Netanyahu condena el "despreciable asesinato" de un adolescente palestino
El hallazgo del cadáver carbonizado de un adolescente palestino elevó el miércoles por la mañana la tensión en Jerusalén, donde se habían registrado desórdenes racistas y antiárabes durante las dos noches anteriores. La policía israelí investiga si lo asesinaron ultraderechistas judíos.
Una emisora de radio militar informó sobre la desaparición de un muchacho de 16 años, Mohamed Abu Khdairen, el Este de la ciudad, una zona de mayoría palestina. Según esas informaciones, el adolescente fue obligado a subirse a un vehículo.
El cadáver hallado, al que no se ha relacionado oficialmente con este posible secuestro, apareció en un bosque del oeste de la ciudad. Se teme que el asesinato fuera un acto de venganza por el de tres adolescentes israelíes, secuestrados y asesinados en junio. El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, condenó los hechos y prometió que los culpables “responderán ante la justicia”.
Jóvenes palestinos se enfrentaron a pedradas con soldados israelíes en el barrio de Shoafat, de Jerusalén Este, donde vivía y fue visto por última vez el joven Abu Khdair. La policía ha respondido con balas de goma, gases lacriógenos y chorros de agua a presión. se registraron decenas de heridos. El martes por la noche la policía de la ciudad detuvo a unos 50 israelíes, muchos de ellos menores, por acosar a vecinos árabes. Son de los disturbios callejeros más graves habidos en la ciudad en los últimos años.
La familia de uno de los jóvenes judíos asesinados, Naftalí Fraenkel, calificó el miércoles de "ominosa y horripilante" la posibilidad de que el adolescente palestino muriera en represalia por el triple crimen de Cisjordania. Abu Khdeir tenía la misma edad que Fraenkel, cuyo tío Yisahi dijo que "un asesinato es un asesinato; no tiene ni perdón ni justificación".
Según los portavoces policiales, el palestino desapareció en la zona palestina de Shoafat, al noreste de la ciudad. Hablan de “dos líneas de investigación” sobre el crimen. La policía no descarta que se trate de “un crimen común”, motivado por rivalidades entre familias o bandas criminales. En la calle y en diversos medios israelíes se extiende, no obstante, la sospecha de que se trató de un crimen racista perpetrado por ultraderechistas judíos. Se confirme o no este móvil, la muerte del muchacho agravará los ánimos en una ciudad que siempre parece a punto de estallar.