Título: La soledad de PatriciaAutor: Carlos QuílezEditorial: RBA, 2010Páginas: 208
Resumen oficial.
Patricia Bucana es una periodista inquieta, irreverente, vocacional y solitaria. Sus fuentes en la policía le filtran la noticia de su vida: dos presuntos miembros de los servicios secretos franceses han sido detenidos en Barcelona, con un poderoso y sofisticado armamento, cuando presumiblemente se disponían a perpetrar un magnicidio. Los servicios secretos españoles y franceses, aliados en la lucha contra el terrorismo, lanzan un tupido velo sobre el caso.
Paralelamente, los Mossos intentan capturar a un sádico violador y asesino de prostitutas que actúa en la ciudad condal.
Estas dos líneas argumentales irán poco a poco convergiendo a medida que avanza la investigación de Patricia. La joven periodista deberá ir recomponiendo las piezas de un caso en el que se acaba involucrando más allá de lo profesional, tanto sentimentalmente como peligrosamente hasta el punto de arriesgar su vida.
Descubrir la verdad se convertirá en una aventura de continuo cuestionamiento personal y de autoafirmación, en que tendrá que poner a prueba sus principios y obligaciones como periodista y sus objetivos vitales, a menudo contradictoriamente.
Impresión personal.
Con la que está cayendo en este país, los medios de comunicación no dejan de ser una de las organizaciones más cuestionadas, al menos por mi. Cada día una se enfrenta en radio, televisión, medios digitales con noticias totalmente sesgadas en función de quien sea quien financie o mantenga al medio de que se trate. Periodistas de esos que se llaman "de raza" cada vez quedan menos y si se les ve y se les nota, ya se encargará el poder que sea de silenciarlo echándolo a la calle o desprestigiando su quehacer. A la par, cada día vemos a diario "pseudo-debates" liderados por no se sabe que tipo de "profesionales" que dicen saber de todo, que lo mismo te comentan un secuestro que te hacen una valoración política de una mirada ¿triste? del líder político foco de sus intereses. Con sólo un gesto puntual de alguien captado por una cámara, pueden tirarse todo un día comentando supuestos problemas políticos de un partido "x" sin que haya ni una sola prueba que los avale, ni ningún rigor a la hora de verter sus opiniones.
Por este motivo, encontrarse, aunque sea en la ficción con una periodista como Patricia se agradece y al menos, te hace preguntarte si periodistas tan profesionales y coherentes (y quizás inocentes) como ella existen todavía en la España del siglo XXI. Yo lo dudo bastante, y de lo que no me cabe ninguna duda es que los tejemanejes que relata la novela donde el oculltismo de las policías secretas de diferentes países en favor de una supuesta seguridad general más importante, acaba protegiendo a delincuentes que sin ningún pudor roban, matan o secuestran sin que nadie parezca interesado en pararles los píes. Cómo ejemplo, en la ficción, de un caso así podemos encontrar también las novelas de Stieg Larsson y su famosa Trilogía.
De todo esto va esta novela de ficción basada en unos hechos reales que acontecieron en la Barcelona de 2002 donde se acaba escondiendo toda una trama de corrupción, con muertes incluídas, en favor de una mal llamada seguridad nacional y donde prevalece la ocultación de la noticia como en tantas ocasiones. Aprovechando estos hechos, el autor, periodista en activo a la vez que escritor, construye una trama donde Patricia, joven periodista de uno de los periódicos más importantes de la ciudad condal, con un acceso directo a fuentes de los Mossos, se topa con la detención de policías secretas del país vecino, Francia, con todo un arsenal armado preparado para cometer un acto terrorista, a la vez que simultáneamente un asesino en serie viene asesinando a prostitutas en un barrio de Barcelona. Dos hechos aparentemente desconectados y que en realidad tienen mucho que ver el uno con el otro y a dilucidar esa relación se mete de lleno la periodista poniendo, incluso, en juego su propia vida y su profesión.
Material incautado por los Mossos a espías franceses 2002
Ésta es la segunda novela que leo de Carlos Quílez. Mi primer acercamiento al autor fue con Cerdos y gallinas el año pasado cuando buscaba un autor cuyo apellido empezara por la Q para el Reto de la A a la Z. Luego he visto al autor en varias ocasiones ejerciendo su labor como periodista y tengo que reconocer que se me ha parecido a su protagonista principal, seguramente porque conoce perfectamente el mundo del periodismo (el bueno y el malo) y porque se dedica precisamente a informar de esa España oscura y oculta que si no fuera por periodistas como él, quedaría sin darse a conocer. Por eso también, el autor escribe de forma tan directa, a veces tan cruda y realista, con esa jerga policial y/o de bajos fondos que seguramente frecuenta para acceder a la información.La protagonista es una periodista que escarba hasta el final en cada caso que se le pone por delante; honesta hasta el límite de su seguridad y directa a la hora de tratar las noticias. Impulsiva en demasía a la hora de afrontar temáticas tan complejas y peligrosas, temida por los sectores que intentan ocultar la información pero muy querida por todos aquellos que creen en una prensa libre donde la verdad debe estar por delante de los intereses económicos. Por todo ello, muchas veces siente que se enfrenta a las situaciones ella sola, que no tiene vida privada, que está condenada a una vida sin amor, sin pareja y sin apenas relaciones que vayan más allá de las estrictamente laborales.
Me ha gustado mucho de nuevo este autor y esta protagonista y su forma de encarar la realidad en la que se mueve. Su arrojo, su manera de pelear porque la verdad gane ante los poderes que intentan silenciar a los medios hoy en día se me hace imprescindible, tanto como que esos mismos medios sean veraces, independientes y co-responsables de lo que ocurre a su alrededor.