Por: Francisc Lozano*
Así que o bien los fiscales e investigadores de antes eran muy malos y los de ahora son genios, o el Fiscal quería proteger a los inversionistas de Navelena para que el escándalo no afectara su imagen.
![Juan Manuel Santos, Néstor Humberto Martínez, Germán Vargas Lleras, La Silla Vacía, Todas Las Sombras, Francisc Lozano, La Sombra de la Duda Juan Manuel Santos, Néstor Humberto Martínez, Germán Vargas Lleras, La Silla Vacía, Todas Las Sombras, Francisc Lozano, La Sombra de la Duda](https://m1.paperblog.com/i/444/4448689/sombra-duda-L-jxXlxZ.jpeg)
El 5 de enero del 2017, en un hecho increíble, y después de sólo dos semanas de investigación (sí, Sherlock Holmes sería un inepto en la Fiscalía General de la Nación), el Fiscal Néstor Martínez lanzó una afirmación temeraria: “Hoy la Fiscalía ha descartado la posibilidad de corrupción en el caso de la adjudicación de las obras del río Magdalena. En ese caso específico no hemos encontrado corrupción”. Y digo que es temeraria porque, por ejemplo, después de más de 20 años de investigación, la Fiscalía no ha podido cerrar el caso del Palacio de Justicia, o tras 18 años del asesinato de Jaime Garzón, aún no se sabe exactamente quién lo mandó a matar, por qué y quiénes más participaron. Así que o bien los fiscales e investigadores de antes eran muy malos y los de ahora son genios, o el Fiscal quería proteger a los inversionistas de Navelena para que el escándalo no afectara su imagen. Mas Justicia Tributaria y Jorge Robledo se encargaron de distribuir sus hallazgos en este caso, y gracias a su trabajo y valentía hoy sabemos que el Banco Agrario le entregó irresponsablemente un crédito de 120.000 millones de pesos a Odrebecht, plata que ya sabemos se robaron. Exactamente esa misma suma era la que el Gobierno había prometido invertir en la construcción del alcantarillado en Quibdó para “deuda histórica en San José de Tadó, Bahía Solano, Nuquí y así, doce municipios más”, así que saquen cuentas de lo que se perdió.
Pero las astucias de Martínez no terminaron ahí. Un mes después, el 7 de febrero, le trasladó gran parte de la investigación sobre la financiación de las campañas de Santos y Zuluaga al Consejo Nacional Electoral para que investigue “lo de su competencia”. Y como es sabido, el CNE no es la institución más fuerte en el ámbito de investigación criminal en el país, por lo que los frutos de dicho traspaso no serán plausibles. Y sí levantarán dudas como la que me atañe en este momento: ¿Por qué el CNE le abrió una investigación formal a Óscar Iván Zuluaga y su campaña, y no a Juan Manuel Santos y su campaña? Esto da mucho en qué pensar, ¿no?
Ahora bien, en unas declaraciones lamentables, Santos ha dicho “me acabo de enterar”, una vez la Fiscalía habló de los pagos de Odebrecht a su campaña, y para colmo de males, ha dicho que sólo un funcionario de segundo nivel de su campaña ha sido procesado por las autoridades, como si eso significara que más no caerán o que su campaña fue menos corrupta que la de Zuluaga. Y remató diciendo "señor Fiscal, no tenga ninguna contemplación y que le caiga todo el peso de la ley a quien e tenga que caer", y yo me hago las siguientes increpaciones: ¿Qué hubiera pasado si Santos no hubiera dicho eso? ¿Acaso no hubiera investigado el Fiscal su campaña? ¿El Fiscal recibe órdenes del Presidente sobre qué debe y qué no debe investigar? ¿No conoce el Fiscal sus funciones?
En un país serio, el Fiscal, quien ha asesorado directa o indirectamente al Banco Agrario en el consorcio Navelena, a Navelena y a la Ruta del Sol, entre otros, como lo han demostrado Justicia Tributaria y el senador Jorge Robledo (ver vídeo), y el Presidente que recibió dinero de una compañía extranjera ya hubieran renunciado. Pero este no es un país serio, y aquí muchos de los funcionarios no entienden de ética y pulcritud.
Después de que se ha destapado este impresionante caso de corrupción, a todos nos debe quedar por lo menos la sombra de la duda sobre el actuar del Fiscal, el Presidente y varios funcionarios más.