Tal como se presenta esta serie americana de acción, ¿qué es lo que sugiere en sí misma? Es decir, una vez desechado la trama argumental de la serie, ¿qué idea nos otorga de forma inmediata para una reflexión? Efectivamente, la tecnovigilancia. Es decir, cabe entender aquí, grosso modo, como una forma de usar la tecnología para controlar y vigilar una sociedad. Pero, ¿qué artefactos hacen posible la realización de la misma? ¿Qué fines se persiguen? Y sobre todo, ¿es posible eliminar el espionaje electrónico?
"El Gran Hermano te vigila" Así cita Orwell en su novela ficticia "1984" para describir el control del gobierno dictatorial sobre la sociedad. Hasta el momento no disponemos de televisiones propias que vigilen y controlen nuestra intimidad, pero sí disponemos de miles de cámaras de seguridad instaladas en la vía pública o espacios privados, que delatan nuestra presencia y graban todos nuestros movimientos. ¿Es necesario colonizar los espacios públicos y privados mediante "soplones" electrónicos? La respuesta varía según los argumentos que se pretenden aceptar. Es decir, por un lado, los defensores centran sus premisas en la seguridad ciudadana, y por otro lado, los detractores, creen que este medio tecnológico sirve de forma premeditada para lograr un control social, con vistas a satisfacer diversos fines, como por ejemplo, desde la perspectiva del cibergolem: para garantizar sobre todo la estabilidad del mercado libre y el flujo de mercancías y capitales.
Visto de esta forma, la búsqueda radical de los fines oscurece, en gran medida, la realidad de los medios. Es decir, pocas son las personas que saben de la existencia de programas, tales como, Echelon, Carnivore, Global Information Grid, que sirven, básicamente, para construir una sociedad cuya esfera privada no se distingue de la esfera pública. Una sociedad, en definitiva, privada de la intimidad y moviéndose dentro de los márgenes que constituyen los muros de una prisión panóptica.
De esta manera, se plantea una delicada cuestión: ¿se debe privar a la sociedad de su libertad con el pretexto de garantizar su seguridad? Hoy por hoy, se pone en práctica la respuesta más cínica a esta pregunta, hasta tal punto, que cabe dar la razón a Orwell cuando imagina el futuro del hombre como "una bota aplastando un rostro humano incesantemente". Sin embargo, es posible responder a la pregunta desde otro punto de vista, es decir, planteando un nuevo sentido, distinto del primero. Un nuevo sentido por el cual la libertad no se cuestione sino que, por el contrario, sea un fin en sí mismo. Un sentido que delimite el terreno de la esfera pública y la privada. En resumen, un sentido justo y democrático que tenga presente a una sociedad no controlada por una minoría elitista. Solamente así, es posible eliminar esto que entendemos por tecnovigilancia o espionaje electrónico.