El anuncio del ERE en el diario EL PAÍS, argumentado por los directivos de la empresa como una posible solución para hacer frente a la caída de ingresos publicitarios que ha hecho entrar en pérdidas al periódico de PRISA, es preocupante.
Y lo es porque El PAÍS diario, parece querer aplicar las mismas medidas que adopta el gobierno en el país España para reducir el déficit presupuestario y que suelen ser criticadas por el primer rotativo español.
Se anuncia una importante reducción de plantilla y se comenta que el diario sufrirá una nueva orientación en el modelo. Su director dice que EL PAIS que surja de la plantilla diezmada ha de ser necesariamente otro, ¿Pero cual? ¿Ese nuevo modelo tiene futuro? ¿En qué consiste y con quien se cuenta para hacerlo diariamente?
Al parecer, igual que el gobierno del país, primero se recorta y luego ya se verá. No dudo en que en la cabeza del director y de la empresa haya un proyecto, pero sería deseable que se compartiera con los que hasta la fecha han encumbrado a EL PAÍS como el primer diario español.
Los periodistas, a pocas horas de conocer las listas de despedidos, especulan con quiénes serán los escogidos para desarrollar ese nuevo modelo de diario que desconocen.
El perfil de los que marcharán, vistas las sucesivas declaraciones del presidente de EL PAÍS, serán los de mayor edad a los que ha asimilado reiteradamente a los zombies que deambulan por las secciones mortecinas de la redacción.
Pero el problema no radica ahí esencialmente. El problema de la prensa está en sus altos costes industriales y de comercialización que se han atacado con menos decisión que los de los recursos humanos y periodísticos, amen de las costosas estructuras que tienen algunos medios que cotizan en el mercado de valores.
Si el nuevo modelo de EL PAÍS va a ser el de las superestructuras directivas e industriales y el de los recortes de empleo en la base periodística y de de contenidos, entonces empiezo a coincide con Juan Luis Cebrián en que los periódicos están poco menos que moribundos.