La solución para la crisis vocacional en medicina de familia

Después de darle muchas vueltas buscando qué forma hay de darle la vuelta a titulares como el ya clásico de "El País" de "No quiero ser médico de familia", y descartando la réplica lógica en forma de carta al director del diario para afirmar que yo sí quiero serlo (cosa que ya ha hecho Roberto "el grande"), he llegado a la conclusión de que nada mejor que hacer algo como ésto:

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(comienza al minuto y 20 segundos, tras la inefable publicidad)

Imaginaos la escena. En un rincón de la plaza, un médico de familia intentando hacer una reanimación cardiopulmonar a un paciente infartado en un pueblo de cualquier sierra española, sin medios y sin UVI móvil. Y otro haciendo 20 recetas en un minuto, con el sistema informático colgado y, a pesar de todo ello, con una gran sonrisa dibujada en la cara. Al lado, un médico que, tras ver a 45 personas en una mañana, y justo cuando va a acabar la jornada le viene el director a decir que tiene que doblar la consulta de fulano que está enfermo, y lejos de disgustarse le responde que no se preocupe, que ya gustosamente se queda de guardia velando por la salud de su población. Y en el centro de la plaza, la actuación estelar de ese médico multitarea que mientras está haciendo cirugía menor es capaz de firmar el parte de lesiones, responder una consulta telefónica y contestar a una reclamación de un usuario.
Mientras, en la grada del cosío, miles de niños, ilusionados, comienzan a soñar con ser médicos de familia.
Lo veo. Mañana mismo nos ponemos a organizarlo, ¿os parece?