Revista América Latina

La soga al cuello: La Reforma Perjudicial

Publicado el 10 septiembre 2024 por Pukko @MetropoliSLP

La lógica del poder es postergar el privilegio.

“Ustedes allá en el rancho haciendo mierda a Juan Ramiro Robledo y acá en la Ciudad de México, es de las putas más caras”. Así me lo dijo un irredento testigo de los acontecimientos políticos que quedarán consagrados en la historia con el frenesí de la narrativa oficial como aquellos que consumaron la transformación del país. Yo nomás digo que el tema de la tan traída y llevada “reforma judicial” es muy especializado como para que sea discutida por plebeyos, y en eso precisamente radica la trampa, porque los parias de este país podrá ser que no sepamos mucho de la impartición de justicia, pero si padecemos las “involuntarias deficiencias” del sistema, seamos honestos, -o sea, no nos hagamos pendejos- la estirpe privilegiada que gobierna la justicia en México está utilizando como parapeto a los empleados del poder judicial para crear un movimiento de tipo social con la falsa interpretación de que están en riesgo sus empleos, hasta el momento solo están en peligro las canonjías de la élite dominante. La tardía respuesta de tipo político de los magistrados de la corte, le dio la justificación perfecta y maravillosa a la mayoría dominante en el país, porque tratándose de respaldo popular, bastará una lágrima del presidente Andrés Manuel López Obrador para sacar a la calle diez veces más de pueblo bueno, todos ellos dispuestos a cobrar venganza contra los esbirros del último reducto del conservadurismo mexicano.

Existe la percepción de los mexicanos -sobre todo de clase baja- de que la justicia en este país, es para aquel que puede pagarla, y en cierta forma lo es, pues suponiendo que hubiera jueces honestos e incorruptibles, de cualquier forma las condiciones de desigualdad económica le proporcionarán una mejor defensa a quien pueda contratar un despacho jurídico de mayor categoría, los pobres siempre tienen que andar batallando con los defensores de oficio o contratar eventualmente al abogado de colonia con mínima experiencia, pedote y mujeriego que se cree galán -pero es un gañán. Cuando los pleitos son entre iguales, habrá una puja para ver quién ofrece más, si hay un leve desbalance, la opinión del “señor/señora justicia” se inclinará a favor de quien tenga mayor peso específico. Claro que la impartición de justicia en México reproduce las mismas condiciones de desigualdad que el resto de los mecanismos de poder en el país. No importa si hablamos de alguna organización religiosa, la milicia o evidentemente el sistema de partidos políticos -que también es una porquería. Algunos dicen que “no todos son corruptos en el sistema de justicia mexicano”, y es cierto, el problema es que salvo algunas honrosas excepciones, la gran mayoría de los grupos predominantes son igual de rapaces que los políticos mexicanos, y aún así, no importa, porque esos extraños casos de burócratas honestos no influyen en ninguna decisión, son una minoría que está segregada. Estamos jodidos todos ustedes.

El presidente Andrés también se aprovechó de una condición psicológica, ahora que ha logrado dividir al país en “nosotros los pobres y ustedes los ricos” -y conservadores de mierda, aspiracionistas y ojetes- solo tiene que alentar una maliciosa lucha de clases. Si de algo sabe el presidente es de inteligencia emocional, cuando es necesario victimizarse y poner cara de melindroso, lo hará con magistral histrionismo, si hay que ponerse cínico -en la acepción occidental-, será con desparpajo y sorna, si hay que ser un héroe de la patria, no tendrá reparo en enredarse en la bandera y arrojarse al vacío. El presidente sabe que el pueblo de México tiene un deseo inconcebible de ser culero, los pobres han sido desplazados de sus lugares de origen para construir alguna obra de interés público, sufren el acoso de cualquiera que tenga uniforme y una placa hecha de latón, se compadece de su miseria mientras observa con ansiedad los aparadores de las grandes tiendas, lloran a sus muertos por la violencia atroz que recorre el país y sueñan con la inalcanzable venganza, el mexicano quisiera matar, así como muchos matan y quedan impunes. Pero los mexicanos son como esos “nadies” de los que hablaba Galeano, valen menos que la bala que los mata.

La coalición “sigamos haciendo historia” están utilizando el falso discurso de que la mayoría de mexicanos que votaron por ellos ya dieron su aval para la reforma judicial, vamos, no entiendo porque motivo se ven obligados a dar explicaciones, dudo mucho que la gente ponga atención a los discursos de los candidatos presidenciales, hubo tres debates y de lo que menos se habló fue de propuestas. Los candidatos/as al senado rara vez se les escuchó decir algo y los aspirantes a diputados federales ganaron por la misma inercia de la alianza y por la precariedad de los candidatos de la oposición. Así que si alguien afirma que los mexicanos sabían por lo que estaban votando, pues no, ni siquiera podrían explicar cómo está conformada la estructura del poder judicial y algunos datos mínimos. Eso nada más los expertos que saben de contumacia, jurisprudencias y controversias constitucionales podrían explicarlo. La mayoría de los mexicanos que refrendaron la confianza en el actual régimen lo hicieron porque aumentó la pensión del bienestar y por la promesa de una mayor cantidad en la repartición, habrían votado por el regreso de la pena de muerte y un nuevo fondo bancario de protección al ahorro (fobaproa) si hubiera sido necesario. Tampoco creo que tenga la razón la oposición si se ponen a gritar a los cuatro vientos que perdieron porque los morenos compraron los votos con dádivas, después de todo, ese ejército de hambreados lo construyó el (PRI) partido revolucionario institucional con la colaboración del (PAN) partido acción nacional. Hay veces que es mejor cerrar el hocicote, no sea que haya alguien en el respetable con un poquito de memoria histórica.

Nunca creí que escucharía de algo tan extraño como que la corte le concediera una suspensión definitiva en un juicio de amparo a personal de la corte por ver vulnerados sus derechos como integrantes del poder judicial, pero en esa etapa estamos y no sabemos cuánto puede durar el efecto de esa píldora, pero sabemos que es inevitable. Si acaso la oposición aspira a no cumplir el capricho del presidente de ver consumada su creación antes de irse de la presidencia, como quiera ese será su legado y nadie podrá quitárselo -sea lo que sea que eso signifique. Podremos discrepar en la forma que la cuarta transformación pretende modificar el sistema de justicia, pero no podemos negar que hay una mafia que ha abusado del poder, se conceden excesivas compensaciones y tienen un manejo discrecional del presupuesto. Es muy difícil estar de parte del poder judicial, antes decían que los hombres (y mujeres por supuesto) no son las instituciones, pero las huestes del presidente Andrés son mayoría y ya no van a escuchar razones. Sabemos lo que va pasar, solo nos falta conocer si el esquirol será priísta o panista. Esa ya se la sabe la oposición, no hace mucho tiempo el “pacto por México” consiguió una reforma energética empapelando las conciencias, y muchos salieron multimillonarios e impunes. Y no pasó nada.

Se adelantó en el camino mi amigo Ramón Leboreiro, se fue intempestivamente, disfrutaba la vida y refunfuñar, tipo gentil y de trato afable, vaya pues un abrazo a su familia a quien quiso mucho.


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