
Fotografías: Sergio Alonso. Valladolindie "el festival más largo del mundo"
“¿Y tú de quién eres?” era una de las frases más escuchada de la noche, pero aun así tanto los seguidores de unos como los de los otros supieron saborear y degustar las dos partes del espectáculo.
El viernes 24 de febrero, en el LAVA/TEATRO tuvo lugar un nuevo concierto de Valladolindie. A las 21 h. los fans se agolpaban a la puerta del LAVA pero a pesar de esto, la sala solo se llenó hasta la mitad.
Tras diversos problemas con el Ayuntamiento de Valladolid, que ya no subvenciona conciertos en salas que no sean municipales, se trasladó de la sala Bagur al Laboratorio de las Artes para que Valladolindie pudiera celebrarse un año más.
El cambio no resultó muy acertado ya que al no ser un espacio céntrico y bien conectado con el centro por la noche, mucha gente no pudo asistir. Además, hubo problemas con el sonido durante la actuación de La Sonrisa y la barra solo servía cerveza y agua a un precio desorbitado.
Sin embargo, los seguidores del grupo cántabro y de los madrileños disfrutaron muchísimo coreando todas las canciones, porque los dos grupos se esforzaron por derrochar energía y calidad sobre el escenario.

Marcos Cao, lider de La Sonrisa de Julia
La Sonrisa de Julia fue el primer grupo en salir. Marcos, el vocalista, se vio ovacionado por las asistentes en numerosas ocasiones. Los primeros acordes en sonar fueron los de Bipolar, canción que da nombre al disco que marcó un antes y un después en su carrera. Tras esto y todos conjuntados con camisetas negras (los jerséis fueron desapareciendo tras las primeras notas) alternaron temas de su último trabajo con otros que ya se han convertido en clásicos. Y terminaron con El hombre que olvidó su nombre, canción que da título al último CD y que Marcos cantó acompañado de Alberto de Miss Caffeina.
Durante diez minutos asistimos al cambio de escenario, los de LSDJ recogían sus cables y los Caffeina instalaban sus bártulos. Al poco tiempo, Alberto volvió a aparecer de nuevo, esta vez ataviado con americana de terciopelo, un flequillo feísimo pero muy indie y maquillado con un antifaz de color negro con purpurina.

Alberto y Marcos durante la actuación de Miss Caffeina
Rompieron el silencio con Ley de la gravitación universal y continuaron con quince temas más llenos de energía y personalidad. Una de las canciones a destacar podría ser Qué sabe nadie (de Rafael) que introdujo al grito de “porque todos somos un poco folklóricas”. Y unos temas más tarde y como no podía ser de otra manera, llamó al escenario a su buen amigo Marcos Cao para cantar juntos Lisboa.
A media noche y cual cenicientas bajo el embrujo del Ayuntamiento de Valladolid y su normativa de conciertos en Salas Municipales, terminaron la actuación. Las dos horas y media de espectáculo supieron a poco a todos sus seguidores, que sobre todo echaron en falta más interacción entre una banda y otra y no solo un par de canciones cantadas a dúo. Aun así es un placer poder disfrutar en Valladolid, y gracias al Festival “más largo del mundo”, de grandes grupos de la escena independiente a nivel nacional.
