Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles. Umberto Eco.
En los funestos días de la auto corrección política, el ominoso espectro de la censura social se cierne sobre el mundo, sin saber porqué, la gente repite verdades aceptadas que desconocen su origen y ahora se versan como el cantar de una nueva fe, la gente “aprende a aprender” viendo videos de TikTok o Facebook. Sin el menor rigor, las personas aceptan las razones de origen desconocido que a fuerza de hastío terminarán por convertirse en la nueva versión arquetípica del mundo y fagocitarán la conciencia humana. Las redes sociales son hoy por hoy, el credo de la nueva fe.
Apenas sobreponiéndome del estupor por la revelación de una nueva forma de comunicación basada en los mismos signos, ahora se pueden mezclar emojis para así crear una diversidad más amplia de cómo expresar emociones y sentimientos. Lo veía venir, es solo que no lo esperaba tan pronto. Quien anunció la noticia se fue al extremo al decir que ya no necesitaría siquiera expresarse con palabras, y es verdad, aunque esto signifique una involución.
Seamos honestos, a todo mundo le daba hueva la materia de español y más aún la de etimologías grecolatinas, estas cosas vienen a caer en terreno fértil, somos un país donde la gente vive inconforme y quisiera vivir mejor haciendo lo mínimo indispensable. Hay que ser un poco masoquistas para seguir leyendo después de terminar su instrucción académica. Cada vez son más los que manifiestan con orgullo no haber vuelto a leer un libro. ¿Y para qué?, si en el teléfono tienen todo el conocimiento humano al alcance de un clic, siempre y cuando haya cobertura y se cuente con servicio de internet.
Es por ello que políticos como Samuel García, actual gobernador de Nuevo León y Ricardo Gallardo Cardona son el más claro ejemplo de lo que será la nueva clase política y gobernante de México, la diferencia es que el regiomontano es güero y rico de nacimiento. Nuestro gobernador es prietito y aunque rico desde hace poco, el cuestionado origen de su fortuna tendrá que pasar por varias generaciones de matrimonios arreglados con apellidos de ralea para poder ser aceptados en sociedad.
Si al empresario, político y abogado Teófilo Torres Corzo le ha costado demasiado ser un prominente miembro de la élite potosina, y eso que se casó con un apellido de lo más ilustre. A nadie se le olvida que la fortuna proviene de actividades poco lícitas como la política o la burocracia policial. Y eso que ya fue gobernador “sietemesino” y senador de la república, empresario y socio de la unión de crédito regional (UNICRER), ¿O era el hermano?. Ya ni me acuerdo pero también agarró varo de los ahorros de la clase media potosina para financiar sus grandes empresas.
No me estoy saliendo del tema, recientemente el empresario Teófilo Torres Corzo le sirvió de Celestina al gobernador Gallardo Cardona para enamorar a la clase empresarial potosina, fue un evento por decir lo menos, patético. Esos potentados que se sienten inalcanzables y omnipotentes rendidos ante un político de muy limitadas ideas pero con una avasallante arrogancia que ni ellos mismos creyeron ser capaces de expresar, mucho menos de soportar. Teófilo que es un visionario, ya veía venir el mazo y por eso nomás pujó pá dentro.
Los empresarios más prominentes de San Luis Potosí como Carlos el “chato” López Medina tuvieron que soportar que en la toma de protesta del gobernador “don pollo” lo sentaron a un costado del activista Rafael Aguilar Fuentes, alias “chiquilín”. Hay que reconocer el mórbido sentido del humor del gobernador y habrá que agradecerle por tan maquiavélica situación porque es algo que jamás se iba a presentar en la historia de la ciudad y amenazaba con alterar el espacio-tiempo y provocar una paradoja cósmica capaz de acabar con el pedazo de universo que nos tocó conocer.
No pasó nada, sólo que el empresario se dio cuenta que no hay una gran diferencia entre el chiquilín y él, los dos son capaces de humillarse a cambio de obtener lo que quieren, y si acaso hay algo que podría ser distinto, es que chiquilín se ve al espejo y se acepta como la escoria que es, el empresario aún trata de encontrar la justificación más adecuada para dejar claro que: fue porque lo invitaron y no iba hacerle una grosería al nuevo tlatoani. La verdad es que le frunció el pequeño Nicolás y pues, la mudanza de sus macroproyectos no son cosa de un día para otro pero él ya quisiera estar en Cancún con todos sus millones.
La razón por la que Ricardo y Samuel son gobernadores es muy sencilla, supieron utilizar el poder de las redes sociales y sus titiriteros sabían que la gran mayoría de la población no quiere una propuesta compleja para un problema aún mayor, las personas necesitan, ¡exigen! una respuesta ilógica pero sencilla a necesidades que no alcanzan a comprender. Así funciona el mundo ahora. La forma más eficaz de darte a conocer en la política es prometer que se pagará lo menos o nada de algún tipo de impuesto y que por el contrario, recibirán una compensación económica por existir y ser un lumpen social.
Últimamente al gobernador Ricardo Gallardo todo le sale bien, hasta lo que hace mal. El congreso del estado aprobó de forma casi unánime su iniciativa para exentar el pago de la licencia de conducir, no tiene caso exponer de forma amplia el porqué no debía hacerse antes de concluir el ejercicio fiscal, si a los diputados no les importó analizar el tema a profundidad menos a un iluso aficionado a las noticias. Todo parece indicar que el poder legislativo no le va escatimar genuflexiones y caricias al jefe del ejecutivo.
Mientras tanto el gobernador se pasea por la prisión y les promete netflix a los reos, aunque no se dijo como se van a poner de acuerdo para decidir qué serie o película van a ver o si cada quien tendrá su tablet, lo cierto es que aquí en el barrio ya muchos quieren caer en kana, imaginaos, todo el día viendo tele, rodeado de la familia y un ejército de cocineros y custodios dispuestos atenderlos. Aunque absurda la propuesta, tiene su lógica, el gober también estuvo en boston y se aburría mucho hasta que le pusieron su plataforma de streaming. Por eso prácticamente les dijo a los reclusos: “yo sé lo que están pasando”. Acto seguido, todos se abrazaron haciendo un momento mágico y lloraron, fue hermoso.
Lo que está claro es que Ricardo Gallardo está viviendo el sueño que construyó, nada le parece preocupar, se sale a pasear con su gordo y a poner rolas de banda mamalonas en la troca, lo comparte por las redes sociales para que sus fanáticos sean partícipes de la alegría, y lo consigue, sus transmisiones son exitosas. El único peligro hasta donde yo alcanzo a ver, es que sea contagiado por una suerte de narcisismo maligno como el que le que afectó al emperador romano Calígula y le dé por organizar orgiásticas reuniones y hacer director del archivo histórico a su mascota y después, ¿porque no?, hasta diputado.
Sea pues…