Revista Televisión
La sonata del silencio. Paloma Sánchez-Garnica.
Publicado el 13 septiembre 2016 por Meg @CazaEstrellas"En general, a lo largo de los años, las cosas no suelen salir como uno espera que salgan, y si alguna vez se presenta la oportunidad de tomar el rumbo con destino a los propios sueños, uno queda tan noqueado que no sabe decidir o no se atreve y se queda quieto, inmóvil, incapaz de avanzar, y termina por perder aquel tren tanto tiempo soñado, tan esperado, sin decidirse a subir, sin arriesgarse a perder ni atreverse a renunciar a lo que es seguro, aun no siendo grato, aun no siendo bueno, convertido en cotidiano a fuerza de tenerlo, en costumbre a fuerza de vivirlo y respirarlo."El blog se tomó las vacaciones hablando de "Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido" de Paloma Sánchez-Garnica y vuelve a la actividad para hablar de otro título de la misma autora, y es que hoy se estrena la adaptación televisiva de "La sonata del silencio", un libro que me regaló mi madre hace un par de cumpleaños y que no había leído por la incomodidad de llevarlo encima todos los días (892 páginas). Este verano he tenido más tiempo libre y he leído algunos "tochos" pendientes. Este ha sido uno de ellos.
Aunque en la sinopsis se habla de Marta Ribas como protagonista y la historia gire a su alrededor, La sonata del silencio cuenta la historia de una escalera sita en un edificio en Plaza del Ángel. Allí conviven dos familias acomodadas: los Figueroa y los Montejano. La relación entre ambas familias tiene su raíz en la amistad desde la infancia de Rafael y Antonio. Una relación que a lo largo de los años se ha ido viendo intoxicada por una lealtad mal entendida, por los secretos y traiciones ocurridas entre ambos. Los Montejano viven en una situación muy difícil como consecuencia de la posguerra y por el paso por la cárcel de Antonio. Ello les ha hecho perder un importante negocio en ciernes y caer en la ruina, a lo que se suma que Antonio está enfermo, por lo que la situación da lugar a una excesiva dependencia de la familia Figueroa, a cuya merced quedan los Montejano. Ante tal panorama, Marta Ribas se ve obligada a trabajar, lo que no está bien visto ni por su marido, ni por el nido de víboras que conforman la mayor parte del vecindario.
Nos encontramos en los años 40, años de una posguerra que ha dejado huella y ha resquebrajado a muchas familias. Nuevamente refleja fielmente la autora la sociedad de la época, en la que el maltrato se considera normal y el objetivo de la mujer no es otro que casarse, tener hijos, cuidar de su familia y cumplir con los deberes religiosos. Dan fe de ello los numerosos personajes que rodean a Marta, como el sacerdote don Próculo, que no solo guía la moral de su rebaño, o Virtudes Figueroa y su hija Virtuditas (mujer e hija de Rafael Figueroa), ejemplos típicos de las chismosas que se dan golpes de pecho y se rasgan las vestiduras.
Pero Marta no es así, como tampoco lo es su hija Elena, a punto de cumplir la mayoría de edad y con la que quieren concertar un matrimonio. Ambas se ahogan en esa sociedad en la que se sienten atrapadas y que les brinda tan pocas oportunidades, una sociedad en la que reina la maldad y la hipocresía de los que más tienen. Pero la vida da muchas vueltas, y en la vida de Marta aparece una rica italiana, Roberta Moretti, que le hará ver que es capaz de comerse el mundo si quiere y que no tiene que conformarse con las circunstancias en las que vive.
Marta representan a ese porcentaje de mujeres que saben que sirven para algo más en sus vidas que para ser madre y esposa. Una mujer que habla varios idiomas (hija de diplomáticos), culta y que ama la música (muy importante también en esta historia), siendo una virtuosa en el arte de tocar el piano. Pasamos las hojas casi sin darnos cuenta para ver si será capaz de arriesgarse a ser ella misma en las circunstancias que le ha tocado vivir. A Marta le acompañan una serie de subtramas que atrapan al lector y que tienen como protagonistas a los hijos de las familias Figueroa y Montejano, así como a los vecinos del bloque y algunos personajes más.
Mediante vueltas al pasado y giros inesperados conoceremos con detalle a todos y cada uno de los personajes, qué les ha llevado a estar donde están, y en este punto destaco también la maestría de la escritora a la hora de definir a todos y cada uno de ellos. Personajes con relevancia, llenos de matices y conducidos por unos senderos que transmiten al lector mucha tensión, lo que hace avanzar en la lectura y en la extensión de la novela casi sin darte cuenta.
Una historia de celos, amor, traiciones y secretos en una España no tan lejana en el tiempo, escrita con elegancia y un estilo muy cuidado. Muy recomendable. Habrá que ver si la serie está a la altura.