La soledad de la ciudadanía

Ayer el Congreso de los Diputados se convertía - lo es siempre, pero digamos que los días del Debate sobre el Estado de Nación lo es más- en un patio de colegio.

Escuche música mientras lee, me lo agradecerá

Nada nuevo bajo el sol. Rajoy pidió elecciones anticipadas sin dar alternativas - tampoco las tiene, no coge de sorpresa a nadie-; Zapatero dijo que iba a seguir como hasta ahora, en barrena para con la ciudadanía; Duran i Lleida un pasito pa'lante, un pasito pa'trás - cosas de la sentencia del Estatut-, y Llamazares y Herrera que siguen oyendo campanas pero no saben donde, ni falta que les hace. Del resto ni hablo, porque... ¿Pa'qué?
No recuerdo un Debate sobre el Estado de la Nación en el que se haya evidenciado más que dentro del hemiciclo no hay absolutamente nadie que represente a los ciudadanos. Rajoy porque está preocupado de que Zapatero se presente en el 2012 y lo humille, si pierde las próximas generales va a pasar a la historia como el eterno perdedor, ya lo es de facto, pero no quiere serlo de derecho. Zapatero porque está empecinado en convertir España en Alemania, y dos huevos duros, no hay quien lo baje del burro y el pobre jumento lleva tiempo con las rodillas en tierra. Los nacionalistas en su juego de siempre, "Yo no te apoyo, ni de coña, ahora, si me invitas a unas cañas...", cañas que pagaremos los ciudadanos, claro. UPyD porque está desaparecida en combate, las próximas generales, en las que, es previsible, el bipartidismo se va a notar más que nunca, puede significar la desaparición efectiva de la formación - tampoco se pierde nada-. E IU, que se sabe receptora de la cantidad de votos en fuga desde el PSOE, así que con mantener el discurso obvio, aunque este no tenga fondo alguno, le vale.
Y en medio de este folletín, de esta política de patio de colegio, los ciudadanos, que no tenemos a donde correr, que no podemos huir de que nos eleven la edad de jubilación - si el PP gana también lo hará, no engañan a nadie-, que no podemos huir de la reducción efectiva de nuestros derechos laborales y cívicos, que no podemos huir del sobrevivir para poder vivir - Ah, vivir, quien lo ha visto y quien lo ve-.
Estamos solos.
En las próximas generales de 2012 se nos va a dar a elegir entre el sartén y las brasas, o estamparnos contra el suelo, y eso no es una elección. Por primera vez en Democracia, y este último Debate sobre el Estado de la Nación lo demuestra, el ciudadano ha perdido su capacidad de decisión, porque verse abocado a NO es poder decidir. No le echemos la culpa a nadie, es culpa nuestra. Comenzamos por poner a inútiles, chupópteros y correveidiles al frente de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos por gusto, y hemos pasado a hacer lo mismo con el gobierno del país, por obligación.
Esta pérdida, que tiene todos los visos de convertirse en irreparable, tiene una solución tan complicada, tan difícilmente asumible para cualquier formación política por lo enquistado del entramado de intereses creados alrededor de un sistema que nos pertenecía y que dejamos que nos arrebataran sin decir ni mu, que el horizonte inmediato tiene el color del negro del sobaco de un grillo.
Estamos solos, sí, pero es por nuestra culpa, que no supimos defender aquello por lo que lucharon nuestros bisabuelos y abuelos, el derecho a decidir. Asumámoslo, porque esto es como la alcoholemia, mientras no digamos en voz alta que tenemos un problema y lo aceptemos como cierto... no habrá cura posible.
Ah, y hagan caso de los últimos descubrimientos científicos, si nosotros somos alcohólicos, tengamos en cuenta que nuestros hijos tienen el gen. En este caso sí que los hijos pagarán los pecados de los padres.
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Un artículo, un vídeo
¡Tolón, tolón!

Buenas noches, y buena suerte (Es un decir)...
Ôo-~