- Marina Muñoz Cervera
La sobrasada es un embutido semicurado muy típico de la isla de Mallorca (España) que se consume como desayuno, merienda o para picar, normalmente untado en pan, también como ingrediente en algunas receta culinarias.
Lleva carne de cerdo y especias, como pimentón y pimienta negra. Su sabor es delicioso, pero no se suele preparar con los cortes magros del cerdo y tiene mucha grasa, el equivalente a dos cucharadas soperas rasas de grasas saturadas y un poco más de monoinsaturadas; solo una pequeña parte de su composición son poliinsaturadas.
Es uno de los productos obtenido de la matanza del cerdo y se considera artesanal en su fabricación.
Procede de la necesidad de prolongar la conservación de los alimentos durante largos tiempos períodos de tiempo sin que se deterioren.
Hoy en día, gracias a la existencia de los frigoríficos, tenemos resuelto el problema de la conservación, pero la tradición persiste como un bagaje cultural gastronómico.
La sobrasada no solo tiene grasas, también aporta vitaminas, sobre todo A, niacina, B12, K, entre otras. También minerales, como calcio, selenio, hierro y mucha cantidad de sodio.
No tiene mucha proteína, lo que indica que la cantidad de carne de cerdo, propiamente dicha, es escasa en su contenido.
Vamos a conocer una alternativa vegetal que minimiza el riesgo cardiovascular por ser menos rica en grasas y destaca por su abundancia en proteína vegetal. La receta procede del libro “Placer y salud en su mesa” del Dr. Jorge Pamplona Roger (*) y también recibe el nombre de “Paté bravo”.
Ingredientes:
- 240 gramos de proteína de soja texturizada remojada en caldo vegetal (110 gramos en seco).
- 50 gramos de almendras crudas peladas.
- 50 gramos de semillas de girasol peladas.
- 4 dientes de ajo machacados.
- 1 cucharada de pimentón dulce.
- 1 cucharada de pimentón picante.
- 1 cucharada de orégano.
- 8 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal.
Elaboración:
Mezclamos en un bol, la soja, el aceite, las especies y el ajo machacado y trituramos hasta que quede una pasta todo lo fina que deseemos.
Aplastamos las almendras con un rodillo hasta que queden en trocitos pequeños y las añadimos a la mezcla anterior junto con las semillas de girasol.
Mezclamos todo muy bien y lo guardamos en un recipiente con tapa hermética. Lo conservamos en el frigorífico.
Ventajas de la sobrasada vegetal:
- Al preparar este tipo de sobrasada hemos cambiado el contenido en grasas, reduciéndose la cantidad de grasa saturada.
- El contenido graso es de procedencia vegetal, frutos secos, ajos y aceite de oliva.
- Tiene menos sodio porque no lo necesitamos para su conservación.
- Su aporte proteico es de origen vegetal y mucho mayor que el de la sobrasada animal, procede de la soja y en menor medida de los frutos secos.
La elección entre la sobrasada de origen vegetal y la animal, depende sobre todo del resto de nuestra alimentación y de nuestro estado de salud. Si estamos sanos y nuestra comida no está sobrecargada con grasas saturadas (no consumimos más de un 10% del total calórico diario de grasa saturada) y sodio (no tomamos más de 3 a 5 gramos de sal al día), podemos comerla sin problemas, de forma esporádica. Pero si ya tenemos algún problema de salud, como hipertensión, sobrepeso, obesidad, triglicéridos altos, colesterol alto u otro factor de riesgo cardiovascular, es mejor que nos inclinemos por la sobrasada vegetal que está igualmente deliciosa y supone una alternativa que nos impide quedarnos con las ganas.
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Fuente:
(*) Dr. Jorge Pamplona Roger. “Placer y Salud en su mesa. Recetas para vivir mejor”. pág- 66. Editorial Safeliz, S.L. 2004.
ISBN-: 978-987-567-210-9
Imagen:
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