– Marina Muñoz Cervera –
Las consecuencias de la sobrenutrición son el sobrepeso y la obesidad.
Hasta hace poco tiempo, el hecho de nutrirnos en exceso, presentaba como único inconveniente social, el aspecto estético. Existían y existen personas que gustan más o menos de otras, con grasa acumulada o sin ella, con la única perspectiva de la imagen. Hoy en día, sabemos que es una forma de malnutrición.
Desde el punto de vista médico, el exceso de peso siempre ha sido un problema, porque es el origen de innumerables problemas de salud.
Hasta que la sobrenutrición no se ha convertido en un problema de dimensiones enormes para la sociedad, hasta el punto que supone un «imposible» para muchos países, afrontar las consecuencias económicas de las enfermedades y discapacidades derivadas de la misma, no se ha abordado desde un punto de vista multidisciplinario, como una problemática social, derivada de los estilos de vida del progreso: actitud sedentaria, alimentación insalubre, desconocimiento, etc.
La salud pública se puso en marcha con todos los mecanismos de los que dispone, para cambiar las mencionadas actitudes, con objeto de que las poblaciones modifiquen sus hábitos, unas veces con resultados alentadores, otras, no tanto.
En este blog, hemos escrito mucho sobre obesidad, sobrepeso y todas sus problemáticas. Sin embargo, y formando parte del curso de la FAO, Alimentarnos bien para estar sanos, que estamos incluyendo dentro de la categoría Lecciones de alimentación sana, vamos a repasar algunos aspectos que atañen al tema, y con ello terminamos el tema 1 del mencionado curso.
¿Qué significa el término «sobrenutrición»?
Este término ha sido introducido recientemente por la OMS, para referirse a una forma de alimentarse, que proporciona más energía, en forma de calorías, de las que son necesarias.
La sobrenutrición conduce a la acumulación anormal de grasa en el cuerpo, de forma leve, en el sobrepeso y, de forma extrema, en la obesidad.
Tanto en un caso como en otro, hay un desequilibrio entre la cantidad de energía aportada, en forma de calorías, y la cantidad de energía gastada en los procesos corporales y vitales.
Aunque una persona con sobrepeso puede estar aparentemente sana, de la distribución de su grasa corporal dependerá su estado de salud real. Es decir, no es lo mismo que grasa se esté acumulando en los órganos y tejidos internos, que en la superficie. Siendo mucho más problemático el primer caso, que el segundo.
No obstante, sea cual sea, el lugar de la grasa acumulada, es el paso previo de la obesidad, cuyas consecuencias veremos a continuación.
Consecuencias de la obesidad.
Los extremos en esta enfermedad son tremendamente incapacitantes, en lo que se refiere a morbilidad, movimiento y vida en general. Aunque se pierda peso, es necesaria la cirugía para eliminar los líquidos acumulados y el exceso de grasa y piel sobrante.
Sin embargo, y sin llegar a los extremos, la obesidad aumenta mucho el riesgo de los siguientes problemas de salud, entre otros:
– Hipertensión arterial.
– Diabetes tipo II.
– Derrame cerebral.
– Enfermedades del corazón.
– Algunos tipos de cáncer.
– Problemas de vesícula biliar.
Las personas obesas tiene la movilidad reducida y problemas para respirar, siendo las consecuencias inmediatas de todo lo anterior, la discapacidad y la muerte prematura, con un alto coste para las familias y para la sociedad.
Los niños obesos serán probablemente obesos adultos y están sufriendo problemas de salud, que anteriormente solo se veían en los adultos, como la hipercolesterolemia e hipertensión. Además, el sobrepeso y la obesidad tienen un gran impacto en la vida del niño, debido a la gran cantidad de barreras con las que se enfrentan, que repercuten en su salud psicológica y física.
¿Cómo medimos el sobrepeso y la obesidad?
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
La definición de la OMS es la siguiente:
– Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso.
– Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.
Algunas cifras:
En el año 2014, más de 1900 millones de adultos mayores de 18 años, tenían sobrepeso. De la cifra anterior, 600 millones de personas eran obesas.
Desde el 1980 hasta el 2014, la prevalencia mundial de la obesidad se ha multiplicado por 2.
El sobrepeso infantil, en los países en desarrollo, ha pasado de 7,5 millones de niños en el año 1990, a 15,5 millones en el 2014.
¿Cómo podemos prevenir?
Independientemente de la obligatoriedad de los gobiernos de ayudar a las personas a manejar su peso, dando sugerencias generales sobre la forma de evitar la sobrenutrición. Nosotros, de forma individual, podemos seguir las recomendaciones de la OMS:
– Limitar la ingesta energética, procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares.
– Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
– Realizar una actividad física periódica ( 60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).
Y, para terminar esta entrada, comentaros que no es nada fácil, salir de un ambiente obesogénico, socialmente establecido. Sin embargo, no es imposible, solo necesitamos el valor y la voluntad, necesarias para llevarlo a cabo.
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Fuentes:
– Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Alimentarse bien para estar sanos”. Depósito de documentos de la FAO. Roma, 2013. ISBN 978-92-5-107610-1.
– Organización Mundial de la Salud. “Obesidad y sobrepeso”. Nota descriptiva nº 311. Enero de 2015.
– Infosalus. “El sobrepeso u obesidad en menores de 5 años alarman a la OMS”.Londres, 25 de enero de 2016.
http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-sobrepeso-obesidad-menores-anos-alarma-oms-20160125174403.html
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