Revista Diario

La sombra del biberón es alargada.

Por Mamareciente
Pues sí, hasta aquí hemos llegado. Lo he intentado, le he puesto todo mi empeño, era algo pendiente conmigo misma... quería dar lactancia materna exclusiva a la Chiquinina. Pero no va a ser así, no del todo, y es que ya le hemos suplementado alguna que otra toma con biberón.
Nunca voy a entender lo de la lactancia, ya me he resignado. Por más que lea sobre el tema a expertos, a otras mamás, etc. Supongo que es como nadar, montar en bici o hacer integrales. Unos tienen especial habilidad para ello, talento natural, y otros pues sencillamente no.
Cuando mi niña llora y llora sin parar y no se consuela, y después de ponerla al pecho cada hora descubro que, a pesar de eso, llora de hambre...No.Se acabó. Se tomó un biberón y por fin pudo descansar, dormir, y estar tranquila.
La pediatra, viendo la curva de peso de la Chiquinina, nos ha dicho que suplementemos las tomas con biberón. Pero no ha sido ese el verdadero motivo para dárselo.Cada persona tiene un límite de paciencia, de voluntad, de empeño...y yo he llegado al mío. Unos días siento que tengo más leche que otros, y cuando la niña pasa hambre y tengo que ponerla al pecho con tanta frecuencia, para mí empieza a ser un sacrificio más que un placer, además de una preocupación constante.
Estoy agotada, de peor humor, no puedo atender igual al Chiquinini. Además es un círculo vicioso, cómo voy a tener leche siempre, si la comida no me alimenta, si el ochenta por ciento de las veces más que comer, engullo.Si entre unas cosas y otras estoy tan cansada. Así que de ahora en adelante habrá biberones de vez en cuando. Volvemos a la lactancia mixta, como hicimos con Chiquinini.

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