La soledad del desempleado
La soledad se caracteriza por aislamiento, una falta de contacto con el entorno, con las personas que nos rodean. Las causas que la provocan pueden ser diversas, desde llegar a ella por la propia elección de la persona, hasta padecerla por una situación social determinada. Su “padecimiento” puede tener una duración corta, beneficiosa para poder llevar a cabo una actividad concreta en mejores condiciones, o puede alargarse en el tiempo, llegando incluso a darse la posibilidad de sufrir un “desaprendizaje” en el establecimiento de relaciones sociales.
Este “síntoma” llegan a padecerlo muchas personas que pasan por una situación de desempleo. Está claro que cada persona vive, siente y padece las situaciones de su vida de una manera concreta e individualizada. Y su respuesta será en función de esto, de su vivencia, de su sentir frente a las situaciones adversas que sufra.
Foto: Edwin Yanes
El desempleo puede ser una situación pasajera, de la que la persona sea consciente que saldrá en poco tiempo, o puede entenderse como algo que tendrá una larga duración y que no sabremos cuando se acabará. Esto puede verse minimizado o acrecentado según la influencia que otros factores puedan tener sobre la persona: edad, situación económica, nivel formativo, situación familiar, características de personalidad, capacidad de resolución de problemas, etc.
Otro factor clave será la incertidumbre que cada persona tenga sobre el tiempo que tardará en estabilizar su situación. La incertidumbre puede llegar a bloquear la acción de la persona para buscar una solución. Es importante llegar a manejarla, ya que entenderla como algo importante, pero controlable, puede facilitar mucho que se llegue a tener un concepto positivo de la misma.
En estos momentos, no es difícil entender la situación de desempleo como algo sobrevenido, causado por “no se sabe qué”, y que escapa por completo al control de la persona. De hecho, igual que han sido factores externos los que han causado dicha situación, se pretende que sean también factores externos los que la resuelvan, debido a la sensación de incapacidad que se tiene para que la persona pueda resolver su problema por sus propios medios.
Entre la situación de desempleo, la incertidumbre que genera, la desconfianza en poder solucionar por sí mismo la situación, y considerar que la solución está en manos de “otros”, que difícilmente llegarán a ofrecérsela, la persona puede llegar a padecer una sensación de soledad y abandono, que se irá haciendo mayor conforme vaya pasando el tiempo.
Observar como cada día que pasa se ignora su CV, no se valoran ni su capacidad ni su talento, cómo recibe buenas caras y silencios por respuesta, cómo sólo es importante para el servicio público de empleo el día de renovación de su tarjeta, cómo su red de contactos se vuelve insignificante, cómo su situación le ahoga y nadie hace nada por ayudarlo….., todo esto va mermando la motivación, autoestima y autoconfianza de la persona desempleada para volver de nuevo al mercado laboral, logrando paralizar toda iniciativa que pudiera tomar o tomando decisiones erróneas en su búsqueda de empleo.
Llegado a este punto, la persona que siente esta situación de desamparo y abandono debe dar un giro de 180º en su modo de verlo todo, e intentar salir de dicha situación, de lo contrario lo único que conseguirá será eternizarla. Para ello debe cambiar el modo en que siente su situación. Debe reformularla, valorar en mayor medida sus puntos positivos, analizar la situación y extraer de ella los aspectos más importantes, quitándole relevancia a los factores que pudieran afectarle negativamente.Sería interesante solicitar ayuda a profesionales que pudieran apoyarle y aportarle técnicas para que le resulte más eficaz la reformulación de la situación y de los aspectos psicológicos asociados a la misma. También sería importante reformular el plan de búsqueda de empleo establecido, si es que lo hubiera, o diseñar un nuevo plan de búsqueda en base a las aspectos que se quieran trabajar.
El objetivo que se debe perseguir con todas las acciones que se lleven a cabo deberá ser que la persona desempleada vuelva a sentir que no se encuentra sóla en su situación de desempleo. Es importante compartir su propia sensación con otras personas que se encuentren en la misma situación, pero que la sientan de un modo diferente, con mayor optimismo y con expectativas reales de inserción laboral. Debe reformularse su red de contactos, de modo que se sienta “acogido” por ella y perciba que él es una pieza importante en la misma.
Muchas veces, cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles, tenemos la sensación de que será tremendamente complicado salir de ellas solos. Por eso es muy importante “pedir ayuda”, personal o profesional. En momentos así, el apoyo y la solidaridad de otras personas adquiere gran importancia, e incluso pueden ser imprescindibles para encontrar la solución.