Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierra y alimentos para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecia y se les humilla. Librado Rivera.
Es curioso ver a San Luis Potosí en el trending topic de Twitter, esa obscena referencia de “lo que se está hablando” en el país. Y es que nuestro estado pocas veces es mencionado en otras partes a menos que se trate de una fiesta de XV años que se salió de control o los vestigios de una matanza en el penal de La Pila que rebasó las expectativas incluso de los que están acostumbrados a la violencia como estilo de vida. La desaparición de un grupo de personas en territorio potosino mientras se encontraban en tránsito hacia el norte corrió como pólvora por la redes sociales.
En plena Semana Santa la noticia tomó por sorpresa al equipo del gobernador Ricardo Gallardo Cardona más preocupados por retirar el plantón de los trabajadores del sindicato independiente de trabajadores de gobierno del estado (SITGE) para abrirle paso a la ruta de la procesión del silencio. La cosa se pudo intensa, como siempre al principio a los voceros les da por desdeñar la gravedad de cualquier incidente. La ausencia del gobernador y la excesiva precaución del secretario de gobierno, Guadalupe Torres provocó que confusas versiones del mismo hecho trascendiera con un cierto dejo de veracidad.
El gobernador del estado de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez Vallejo hizo el anuncio en su cuenta de Twitter dejando en claro tres datos, primero que la desaparición fue en territorio potosino, segundo, que el grupo en búsqueda eran más de una veintena y que había pasado a la acción con los elementos humanos y materiales que tiene a su disposición el estado vecino entre los que se puede presumir un par de helicópteros equipados con cámara infrarroja y térmica. Por último destacó que la coordinación con las instancias federales de combate al secuestro y con las policiacas de San Luis Potosí era preponderante para una pronta resolución del tema. En plena Semana Santa y el gobernador al pie del cañón, el de Guanajuato.
Diego Sinhue ganó la posibilidad de construir la narrativa. Que hoy en día resulta ser más importante que el contexto e incluso, la verdad. Resultó que los que al principio eran un viaje de turistas guanajuatenses distribuidos en dos vehículos y por los cuales se pedía un rescate de 60 mil pesos para no causarles daño, eran migrantes centroamericanos y sudamericanos que habían rentado un servicio de transporte hacia Saltillo, Coahuila. Al parecer los choferes de esas empresas de transporte tienen muy mala suerte o están coludidos con algún grupo criminal que ve en el secuestro de migrantes un negocio fácil y lucrativo.
La primera versión de que los 21 pasajeros originarios de San Felipe Torresmochas, Guanajuato y los dos choferes se encontraban desaparecidos la dijo el propietario de la empresa “Turismos Eiffel” quien proporcionó el servicio de alquiler de transporte e informó en entrevista con el portal de noticias Código San Luis que se había perdido contacto al pasar por la ciudad de Matehuala, San Luis Potosí. Los vehículos de la empresa en mención cuentan con dispositivos rastreadores satelitales y por ende el propietario de la misma tuvo la información casi inmediatamente de que la situación era anómala. Posteriormente tuvo contacto con quien había rentado el servicio el cual le informó la gravedad del caso y el monto que le estaban solicitando por cada persona (incluidos los choferes) para ser liberados. México se ha convertido en un lugar donde no se puede confiar en nadie, te jode el vecino, el amigo, el cura, el médico y hasta el policía que te cuida, podría ser tu asesino.
Como si algo más hiciera falta se conoció de otro grupo de personas desaparecidas pero estas correspondían a un evento más reciente y provenientes del Estado de México, al parecer también pasaron por la carretera de la muerte y esa fue su suerte. Por su parte el gobierno del estado de San Luis Potosí a través del vocero de la secretaría de seguridad pública Miguel Gallegos informó en conferencia de prensa una serie de versiones confusas. Para él solo había una ficha correspondiente a uno de los choferes y que el vehículo en que viajaba habría aparecido por el rumbo.
Al poco rato se sabría que derivado de las acciones conjuntas entre policías estatales, guardia nacional, fiscalía de los estados de San Luis Potosí y Guanajuato se habían localizado a las personas desaparecidas y se conociera del fallecimiento a golpes de uno de los choferes. La cosa no iba a parar ahí, en acciones derivadas de los operativos policiacos se detuvieron delincuentes y se localizaron personas privadas de su libertad. Más de cien hombres y mujeres se encontraban secuestradas en ese momento, lo escandaloso de la noticia no fue siquiera para inmutar al vocero de la guardia civil del estado. Estaban en shock.
El gobernador de Guanajuato se lució con video y fotos de sus agentes, fueron helicópteros del estado vecino los que detectaron un convoy de tres vehículos con seres humanos apilados en medio de las brechas del semidesierto potosino. Será que ya andaban encarrerados o no encontraron de primero a los que andaban buscando porque se fueron a reventar casas de seguridad en la zona y encontraron un centenar de personas que se encontraban privados de su libertad. Al final no eran guanajuatenses los que andaba buscando Diego Sinhue, pero hay que reconocer que el escándalo mediático obligó a todos aplicarse en la búsqueda que hasta parecía que andaban en persecución de un par de turistas gringos.
No podemos decir que esto sea un final feliz, porque el chofer de uno de los vehículos (ese sí guanajuatense) murió torturado por los delincuentes y los migrantes ya habían sufrido la extorsión. Ahora sus familias en Centroamérica ya son 60 mil pesos más pobres de lo que eran antes. Lo que sucedió esta semana pone al descubierto una red criminal que se dedica a extorsionar migrantes y a secuestrar personas que tienen la desgracia de transitar por la carretera de la muerte.
No hay elementos (aún) para poder afirmar la complicidad de las corporaciones policiacas con presencia en el estado, tanto federales como estatales y municipales pero, sí hay que hablar de una clara y manifiesta incompetencia, empezando por el vocero de seguridad pública Miguel Gallegos, ese personajillo patético y servil.
El gobernador del estado Ricardo Gallardo Cardona tiene una excelente campaña de operación en redes sociales, es el personaje más popular del estado y mantiene una sólida base social. La política de contacto es lo de él, pero en los temas de seguridad si le urge un experto en manejo de crisis, o por lo menos alguien que no se acobarde a la hora de los chingadazos. Y de esos no hay muchos.