Hace ya algún tiempo escribí un post que creo recordar que titulé “Rajoy, el cínico más cínico de todos los cínicos”. Hablando de cinismo, no creo que se pueda decir más.
Pero hoy, cambio el tercio y escribo de canalladas.
“Canallada” es la acción que ejecuta o realiza un canalla, pero ¿qué es un canalla?
1. f. coloq. Gente baja, ruin.3. com. coloq. Persona despreciable y de malos procederes, dice el Rae. Y ruin: 3. adj. Dicho de una persona: Baja, de malas costumbres y procedimientos. 4. adj. Dicho de una costumbre o de una cosa: mala.5. adj. Mezquino y avariento.
¿Es Rajoy una persona despreciable? ¿Tiene malos procederes? ¿Tiene malas costumbres, utiliza malos procedimientos para conseguir sus fines? ¿Es mezquino y avariento?
Comenzando por el final: Rajoy no sólo es mezquino sino también avariento.
Es mezquino porque no le da al pueblo lo que éste quiere y a lo que tiene perfecto derecho.
Le va quitando, poco a poco, pero continuadamente, algo de lo que tenía: seguridad social, le ha suprimido a los enfermos crónicos incluso las medicinas absolutamente necesarias para su supervivencia, ha excluido de la sanidad pública a los emigrantes extranjeros que sobreviven gracias a la economía sumergida y que si enferman tendrán que gastarse lo poco que ganan en honorarios médicos y en farmacia, les ha quitado prácticamente a los parados su legítimo subsidio haciéndolo inalcanzable al establecer unos requisitos para conseguirlo imposibles absolutamente de cumplir, y, mientras, él y los suyos no sólo conservan sus desmesurados privilegios sino que los aumentan.
Es, por consiguiente, mezquino para con los pobres y avariento para con él y los suyos, ya que no hay un sólo sector de la sociedad y de la administración del Estado que no haya caído bajo sus garras.
Él mismo, Rajoy, es el peor, o mejor, ejemplo de lo que afirmamos, todo lo que hace está inspirado en su ansia de poder y enriquecimiento: ahora mismo ha llevado al Congreso una ley que trata de desahuciar a los inquilinos a los 10 días de dejar de pagar el alquiler. Y él, Rajoy según ha confesado, tiene 6 inmuebles que seguramente ha alquilado y, si no, puede muy bien hacerlo, por lo tanto puede ser directamente beneficiado por una ley que priva a los más débiles de un derecho que antes tenían, una plazo mayor para los desahucios.
Pero lo peor es el mantenimiento a ultranza de todas sus ventajas personales en canallesco contraste con todas las penalidades que sufrimos ya la mayor parte de los que vivimos en este país.
En “tengo una pregunta para v.”, una señora le preguntó lo que ganaba y no tuvo los cojones necesarios para responder con la verdad porque ésta es quizá la cosa que más aborrece en el mundo, incluso más que su famoso fobia a lo que él llama la envidia igualitaria.
Pero es que un tío que aspiraba a gobernar que no es otra cosa que hacer lo mejor para el conjunto de los gobernados, no podía decir lisa y llanamente lo que ganaba porque, de hacerlo, no hubiera podido gobernar nunca porque este sujeto percibe los siguientes sustanciosos emolumentos.
1-el sueldo de presidente del PP, lógicamente el mayor de todos ellos;
2-el sueldo de presidente de Gobierno, lógicamente también el mayor de todos los que pertenecen a él, y
3-es algo que esconde muy celosamente tanto que nunca ha abordado la cuestión: la mitad de los honorarios que devenga el Registro de la propiedad de Santapola que le pertenece en propiedad desde Dios sabe cuándo, honorarios que seguramente comparte con su registrador sustituto, y que ascienden a la no despreciable cifra de varios millones de las antiguas pesetas mensuales.
Este señor, que está enviando a la miseria y al hambre a la mayor parte de todos los españoles, nada en la más obscena de las superabundancias y quiere seguir haciéndolo mientras un país de idiotas engatusados con las aventuras del Real Madrid, de las que lógicamente, como el Rey, Aznar y tantos otros, es furibundo partidario porque no en vano es el tapabocas de todos los mentecatos que le permiten continuar impunemente con su explotación, defendida a capa y espada por una prensa que alguien llamó con el mayor acierto “canallesca” y que cada día se esfuerza más y mejor por cumplir con esta tarea, una faena en la que todos los que participan se muestran absolutamente solidarios, sin ofrecer una sola fisura, una sola grieta, es por eso por lo que hemos titulado “la solidaridad de los canallas”.