Adaptación de la obra de teatro homónima, y rodada como tal en un solo falso plano secuencia, estamos ante una de las obras cumbre del director Alfred Hitchcock, quien logra dar un nuevo significado a la palabra suspense en esta intensa película que contiene grandes interpretaciones, destacando sobremanera el duelo actoral entre James Stewart y John Dall, un excitante guion con un polémico trasfondo que toca complejos temas morales y filosóficos, y finalmente una asombrosa maestría técnica del realizador inglés tras las cámaras, todo ello condensado en apenas setenta y cinco minutos durante los cuales no se puede ni pestañear.
Mi puntuación: 9/10