Es oficial, el riesgo es inminente y el pánico se apoderó de la clase política potosina. Los empresarios también están aterrorizados ante el advenimiento de un posible triunfo del partido verde en la elección de gobernador. Los negocios en proceso estarán en peligro, y sabemos que la élite potosina no es reconocida por ser propiamente dadivosa o audaz. Más bien convenenciera.
A fuerza de repetirlo todos han comenzado a creerlo, José Ricardo Gallardo Cardona alias el “pollo” obtendrá el triunfo en la elección del próximo seis de junio. Las razones que se esgrimen son diversas: porque el presidente Andrés así lo decidió hace ya mucho tiempo; porque trae mucho dinero de origen desconocido y anda de obsequioso; porque intereses oscuros ligados al crimen organizado provenientes de cierto estado vecino del norte quieren posesionarse y aprovechar las ventajas geográficas de San Luis Potosí; porque el trato verdes – morenos fue (hace tiempo) que quien estuviera mejor posicionado en las encuestas sería beneficiado por el voto útil del que llegue rezagado. Lo importante es frenar el avance neoliberal.
El pollo sueña con la gloria, las ambiciones del joven Gallardo fueron abruptamente interrumpidas hace varios años cuando ya se perfilaba como posible candidato a gobernador del partido de la revolución democrática, la noche de su detención hubo un apagón que dejó la mitad de la ciudad a oscuras, al parecer, un camión materialista derribó un poste de energía eléctrica y las consecuencias fueron millonarias. Así se despidió el “pollo” de San Luis Potosí.
Cuando estuvo de regreso las cosas ya no eran igual, la gallardía creció y se había convertido en un movimiento de masas, miles de potosinos recibían agua purificada gratuita, tortillas baratas y despensas para aminorar la tragedia humanitaria que asolaba la ciudad. La hambruna que padecía la ciudad dejó marcada esta generación. La verdad es que nunca se ha justificado la emisión de ciertos programas asistenciales que sólo buscan acrecentar la base clientelar de los partidos políticos pero vamos, lo hizo el PRI, el PAN y lo hace morena.
Personas ligadas al movimiento gallardista piensan que la estadía del joven político en el claustro le pudo haber servido al movimiento, sus episodios psicóticos de soberbia dañaban la estabilidad del grupo que rodeaba al jefe del clan, su padre Ricardo Gallardo Juárez. De los activistas originales que rodeaban al padre cuando la aventura comenzó ya quedan pocos, la mayoría confirman que los ímpetus del pollo jr. se desbordaban con tal enjundia, que alteraba incluso a su progenitor. El morro estaba fuera de control.
Tal vez de esa etapa provienen la mayoría de los datos que lo ubican como un personaje peligroso y ligado al crimen organizado, sus excesos como alcalde y algunos desvaríos le justifican esa imagen, en esos días locos previos a su detención, traía el tema musical de la película “el padrino” como timbre del teléfono. Esa admiración fetichista de los nobeles políticos por todo aquello que simboliza el poder más abyecto y ruin.
Gallardo alcalde se sentía intocable, y la verdad es que no es un gran administrador, más bien es un tipo descuidado y ocurrente. La forma en la que se cometieron los ilícitos que lo llevaron a prisión fue tan burda que el investigador de la unidad de inteligencia financiera del sistema de administración tributaria necesitó una escoba para barrer semejante rastro de migajas. Lo increíble es que la auditoría superior del estado nunca detectó ningún movimiento irregular. Por el contrario, le habían llenado la frente de estrellas y el anillo de besos.
Aún así cuando regresó de kana se sentía renacido, redimido y reconstituido, inmediatamente se puso a recuperar el tiempo perdido y dado que el capital político de la familia había crecido, también el patrimonio familiar se volvió sospechosamente inexplicable. En la transición de poder después de ser vencido en la alcaldía por un pusilánime que acogió bajo su regazo Ricardo Gallardo Juárez no pudo superar el dolor de haber sido vencido por Xavier Nava Palacios en su intentona por reelegirse. Nava había llegado sigiloso a la gallardía, fue tratado como un igual, le abrieron las puertas y le entregaron las llaves de la casa y de su corazón. Craso error.
No se puede negar que Gallardo Cardona es un personaje audaz, su arrogancia suele amedrentar a los negociadores promedio y cuando algo se atora, siempre puede recurrir a esa táctica maravillosa del farsante, el famoso “pleito ratero”. Así obtuvo las posiciones políticas en el congreso de la unión para encabezar la desbandada perredista con él como diputado federal y coordinador de la fracción para aliarse a Morena y sus partidos satélites.
Acto seguido había que comprarse un nuevo membrete, se habla de treinta millones de pesos por la renta del partido verde, el primer sorprendido fue Manuel Barrera Guillén, el sempiterno líder de los verdes en San Luis Potosí se vio desplazado por la invasión gallardista. Manuel Barrera fue cobijado en el comité ejecutivo nacional del partido verde. Salió de la escena pública en el estado y aguarda el momento de volver triunfante y continuar lo que dejó inconcluso, eso tal vez ya no sucederá.
Ahora que Gallardo se encuentra en las puertas de la gloria los potosinos de ralea se escandalizan, se desgañitan pues, aunque están acostumbrados a ser zalameros no se imaginan de quitapelusas con alguien más moreno que su jardinero. El asunto de los rancios apellidos de abolengo es mera estética y prejuicio. El verdadero riesgo no lo alcanza a ver quién toma las decisiones (y ese no es el pueblo), después de eso, todos sabremos que la regla es intentarlo, aunque no esté permitido o sea delito. Al final, el sistema no funciona.
@gandhiantipatro