucedido: la emergencia de una Inteligencia Artificial (IA) consciente que desborde por completo a la inteligencia humana y actúe con autonomía. Esto provocará el mayor cambio en toda la Historia de la Humanidad. ¿Que pasará cuando suceda? No hay que ser agoreros pensando en una guerra contra las máquinas o en una extinción, simplemente no tenemos ni idea, por eso es una singularidad.
La singularidad fue descrita por primera vez por el matemático John von Neumann en 1957 que antes los incesantes descubrimientos científicos dijo " El cada vez más rápido progreso tecnológico y los cambios en el modo de la vida humana, lo que da la apariencia de que se acerca alguna singularidad esencial en la historia de la raza humana más allá de sus propios asuntos tales como los conocemos, no puede seguir ". La emergian de una IA fuerte (stong IA en inglés) no puede llevar a esa región desconocida e impredecible.
En vista de lo explicado en la reciente conferencia sobre Transhumanismo a la que asistí posiblemente estamos ante una confluencia de singularidades tecnológicas, es decir, no habrá un solo evento que producirá cambios de tal magnitud que no podremos evaluar sino que posiblemente en los próximos 10 años se darán varias singularidades, la relacionada con la Inteligencia Artificial, la derivadas de la Industria 4.0 donde todo está automatizado y apenas se necesitan humanos para la mayoría de tareas y la singularidad biológica que permitirá la cura de enfermedad y la superlongevidad.
Revoluciones tecnológicas
El ser humano está acostumbrado a las revoluciones tecnológicas que solían llegar con décadas o lustros de diferencia. En 1830 se inventó el telégrafo y pasaron unos setenta años hasta que llegaran el teléfono y la radio que supuso un enorme cambio social. Posteriormente tuvieron que pasar cuarenta años hasta que tuvimos la televisión en nuestras casos. Después en poco años, y a un ritmo vertiginoso nos han llegado los ordenadores, Internet, teléfono móviles, etc.
Gordon Moore, cofundador de Intel formuló en los años 60 una predicción, el número de transistores en un chip se duplicaría cada dos años y por lo tanto también la potencia de los ordenadores. Se ha ido cumpliendo de forma tan precisa que ha recibido el nombre de Ley Moore.
Los avances parecen llegar al azar y todo es tan predecible que algunos como el inventor Ray Kurzweil le dan también a estos avances el carácter de ley, la ley de retornos acelerados. Es decir, de continuar a este ritmo las revoluciones tecnológicas serán diarias.
AlphaGo Zero. Un ejemplo práctico de singularidad tecnológica
Como se puede comprobar en este blog soy jugador de Ajedrez. Recuerdo que en la década de los 80 asistí asombrado a la llegada de las máquinas que jugaban a ajedrez. Pronto nos dimos cuentas que para los jugadores de club nivel alto ya no era posible ganarlas, solo lo hacían los profesionales. Sin embargo cuando Deep Blue ganó a Kasparov el reinado de los hombres acabó y lo programas informáticos pasaron a tener el papel de entrenadores.
A partir de ese momento los programas de ajedrez tuvieron también su propio campeonato mundial para ver cual era el mejor. Esos programas incorporan las reglas del juego y las estrategias han sido desarrolladas con la asesoría de lo mejores jugadores del mundo. Hasta 2017 el mejor programa era Stockfish.
En diciembre de 2017 Stockfish se enfrentó en un match a 100 partidos contra el progra AlphaGo Zero, desarrollado en la división DeepMind de Google. La IA ganó por 28 victorias, 72 tablas y 0 derrotas. Pero esto no es lo más importante. AlphaGo aprendió a jugar a ajedrez sin ayuda humana a partir de las reglas del juego en 4 horas. La IA avanzó más en 4 hombre que las mejores mentes del mundo en 40 años. A nadie se le escapa que si se aplica esta proporción a campos de la ciencia y tecnología ya estamos inmersos en la singularidad tecnológica.
Por cierto, para los entusiastas de Julio Verne les recomiendo la colección de RBA, la editorial de Ricardo Rodrigo apuesta una vez más por la difusión científica.