Precio: 10.82€ / 0.75€
Sobre el autor: Leandro Pérez
"La memoria miente. Los recuerdos más alejados en el tiempo retornan, nítidos pero traicioneros, para confundirnos. El pasado pasa. No existe. Pero el recuerdo tiene vida propia. El recuerdo resiste. Puede anestesiarnos o soliviantarnos. Puede jodernos como una muela cariada".
Es la primera vez que leo algo de este escritor y tengo que reconocer que me ha sorprendido mucho y para bien. Hace unos años cuando publicó Las cuatro torres escuché buenas críticas y me recomendaron que la leyera, pero entre que la sinopsis no acababa de convencerme y que esperaba que fuera un poco más de lo mismo, no le di la oportunidad. Ahora después de haber leído esta y disfrutar tanto, sí que la leeré y las próximas que publique, porque la serie de Juan Torca no ha hecho más que comenzar.
El protagonista, Juan Torca, es un hombre complicado en todos los aspectos. Es listo y resolutivo. Tiene un pasado turbulento y un presente en el que todavía sigue haciéndose un hueco, tratando de encontrar su sitio. No necesita trabajar para poder vivir e intenta pasar desapercibido y no meterse en problemas, pero estos ya se encargan de buscarlo a él.
Tiene un alto sentido del deber y la justicia. No hace la vista gorda antes situaciones injustas o que él considera que bajo ningún concepto puede dejar pasar por alto. Está muy bien entrenado debido a su pasado militar, pero reconoce que no es un "súper hombre" y que los años van haciendo mella sobre todo, en sus facultades físicas. Conoce cuáles son sus límites e intenta no traspasarlos aunque en algún momento no le quede otra opción.
Jandro y Luis, más conocidos como "Los compadres", son sus amigos íntimos, su sombra y las personas con las que más momentos de todo tipo ha compartido. Hacen un equipo bastante curioso y equilibrado en el que cada uno aporta algo diferente complementándose mutuamente.
Mi personaje favorito, con diferencia, es Jandro. Es un disparate de hombre. Desde su apariencia física hasta sus hábitos resultan excesivos. Obsesionado con la comida y con un sentido del deber muy grande, resulta un poco caricaturesco. Deja en la novela una huella única y no sólo por lo gracioso, sino por su valía como persona y su calidad humana.
Otro aspecto que me ha gustado mucho, es que Leandro presta especial atención a la sicología de los personajes, a su forma de comportarse y desarrollar sus habilidades o aptitudes. Aunque la trama parte de un asesinato, lo describe de una forma poética y bonita dentro de lo triste e impactante que es la situación. Nada resulta grotesco o morboso, todo lo contrario. Consigue que veamos a la víctima como una persona y no sólo como un cadáver. Que no nos centremos sólo en lo que vemos, que no nos quedemos con esa única imagen. La humaniza, la dota de personalidad propia con sueños y sentimientos.
La historia está muy bien contada y desarrollada, con las dosis justas de tensión y momentos divertidos. Todo está bien hilvanado. No quedan flecos sueltos, ni las típicas explicaciones "raras" como cogidas con alfileres que dan la sensación de que a última hora le han entrado las prisas al autor por terminar de escribir. El final me gustó mucho y no me resultó nada previsible, cosa que valoro cada vez más.